El Barça se desmarca de Florentino para poder fichar

BarcelonaEl primer equipo de fútbol masculino del Barça representa la principal fuente de recursos para la institución azulgrana. Y ahora mismo la plantilla que entrena Xavi Hernández desde hace unas semanas –una vez se certificó el adiós a Koeman– está en mínimos en cuanto a argumentos futbolísticos. Así lo demuestran la posición del equipo en la Liga –octavo a 18 puntos del líder, el Real Madrid, y a cinco de la Liga de Campeones– y la reciente eliminación de la máxima competición continental a manos del Bayern Múnich y el Benfica. Este contexto deportivo, afectado también por las lesiones y la retirada profesional del Kun Agüero, condiciona el resto del proyecto y complica mucho la recuperación a base, por ejemplo, de nuevos contratos de patrocinio o de reformas como el Espai Barça, que se ratifica este fin de semana en referéndum. Por eso, tanto la cúpula directiva como los principales ejecutivos de la entidad se han puesto de acuerdo en que se tienen que hacer fichajes a corto plazo para reflotar el primer equipo. No se prevén más temporadas de transición como la actual, en la que el conjunto catalán asume que no podrá luchar por la Liga y competirá por la Europa League.

El Barça trabaja en la idea de hacer dos o tres fichajes en el mercado de invierno. Sobre todo examina varias opciones en ataque, que es donde la plantilla va más justa. La más clara es Ferran Torres, un joven delantero del Manchester City tasado en 70 millones que quiere abandonar la Premier para abanderar el proyecto de Xavi. También se ha puesto el foco sobre el rival vecino del conjunto de Pep Guardiola, el United, y concretamente en dos jugadores de perfiles bastante opuestos: Anthony Martial, polivalente y con más proyección (26 años), y Edinson Cavani, ariete especialista y experimentado (34). La negociación con el atacante citizen es para adquirirlo en propiedad, puesto que se le considera un valor estratégico. En cambio, las soluciones de Martial y Cavani serían más temporales. Son dos jugadores que han pedido salir del equipo que ahora entrena Ralf Rangnick porque tienen demasiada competencia: Cristiano Ronaldo, Jadon Sancho, Marcus Rashford, etc.

La ejecutiva azulgrana está trabajando, pero abrir la puerta de las llegadas –más allá de fichajes baratos como Dani Alves– está supeditado a dos grandes vías de acción. Una es desprenderse de las fichas altas de la plantilla que tienen un papel residual, como Coutinho y Umtiti. La otra es abrazarse a la inyección inmediata de dinero que supone consignar el acuerdo de la Liga con el fondo CVC. Tal como informó el ARA el 3 de diciembre, la dificultad para ceder o vender activos a medio curso provoca que el pacto con el fondo británico sea el camino más corto para poder tener margen salarial. Una operación que el club rechazó públicamente en la asamblea de clubes del pasado viernes, en la línea del criterio de Florentino Pérez y el Real Madrid, pero que al mismo tiempo está negociando a medida para poder conseguir el fair play financiero que necesita para poder volver a construir proyecto después de la traumática salida de Leo Messi. En este sentido, según ha explicado este lunes RAC1, el Barça se mueve a instancia de su principal acreedor, Goldman Sachs, que también forma parte de CVC y está interesado en el acuerdo. El banco norteamericano es consciente de que la planificación deportiva afecta al resto de la actividad del club, de aquí que participe en las conversaciones para propiciar que CVC actúe como socio y aporte capital en vez de más deuda. También flexibilizaría el trato el hecho de que Goldman Sachs asuma el coste de las obras del nuevo estadio, una suma que CVC, que contempla una parte de la inversión en el fútbol español en términos de infraestructura, no tendría que abonar.

Si finalmente el Barça y CVC se dan la mano, cosa que no pasó en verano con Messi ni hace unos días en la sede de la Liga, la alianza con Florentino y el Real Madrid de los primeros meses de mandato de Joan Laporta podría quedar afectada. Hasta ahora los dos grandes del fútbol estatal han ido de la mano en temas como la Superliga, el fin de los avales y CVC. Ahora la extrema necesidad del Barça, fruto de una herencia nefasta que el actual gobierno tiene dificultades para gestionar, puede cambiar esta dinámica.