Viajar y zampar

Dónde y qué comer en Nueva York

Incluso los famosos 'food trucks', que se han ido sofisticando, muestran la diversidad gastronómica que no tiene rival en ninguna otra ciudad del mundo

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Una ensalada en una terraza de un restaurante con vistas a la ciudad de Nueva York

Nueva YorkNueva York es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo, sino la que más. Su diversidad de culturas se nota con la gente, en las calles y en la gastronomía, puesto que es posible degustar comidas tradicionales de casi cualquier lugar del planeta. Y esto sin olvidar los platos típicos de la Gran Manzana como el bocadillo de pastrami, la pizza, el bagel o el pastel de queso.

1.

De los carritos de 'hot dogs' a las camionetas y los mercados de comida

Nada más pisar la ciudad, el visitante observa enseguida los carritos de hot dogs y de desayuno de toda la vida en las zonas comerciales y de trabajo. Pero en los últimos 15 años, sobre todo después de la recesión del 2008, también se pueden encontrar camionetas con comida de muchos países: de cocina china, coreana, griega, mexicana, india, etc. Estas camionetas, los food trucks, no han parado de proliferar por todas partes y se han convertido en una opción de comida buena, barata y, a veces, incluso saludable. Más allá de comer la grasienta salchicha para vivir una experiencia neoyorquina auténtica, es muy recomendable probar esta nueva oferta gastronómica.

Uno se puede aventurar a comer en el primero food truck que encuentre o puede buscar algunos de los mejores de la ciudad según varias listas Top como el italiano Disos, el griego King Souvlaki o el belga Wafles and Dinges. La mayoría de camionetas de comida utilizan las redes sociales para informar a sus clientes de su ubicación.

Cuando llega el buen tiempo, de abril a octubre, también se puede encontrar la comida de camionetas y carritos en varios mercados esparcidos por la ciudad. Algunos de los más famosos y concurridos son el de Smorgarsburg, en el World Trade Center, los viernes; el del barrio de Williamsburg los sábados, y el de Prospect Park, en Brooklyn, los domingos, así como el más caótico y auténtico mercado de noche de Queens, en el Flushing Meadows Corona Park, el sábado a partir de las 5 de la tarde. En sus puestos de comida se pueden degustar desde tacos mexicanos, mee pok singapureses, cebiche peruano, o siega wat etíope, hasta platos más originales como donuts de espaguetis o una hamburguesa de ramen, entre otras muchas cosas.

2.

El 'bagel', el 'pretzel' y el bocadillo de pastrami, esencias culinarias de una ciudad inmigrante

Nueva York es una ciudad de inmigrantes y, por eso, muchos de sus platos más icónicos, como el bagel, el pretzel o el bocadillo de pastrami les trajeron gente de fuera. En estos casos, concretamente, inmigrantes de Europa Central y del Este. El bagel y el pastrami empezaron a formar parte de la cocina neoyorquina con la llegada de judíos polacos y rumanos a finales del siglo diecinueve. Y, en las mismas fechas, inmigrantes alemanes importaron los pretzeles.

El bagel es un pan redondo con un agujero en medio, como los también queridos donuts, que primero se hierve y después se hornea. Es un clásico neoyorquino a la hora del desayuno, sobre todo, con queso de crema o tortilla con bacon, pero se pueden comer a todas horas. Los hay de varios gustos, pueden llevar semillas de sésamo y comino, entre otras especias, e ir rellenos con embutidos, pescados ahumados, quesos o tomate. Algunos de los mejores sitios para degustarlos son el Russ & Daughters (Lower East Side), el Bo's Bagels (Harlem) o el Absolute Bagels (Upper West Side).

El pretzel, un pan salado con forma de lazo, se puede encontrar en los carritos de comida, junto a los hot dogs, o en las panaderías. En los últimos años se come mucho en las nuevas cervecerías que han surgido por toda la ciudad, como la Greenpoint Beer & Ale (Brooklyn) o la Torch & Crown (Soho).

En cuanto al bocadillo de pastrami, que se hace con pan de centeno y el pastrami –un embutido de carne de ternera adobada con pimienta negra–, se puede degustar a muchos de los delis de la ciudad, pero el lugar más famoso es el Katz's Delicatessen (Lower East Side), no sólo porque es el deli más antiguo de la ciudad (abrió en 1888), sino también porque es el escenario del célebre orgasmo fingido de Meg Ryan en la película Cuando Harry encontró a Sally.

3.

Restaurantes de alta cocina con estrellas michelin y las steakhouses de toda la vida

Gracias a su condición de crisol, la escena gastronómica de Nueva York es una de las más innovadoras del mundo. La ciudad cuenta con 73 restaurantes con estrella Michelin, incluidos cinco con tres estrellas, como el elegante restaurante Eleven Madison Park, que el pasado año mantuvo la máxima distinción de la famosa guía tras convertirse en 100% vegano. Otros son el francés Le Benardin, especializado en mariscos y pescados, o el lugar de sushi Masa, uno de los restaurantes más caros del mundo. Por otro lado, existen restaurantes de una o dos estrellas algo más asequibles, como el Gramercy Tavern, que sirve nueva cocina americana, el mexicano Oxomoco o el escandinavo Aquavit.

