El análisis de Antoni Bassas: 'No es libertad, es la economía y el voto contra Sánchez'

Sánchez tiene incentivos, por lo tanto, para firmar los indultos, o convocar la mesa de diálogo. Pero de un táctico como Sánchez solo se pueden esperar jugadas a corto plazo, y jugadas a corto plazo no son soluciones para Catalunya, como las que ayer reclamaba Jordi Cuixart en el 'New York Times'

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Isabel Díaz Ayuso, 42 años. No hace ni dos años y medio que Pablo Casado le pidió por favor que se presentara contra el socialista Ángel Gabilondo en Madrid. Ella era militante del PP y le había llevado las redes sociales a Esperanza Aguirre, especialmente de su perro Pecas. Y ayer barrió a la izquierda, hizo retirarse de la política a Pablo Iglesias y trinchó a Ciudadanos, todo de una sentada. Y todo, con dos palabras en la boca, "España" y "libertad".

Isabel Díaz Ayuso: “El sanchismo no lo ha entendido. Lo han intentado todo, en los tribunales intentaron impedir estas elecciones, que no hiciéramos mítines, que no habláramos o nos expresáramos en libertad. España es otra cosa, señor Sánchez. España empieza en Madrid y cuando decimos que Madrid es España es porque aquí viene lo mejor de cada rincón del mundo a vivir en paz y libertad”.

¿La de Ayuso es una victoria de la libertad? No, y decimos de entrada que cuando alguien gana con un margen tan grande, hay que reconocerlo y dejarse de metafísicas, pero como ella insiste en esto de la libertad decimos también que no, que lo que ha ganado es la economía por encima de la sanidad, este momento que estamos viviendo ahora, en mayo del 2021, en el que, pasado el miedo por la pandemia, ahora estamos en el miedo por la destrucción de la economía que viene, el miedo por quedarse en el paro o el miedo por perder el negocio. Esto es lo que ha ganado. En Madrid han muerto más personas por 100.000 habitantes que en Catalunya. Madrid es la comunidad que invierte menos en sanidad por PIB. Pero Ayuso ha conectado con las ganas de vivir, el miedo a perder el trabajo y las ganas de cargarse el gobierno socialcomunista español en una comunidad que es más de derechas que el código de circulación. Ayuso no encarna la libertad sino la frivolidad, la alegría de vivir, un cierto antiintelectualismo. 

Noten que Ayuso celebró la victoria desde el balcón de una sede las reformas de la que el PP pagó con dinero negro. Dicho en sentencia judicial. Y por eso Casado ha ordenado vendérsela. Pero a la gente le da igual. La gente ha votado a favor del PP y contra Sánchez e Iglesias, y contra Bildu y los independentistas que lo apoyan. Ayuso ha ganado por cómo los hace sentir, los hace sentir bien. Claro, es fácil hacer sentir bien a la gente de una comunidad cuando toda la política del Estado está, de facto, diseñada para llenar la capital y vaciar el resto. 

Ciudadanos desaparece de la Comunidad de Madrid. Los analistas españoles lamentan que este partido de centro, esta bisagra liberal para que el PSOE o el PP no tuvieran que pactar con los vascos o los catalanes, esté a punto de desaparecer. Desde Catalunya era más claro, sin embargo, que Ciudadanos era una de las tres marcas de la derecha nacionalista española, valga la redundancia. Que para ser bisagra se tiene que ser algo, porque la gente no vota bisagras. En unas elecciones entre derecha e izquierda, ¿quién quiere votar centro? Ciudadanos habría aguantado si fuera auténticamente liberal y si en España hubiera liberales. No hay, no hay partido.

Iglesias se marcha: “Me siento muy orgulloso de haber sido útil a mi formación política y a mi país durante estos años. Muy orgulloso de haber servido como vicepresidente del gobierno, pero cuando uno deja de ser útil tiene que saber retirarse”.

Llenó las plazas el 15-M de 2011, ahora hace diez años. Ha llegado a ser vicepresidente del gobierno español, pero ha dividido a los suyos (Más Madrid lo ganó) y es el malo favorito de toda la derecha política, económica y mediática. 

Y queda Sánchez, el PSOE. Y al hablar de él, hablamos de Catalunya. La jugada de forzar una moción de censura en Murcia para fortalecer a Ciudadanos y debilitar a Iglesias y resucitar el centro para no tener que pactar con Unidas Podemos le ha salido fatal a él y a su asesor Iván Redondo. Ahora ya no tiene a Ciudadanos para pactar a su derecha. Sánchez ha perdido en Madrid porque se implicó claramente en la campaña. En estas condiciones, ahora no convocará elecciones en España.

O sea que, para gobernar, Sánchez no tiene más remedio que el apoyo del PNB, Esquerra, Bildu o Unidas Podemos. A corto plazo Sánchez tiene incentivos, por lo tanto, para firmar los indultos, o convocar la mesa de diálogo. Pero de un táctico como Sánchez solo se pueden esperar jugadas a corto plazo, y jugadas a corto plazo no son soluciones para Catalunya, como las que ayer reclamaba Jordi Cuixart en el 'New York Times'.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea del covid-19, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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