El análisis de Antoni Bassas: '¿El Procés se ha acabado, Pedro Sánchez? Pregúntaselo a los jueces'

Como diría Pep Guardiola, Sánchez es el 'puto amo' de la táctica, se ha paseado por Barcelona y por la política catalana esta semana. Encima, tenemos que oír decir que el Procés se ha acabado, cuando los tribunales no hacen más que alimentar el conflicto

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Todo lo que ha sucedido entre Esquerra y Junts y con la reunión con Pedro Sánchez en Barcelona es como si hubiera pasado una tormenta como la de les Cases d'Alcanar y hoy estuviéramos haciendo control de daños, a ver cuántos coches se ha llevado la riada.

Primera constatación: el Govern se ha salvado, y por una buena temporada. Lo quieren el president Aragonès y el secretario general de Junts, Jordi Sànchez. Aragonès se reunió ayer con el vicepresidente Puigneró y Jordi Sànchez ha dicho esta mañana a Catalunya Ràdio que no tensionaran al Govern por la mesa. Aunque no se sienten nunca en ella, porque dice que no piensan cambiar los nombres que propusieron. Jordi Sànchez ha dicho esta mañana: “Junts per Catalunya no ha sido desleal con el president de la Generalitat, y tampoco acusaré de desleales a mis socios de gobierno, porque si lo hiciera tendría que marcharme del Govern”.

¿Por qué el Govern aguantará esta tormenta y las que vengan? Porque ni Esquerra ni Junts tienen alternativa. Esquerra tendría una aritmética, que es el PSC más los comuns, pero si hace esto le deja en bandeja la victoria a Junts en las próximas elecciones, y no es con el PSC con quien quiere pactar sino con el PSOE en Madrid. Y Junts viene del PDECat, que viene de CDC, es decir, una formación con cultura de gobierno y de poder que no se puede permitir tener a centenares de cargos en la oposición sin trabajo. Ya les decía ayer que el interés mueve la política. También los principios, y Pere Aragonès y Jordi Sànchez son dos independentistas y dos personas responsables, que se la jugaron, personalmente, pactando a solas la formación del Govern in extremis. A la primera gran dificultad no abandonarán el barco.

La segunda constatación va en la línea del o que nos han oído decir aquí: Pedro Sánchez cree que ya hizo suficiente con los indultos. Ahora, encima, viene a Barcelona y el New York Times dice que es él quien encarrila el conflicto. Y se permite tener tiempo de hacerse la foto con Illa mientras los ministros y los consellers estaban reunidos en la mesa de diálogo. Ha visto el Govern dividirse. Se ha permitido decir que retira la propuesta de ampliación del aeropuerto. Como diría Pep Guardiola, Sánchez es "el puto amo" de la táctica, de los tiempos políticos. Por eso, ayer, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, dijo que el Procés se está acabando, y hoy en El País explican desde Madrid que una de las personas que prepararon la mesa comentó: “Llegamos mucho peor de lo que teníamos previsto y salimos mucho mejor de lo que esperábamos”.

Pedro Sánchez y Pere Aragonès, el PSOE y Esquerra, acaban de protagonizar un movimiento político de fondo. Desde este punto de vista, ha sido una semana importante que hace entrar el Procés en otra página que básicamente escribirán socialistas y republicanos. Esquerra tiene ahora un papel difícil: demostrar que su estrategia no solo es buena para el partido sino para el objetivo, que es la independencia. O sea, que quede claro que el Procés no se ha acabado, como dicen en la Moncloa. Pedro Sánchez se ha paseado por Barcelona y por la política catalana esta semana. Encima, tenemos que oír que el Procés se ha acabado, cuando los tribunales no hacen más que alimentar el conflicto. 

Un recuerdo para los exiliados y para los represaliados. Y que tengamos un buen día.

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