Al lado de los restaurantes de alta cocina están las steakhouses de toda la vida, como el legendario Peter Luger (Williamsburg). Sirve bistecs desde 1887 y está considerado uno de los mejores restaurantes de carne de la ciudad. Otros clásicos son el Keens, con casi 140 años de historia; el Gallagher's, que abrió primero como bar clandestino en 1927, y el Smith & Wollensky, establecido en 1977 (los tres situados en Midtown). Sin embargo, en los últimos años, se han abierto nuevos restaurantes de carne que rivalizan con estas viejas glorias como el St. Anselmo (Williamsburg) o el Bowery Meat Company (East Village).

Otro restaurante clásico de la ciudad, aunque no es de carne, es el Oyster Bar. Está situado en la majestuosa estación de tren Grand Central y, como dice su nombre, sirve ostras: más de cinco millones de unidades al año. También ofrece gambas, pasteles de cangrejo y todo tipo de mariscos y pescados. No es sólo un buen sitio para cenar, sino también para contemplar la adaptación de la bóveda catalana del arquitecto valenciano Rafael Guastavino.

4.

La pizza de Nueva York y la típica hamburguesa americana

Es casi imposible marcharse de Nueva York sin comer un pedazo de pizza neoyorquina –hay pizzerías por doquier– o una típica hamburguesa americana en un restaurante o diner. Además de ser platos baratos, son parte del menú diario de muchos neoyorquinos y turistas que visitan la ciudad. No es una opción muy sana, pero cada vez se pueden encontrar más versiones menos grasas o incluso veganas.

La pizza al estilo de Nueva York tiene una masa fina y crujiente que se pliega fácilmente. Se puede comprar una porción en sitios como Joe's Pizza, ubicada muy cerca de John's of Bleecker Street, y que es toda una institución del Greenwich Village gracias a Spiderman. También se pueden comer pizzas individuales en restaurantes legendarios como el Lombardee, en Little Italy, considerada la primera pizzería de Estados Unidos, o Grimaldi's, que durante muchos años fue de los pocos restaurantes que estaban cerca del embarcadero del puente de Brooklyn. El antiguo propietario de esta última pizzería vendió la marca, pero decepcionado con la calidad de las pizzas abrió un nuevo restaurante al lado, Juliana's.

El otro plato estrella de la ciudad es la hamburguesa. Se puede probar tanto en restaurantes elegantes o de comida rápida como en bares o diner. Las hamburguesas de la cadena Shake Shack son una buena opción calidad-precio y se encuentran por toda la ciudad. Otra cadena con estos bocadillos americanos icónicos es Five Napkin. En su menú también tienen la imposible burger, una hamburguesa vegana. Otro buen sitio es el Burger Joint, situado en un lateral a la izquierda de la recepción del hotel de lujo Le Parker Meridien (Midtown). También se puede optar por comerla en un diner como el Empire Diner (Chelsea) o el Brooklyn Diner (Midtown).

5.

Una ciudad llena de barrios que acogen culturas y cocinas del mundo

Otra forma de disfrutar de la gastronomía que ofrece Nueva York es degustar los restaurantes de los diferentes barrios étnicos de la ciudad. Se puede comer los tradicionales dumplings o dim sum en Chinatown, o un plato de pasta en Little Italy, pero también explorar la cocina rusa, ucraniana o de Asia Central en Little Odessa, en Brighton Beach (Brooklyn); la griega en Astoria (Queens); la coreana en K-Town (la calle W 32th con la avenida de Madison), la japonesa en Japan Town (la calle E 9th con Stuyvesant), la india en Jackson Heights; la senegalesa en la calle 116th de Harlem; y la paquistaní en Coney Island, entre otras muchas.

Se puede comer una barbacoa coreana en el Let's Meat o en el Jongro BBQ de Koreatown. O sushi enHasakiy sopa de udon en Raku de Japan Town. Pero también tomar la línea 7 de metro y llegarse hasta la última parada, Flushing (Queens), donde hay otro y más grande Chinatown, y comer en alguno de los mejores restaurantes chinos de la ciudad, como el Chongqing Lao Zao o el White Bear. Allí también se pueden degustar otras cocinas asiáticas como vietnamita, tailandesa o taiwanesa. Cerca de este barrio, está Jackson Heights, que alberga Little India, mucho mayor que la que hay en el East Village. En este último barrio ya sólo quedan seis restaurantes, entre ellos el Milón, pero en Queens hay una buena concentración de restaurantes de cocina india, y uno de los mejores es Jackson Diner.

Queens es también un lugar con mucha cocina latina como los tamales colombianos, las arepas venezolanas, los tacos mexicanos, o la ropa vieja cubana. La Vecina Astoria ofrece un menú con una fusión de estas cocinas. Seis Vecinos hace lo mismo en el Bronx y Cómodo cerca de Gramercy Park. Es seguramente imposible degustar todas las cocinas que Nueva York ofrece, pero se puede chalar mucho intentándolo.

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