EL ACCENT

Artefactos del diablo

Artefactos del diablo

Gerard Martínez Minguell
2 min

Decía Descartes que pensaba y después existía. Teniendo en cuenta que cada vez hay más personas que no piensan pero existen (internet está lleno), la sentencia resulta de lo más desacertada. Y es que ahora, con la preponderancia de internet respecto a otros medios tradicionales, tener presencia en la red resulta imprescindible para la existencia de la que hablaba el popular filósofo francés. Lo típico de “si no tienes Instagram, no existes” o “Si no estás en Twitter, no tienes nada que decir” son frases que marcan el devenir de la sociedad actual.

Todos nos hemos visto obligados a adaptarnos a las nuevas tecnologías, incluso a los medios de comunicación. De hecho, a los diarios ya no les sirve de nada crear portadas atractivas, porque el público lector en ciernes no se encuentra en los quioscos, sino en internet. Y en la red, miras y, después, si te gusta lo que ves, compras. Así pues, la nueva realidad de las publicaciones en papel pasa por internet. ¿Paradoxal? No. Los jóvenes (y no tan jóvenes) se comunican y se informan a través de Twitch, YouTube, Google... De la misma forma que el microondas, antes de formar parte del mobiliario de cualquier cocina, era visto como un artefacto del diablo , los diarios leridanos siguen alejándose del mundo digital como si de un virus mortal se tratara. Pero internet, las redes sociales y los diarios digitales, entre otros, no son nuestros enemigos, sino que pueden llegar a convertirse en los mejores amigos de los diarios prioritariamente en papel. Si estamos en Facebook, existimos en los quioscos. Si estamos en el mundo virtual, existimos en el mundo real. Y nos compran. Pero nadie dice que nos lean...

Los medios de comunicación centran tantos esfuerzos en hacer que la gente les adquiera que olvidan lo más importante, es decir, que la gente los lea. Periódicos atractivos, visuales, de periodicidades diversas y, sobre todo, con contenidos legibles y trabajados, que reflexionen y hagan reflexionar. Se empeñan en ser los más vendidos sin ningún interés en ser los más leídos. Y si no son los más leídos, nunca serán los más vendidos. Así pues, tan sólo fomentando la lectura fomentaremos su venta. Porque, en el fondo, ¿quién compraría un coche sin carnet de conducir? ¡Ah, es cierto, que también hay coches que se pueden conducir sin carnet... Artefactos del diablo!

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