Consultorio laboral

Cómo compaginar los horarios para trabajar y dar clases

La consultora Alexandra Masó da claves sobre cómo hacer frente a la negociación con la compañía

Una profesora dando clase.
2 min

Me ha salido la posibilidad de dar clases el próximo año. Me hace ilusión, pero tendré que pedir horarios algo distintos al trabajo que tengo. ¿Cómo lo plantearías?

Robert, Barcelona

Sin tapujos y directamente, cómo sacarse una tirita. Y no des demasiadas vueltas. Justamente porque es un tema ambivalente: a ti te hace ilusión y quizás la empresa esté orgullosa de tu nuevo rol, pero también puede ocurrir que –por múltiples factores que tú no controlas– la empresa se ponga de culo. Plantea en la empresa la mejor combinación de horarios para ti, pero prepara también una opción límite que integre lo máximo que estás dispuesto a hacer para combinar el trabajo con la docencia.

Más importante que cómo plantearlo es cómo negociarlo y cómo asumir el resultado final sea cual sea éste. Al negociarlo, adopta una postura epicúrea. A diferencia de lo que ha representado el epicureísmo en los últimos siglos, en sus orígenes, Epicuro proclamaba la “justa medida” de las cosas. Si ahora estás demasiado ilusionado, intenta compensar ese estado pensando en aquellas cosas que pueden no ser tan agradables de ese nuevo rol; quizás dedicarás demasiadas horas, no todo el mundo valorará tus lecciones o quizás no acabas de encajar en el entorno educativo. Procura no caer en el otro extremo, no se trata de negociar tus nuevos horarios con indiferencia, sólo que la “ilusión” no sea el estado principal con el que afrontes la negociación.

Entiendo que puede haber un toma y daca en la negociación, pero, dado que querrás mantener el trabajo, la salud mental y la buena relación con la empresa, para asumir el resultado habrá que adoptar una postura estoica. Los estoicos distinguían entre lo que podemos y no podemos controlar. Aplicado a tu caso: no puedes controlar la respuesta de la empresa, pero sí tus expectativas y cómo vas a reaccionar ante sus respuestas. Y es que la mayor parte de nuestra vida se mueve en ambivalencia; el peor y el mejor escenario son polos opuestos que sirven de umbral, pero no como destino de la negociación. Así pues, ¿te sentirás cómodo con una resolución en medio de lo que quieres y de lo que no?

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