El análisis de Antoni Bassas: 'De elecciones catalanas a plebiscito de Sánchez'

No es que la campaña electoral de las elecciones catalanas haya desaparecido, pero apenas. Sí, los partidos realizan actos, mítines y propaganda en televisión, pero desde el miércoles por la noche hay un elefante la habitación llamada Pedro Sánchez y es imposible no verlo.

Toda la gente de su entorno nos dice que en la decisión de Sánchez no había un cálculo electoral en Cataluña, pero como explicamos hoy, "Sánchez hace saltar por los aires todas las estrategias en el inicio de campaña". Se acuerdan, que ayer les decía que Sánchez había cambiado el sentido de la conversación, que Sánchez le daba al PSC un punto de épica y de voto por necesidad que no tenía, y que podía parecer un plebiscito (si quieres democracia, vota Sánchez) en el granero de votos socialistas que es Cataluña? Pues escuchen qué decía Salvador Illa, ayer, en el arranque de la campaña en Sabadell: “Y sí, te decimos, Pedro, que de tu resistencia individual hacemos un llamamiento a levantar una resistencia colectiva. También te decimos, Pedro, ¡que estamos contigo!”

Aquí tienen un candidato de orden, bien visto por las patronales, que decía que “Ni amnistía ni nada de eso”, llamando a levantar una resistencia colectiva.

Quizás los socialistas y los comunes olvidan que hace demasiados años que estamos así, sometidos a una actuación arbitraria de la justicia basada en criterios ideológicos. Quizás no quieren recordar cuando algunos miraban hacia otro lado (hasta que les tocó a ellos) cuando con informaciones falsas se abrieron diligencia previas contra independentistas catalanes. Miren la tuit del abogado Adreu Van den Eynde: “La investigación del 1 de Octubre (juzgado de instrucción número 13) se abrió por una denuncia convenientemente presentada por un actor político vinculado a la ultraderecha basada en artículos de prensa a un juez políticamente motivado. Sólo lo digo”.

Ahora bien, aunque Sánchez ha desbordado cualquier protagonismo de el enemigo público número 1, Puigdemont, y ha eclipsado la campaña en Cataluña, su carta obliga a debatir dónde hemos llegado (dice “hem” porque la dinámica política y mediática española nos arrastra) en la destrucción del adversario a base de mentiras y ataques personales en la práctica política. No es exclusivo de España. Es un daño de las democracias, agravado, en el caso de España, por una confluencia de intereses entre la mayoría del poder judicial y el Partido Popular. El aviso de Sánchez es importante, pero llega demasiado tarde.

Por cierto, mientras una mujer fue despedida del trabajo por haber llegado demasiadas veces tarde por culpa de Cercanías. Qué vergüenza.

Buenos días.