El almacén del delito en el que miles de pruebas esperan una sentencia
El depósito de la Audiencia de Barcelona guarda 36.000 piezas de todo tipo, la más antigua requisada en 1985

BarcelonaMás de 676.000 objetos esperando sentencia. Si los pusiéramos todos en fila, ocuparían más de treinta kilómetros. Son o fueron pruebas en alguna causa judicial y ahora están bajo custodia por si nunca es necesario revisar el caso, o bien hasta que el juez autorice destruir los objetos que corresponden a casos ya cerrados. Todas estas pruebas se guardan en una treintena de depósitos en Cataluña, y los objetos más antiguos están en el sótano de la Audiencia de Barcelona. Aquí hay 304 metros cuadrados en los que se alojan más de 36.000 objetos.
El espacio está aprovechado hasta el último rincón. Las estanterías llegan hasta el techo y están llenas de paquetes envueltos en plástico azul, precintados y etiquetados. Todos los objetos aquí relacionados tienen alguna causa judicial, pero sin la información del caso, los trabajadores no saben para qué se utilizó cada objeto: quizá sirvieron para delinquir, quizás se robaron, se requisaron a un detenido o ayudaron a identificarlo. "Sé que aquí hay pruebas del caso de Rosa Peral, pero no sé decirte qué ni dónde", explica uno de los trabajadores.
Hay de todo: pantallas, móviles, patinetes, máquinas de escribir, una barbacoa, cascos de moto e incluso una máquina para prensar, que intervino el grupo de estupefacientes de los Mossos d'Esquadra. Los trabajadores de este depósito también han etiquetado y ordenado piedras, prendas, monedas antiguas y herramientas como una pata de cabra. Los objetos de mayor valor están en una caja fuerte que conserva algunas joyas requisadas hace décadas, relojes y falsificaciones artísticas, pero ya apenas se guardan objetos nuevos porque ahora las piezas de valor se depositan en entidades bancarias.
Últimamente, lo que más se suma al inventario son móviles, pero lo que más sobresale son las maletas. La mayoría se han intervenido en el aeropuerto de El Prat, en ese momento rellenas de droga. Las que están aquí están vacías porque en los depósitos de efectos judiciales no se custodian drogas. Tampoco explosivos ni armas de fuego, a cargo de la Guardia Civil, y tampoco las pruebas de muestras biológicas, que conserva el Instituto de Medicina Legal de Catalunya.
Además, la Generalitat tiene contratada a una empresa que almacena los objetos peligrosos o de gran volumen. En una causa también puede ser necesario decomisar barcos, que se guardan en el puerto, o coches. Los párkings de los Mossos están llenos y también se han hecho convenios con depósitos municipales. También suelen ocupar mucho espacio las prendas falsificadas, y para evitar tener que guardarla toda, suelen tomar fotografías y un peritaje que servirán de prueba al juicio.
Inventario digital
En este sótano lleno de objetos existen dos partes claramente diferenciadas. Por un lado, la que guarda los objetos más antiguos: son pruebas de casos anteriores a 2009, que se trasladaron a la Audiencia de Barcelona cuando cerraron los antiguos juzgados para instalarse en la Ciudad de la Justicia, donde se estableció un nuevo depósito. El objeto más antiguo que ha guardado ahora en la Audiencia se requisó en 1985.
Todos o prácticamente todos estos casos están cerrados y muchos han prescrito, pero todas las pruebas deben pasar por un proceso de catalogación y revisión antes de salir del depósito. Este inventario no se realizó cuando los juzgados se trasladaron y ahora se está poniendo al día con tres trabajadores de refuerzo para conseguirlo. La previsión de Justicia es poder acabar este inventario en 2028.
"No destruimos nada sin digitalizarlo antes y sin que el magistrado del caso lo autorice y el fiscal dé el visto bueno", explica la jefa del servicio de Archivos, Bibliotecas y Efectos Judiciales de la Generalitat, Bibiana Palomar. Cuando empezaron a organizar el depósito, algunos objetos llevaban ya entre diez y veinte años, afirma Palomar, y cuanto más antiguos son los casos, más complejo se hace localizar al juez y al fiscal del caso para certificar que ese objeto se puede destruir.
La segunda parte del depósito alberga los objetos que ya han pasado por el proceso de digitalización que la Generalitat está aplicando no sólo en éste, sino en todos los depósitos judiciales de Catalunya. Aquí las estanterías móviles están llenas de cajas, y dentro de los objetos están clasificados en bolsas transparentes y con una etiqueta de trazabilidad. "Informatizar es importantísimo, permite ligar el expediente electrónico con el efecto digitalizado", explica Palomar. Como en este expediente digital también se añaden fotografías del objeto desde todos los ángulos, a la hora del juicio casi nunca hay que llevar la prueba a la sala, porque las imágenes son suficientes.
Segunda vida
Habitualmente, los objetos que han sido prueba en algún caso terminan destruidos por orden judicial cuando se cierra la causa. Sin embargo, el objetivo de la Generalitat es que los que están en buen estado y pueden ser útiles en otro entorno se puedan reaprovechar. Por ejemplo, equipos electrónicos, televisores y ordenadores, o incluso los aires acondicionados que se decomienden de plantaciones de marihuana y que podrían ser útiles en escuelas e institutos.
El departamento de Justicia y la Agencia de Residuos ya han firmado un convenio en este sentido, del que sólo falta terminar un protocolo y que las resoluciones judiciales no sólo ordenen destruir las pruebas, sino también poder reaprovecharlas.