Ni un día en casa

Bar Lorenzo: con nombre propio

Una casa de comidas moderna donde predomina la cocina catalana con claras influencias de otros rincones del Estado

2 min
De izquierda a derecha, Jorge, Víctor y Llorenç en la sala del Bar Lorenzo.
  • Dirección: Pg. de la Bonanova, 105 - 107, 08017, Barcelona
  • Carta: Cocina de mercado
  • 'Must': Gambas en la ibicenca
  • Vino: Carta corta con buenas referencias
  • Servicio: Muy cercano
  • Local: Terraza y sala acogedora
  • Precio por persona: 50 euros

El Bar Lorenzo es una casa de comidas moderna donde predomina la cocina catalana con claras influencias gallegas, vascas, andaluzas y algún guiño a la cocina madrileña. Las dimensiones del restaurante y las limitaciones de espacio les obligan a comprar a diario en los mercados de Barcelona y hacer el pedido a sus proveedores habituales. Lorenzo Balaguer, Jorge Malet y José María Parralo, los socios propietarios, pusieron un nombre propio para poder identificarse con aquellos bares de hace unos años, muy comunes en las barriadas de muchas ciudades peninsulares, para transmitir proximidad. Está situado en el paseo de la Bonanova, los tres conocen la zona y la gente que vive allí y la frecuenta. Quieren ofrecer un activo nuevo en el barrio.

Nos atiende a Lluís Córdoba, una de esas personas que conoce el oficio y el trato con la gente, nos ofrece la carta y nos describe las sugerencias del día. Empezamos con algunos de los clásicos del restaurante: tomates de Cabrera de Mar con cigalas y su vinagreta; chistorra de Navarra; ensaladilla de txangurro y unos boquerones fritos que nos evocan un chiringuito junto al mar.

La carta de vinos es corta, equilibrada, pero con propuestas suficientes para hacernos dudar. Finalmente, elegimos el Embruix, posiblemente la apuesta más conocida del Celler Vall Llach de Porrera. Es la hora de volver a la teca y probar las gambas a la ibicenca (con huevos fritos, patatas y ajo), una sugerencia que Lluís casi nos ha obligado a pedir. ¡Celebramos haberlo obedecido! Cerramos los segundos con el reconocido steak tartar y sus patatas puente neuf (un tipo de corte que hace que al freírlas queden tiernas por dentro y crujientes por fuera). Como hemos quedado satisfechos, para rematarlo sólo compartimos unos canutos de crema y una versión del pan con chocolate, aceite y sal. Los responsables directos de darnos placer son Víctor Cunama, jefe de cocina, y su equipo.

Es la hora del gin-tonic, aunque el Bar Lorenzo también es reconocido por la elaboración de buenos cócteles. Nos sentamos con Llorenç Balaguer, que aparte de dar nombre al restaurante, está muy presente en el día a día. "Lo más valioso es el cliente. Tenemos muchos repetidores y en la medida de lo posible queremos dirigirnos a ellos por su nombre, haciéndoles sentir que nosotros también formamos parte de su vida diaria". Llorenç habla muy bien de su equipo y se muestra orgulloso por un trabajo bien hecho y muy reconocido por unos vecinos fieles. Cuando vaya tanto podrá disfrutar de una terraza muy agradable como de una acogedora sala donde destacan una fotografía de Maradona, un referente para Llorenç, y un cuadro del Dioni que representa "una metáfora y una alegoría de la España "más ácida".

El Bar Lorenzo es una evolución de las casas de comida de antaño, en el sentido más tabernero, y se ha convertido en una propuesta gastronómica de calidad para el día a día y, en su caso, para alguna celebración especial.

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