Monarquía británica

Carlos III echa del Palacio de Buckingham a su hermano Andrés

Aprovechando unas obras de remodelación, el monarca suelta lastre y se deshace del príncipe acusado de abuso de menores

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El príncipe Andreu de York

LondresCarlos III no puede controlar a su hijo díscolo, Enrique, y por eso intenta ejercer la autoridad con su hermano pequeño, Andrés, mucho más desvalido. Después de unas primeras semanas de 2023 en las que la prensa británica no ha dado tregua con las informaciones y cotilleos surgidos de la autobiografía del príncipe y segundo hijo de Diana de Gales, el cambio de estrategia para mostrar que el nuevo rey todavía es capaz de aguantar las riendas del reino ha sido más que evidente.

El pasado sábado, a las 18.00 horas, los portavoces del Palacio de Buckingham emitían un comunicado por tierra, mar y aire dirigido a toda la prensa británica y la internacional establecida en Londres en el que empezaban a desvelar detalles de la pompa que habrá para la ceremonia de la coronación, que tendrá lugar entre el 5 y el 7 de mayo. Al día siguiente, el domingo, por primera vez en un par de meses, desde que Enrique y Meghan debutaron en Netflix , las noticias sobre los Windsor no eran escandalosas. Presentaban un reinado que no tiene nada que ver con la realidad pero, esencialmente, no había titulares negativos.

Y este jueves, para insistir en el reforzamiento de la autoridad real de Carlos III, The Sun y The Times han informado de que ha dejado en la calle su hermano Andrés. Es decir, al duque de York se le ha dicho que ya no puede utilizar nunca más las habitaciones que tenía asignadas en el Palacio de Buckingham. Primero, el año pasado, le obligaron a cerrar la oficina que todavía conservaba. Ahora, aprovechando unas obras de remodelación, se han librado de las posesiones que Andrés guardaba allá. Además, ya no podrá ir a dormir. Obviamente, no se tendrá que instalar bajo un puente del Támesis, pero le han indicado que unas dependencias del Palacio de St. James son un lugar mucho más discreto.

Se cumple así el destino final y fatal del tercer hijo de la reina Isabel II, caído en desgracia por su relación de amistad con el pederasta convicto y confeso Jeffrey Epstein, multimillonario norteamericano que se suicidó en la prisión de Manhattan en agosto de 2019 mientras esperaba un nuevo juicio por tráfico de menores. En aquellos momentos, Andrés fue denunciado por abusos y violación por una de las presuntas víctimas de la red de Epstein y quien fue su pareja, Ghislaine Maxwell. Los hechos se remontaban a 2001, cuando la mujer afectada, Virginia Roberts Giuffre, tenía 17 años.

Un acuerdo que ahora quiere romper

Hace casi un año, a mediados de febrero del 2022, Andrés llegó a un pacto con Roberts Giuffre y le pagó unos quince millones de libras para olvidarse de lo que supuestamente pasó. Pero el daño ya se había hecho mucho antes, porque dos años antes la reina Isabel, todavía con energía, lo apartó de la vida pública y lo condenó al ostracismo. Desde entonces, a Andrés se le ha visto en contadas ocasiones, prácticamente con la excepción de los funerales de su madre y el resto de actos que rodearon a la despedida de la monarca, en septiembre del año pasado, y antes, de su padre.

La polémica foto de 2001 donde aparece el príncipe Andrés cogiendo de la cintura a la presunta víctima, Virginia Roberts Giuffre, cuando ella era menor de edad.

La información de The Sun sugiere que Andrés fue expulsado de casa en diciembre. Una fuente royal dijo al diario: "El rey ha dejado claro que el Palacio de Buckingham no es lugar para el príncipe Andrés. Primero le cerraron su despacho el año pasado, y ahora su dormitorio. A Andrés le encantaba tener una suite, donde no solo se estableció para la vida matrimonial con Sarah Ferguson, sino que la utilizó como soltero después de su divorcio. Trajo a una serie de nuevas novias, incluso a la modelo Caprice". Un mes antes, Andrés fue privado de la protección policial, tres años después de perder sus funciones reales. Su protección las 24 horas del día costaba al Tesoro entre 500.000 y tres millones de libras al año.

Ahora, la prensa británica especula estos días con que Andreu intenta, a través de un prestigioso despacho de abogados, rectificar respecto al acuerdo extrajudicial al cual llegó con Virginia Roberts Giuffre. Uno de sus objetivos sería conseguir que quedara establecido que nunca la llegó a conocer, extremo casi imposible teniendo en cuenta la foto que tienen juntos, y que la mujer misma se ha encargado de difundir extensivamente.

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