"Si te llaman de payés, ya puedes correr"

La serie documental 'Historias de la primaria'.
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El jueves por la noche, después del Polonia, TV3 estrenó el primer capítulo deHistorias de la primaria, una serie documental que nos conecta con una narrativa en la que la televisión pública fue pionera. Este retrato de los centros de atención primaria desde una mirada cómplice tiene mucho que ver con las producciones que, en su día, nacieron en el entonces llamado departamento de nuevos formatos, creado a mediados de los noventa por Francesc Escribano y Joan Úbeda. Historias de la primaria es heredera o una evolución de aquel Vidas privadas, Bellvitge Hospital, Veterinarios o Juzgados. Mantiene este espíritu de explorar el país desde la vertiente humana, buscando la empatía del espectador con la realidad del territorio.

En los últimos años se ha hablado mucho del sistema sanitario del país, sobre todo desde la voluntad de denuncia, porque se encuentra en una etapa crítica, de emergencia, acentuada por el descalabro de la pandemia. No sólo se trata de una cuestión económica, sino también de modelo de gestión, de definición de la estructura y del bienestar de unos profesionales superados física y psicológicamente por las carencias del sistema. Una situación grave que a menudo se ha abordado desde un punto de vista barcelonacéntrico y desde las necesidades y lamentos de los grandes hospitales del país. A su vez, se ha alertado de la precarización de la asistencia primaria y de la falta de médicos de familia.

Historias de la primaria es una forma de abordar el sistema sanitario del país desde otro punto de vista. Más que desde la priorización de la problemática, lo hace desde lo cotidiano. Esto no quiere decir, ni mucho menos, una mirada naíf. Pero es a través de esta rutina laboral que emergen, con mayor o menor sutileza, las problemáticas, más allá de las que el propio espectador interpreta.

En este primer episodio nos acercábamos al ámbito rural, donde en muchos aspectos dinámicas son distintas en cuanto a los tiempos de visita, el vínculo con el paciente y la tipología de los casos: “Si te llaman de payés, ya puedes correr. Solo te llaman si están superapurados”. Historias de la primaria prioriza el primer plano, estimulando también el sentido de la escucha, tan importante en la medicina. Juega con el ritmo del montaje para transmitir el vigor de la jornada laboral de los profesionales. Existe un sutilísimo sentido del humor en algunas secuencias para mostrar las particularidades que tiene el trato humano. La serie intenta ir más allá de la consulta. Es impagable la escena de la pausa de la comida en la que médicas y enfermeras comparten anécdotas sobre el trabajo, en una muestra de la distensión necesaria para salir adelante. Otro hecho relevante es la mayoría absoluta de mujeres médicas, un reflejo de la realidad de las universidades. Esta feminización del oficio además se traslada al tipo de relato resultante, con una carga emocional y de ternura extra en algunas situaciones.

Historias de la primaria es una forma de recordar la esencia del oficio de médico y su importancia. Y valorarla, que es el primer requisito para que se mejoren las condiciones de profesionales y pacientes.

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