Tecnología

Compaq, los portátiles maleta que plantaron cara a IBM

La marca logró desarrollar equipos de bajo coste, estéticos y fáciles de transportar hasta que la compró HP

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Compaq, los portátiles maleta que plantaron cara a IBM

En 1982 Rod Canion, Jim Harris y Bill Murto entraron en uno de los locales que la cadena de pastelerías House of Pies tenía en Houston. Tenían una cita. Sentado en una mesa, ya les esperaba Ted Papajohn, un joven diseñador industrial especializado en productos informáticos. Canion, Harris y Murto, que habían trabajado juntos en la compañía de semiconductores Texas Instruments, lo habían dejado todo para poner en marcha su propio negocio. A punto estuvieron de fundar un restaurante mexicano, pero finalmente habían decidido probar suerte en el campo de la informática, que apenas estallaba. Del encuentro con Papajohn esperaban que les enseñara alguna idea de producto innovador que les permitiera poner en marcha la maquinaria.

En una servilleta de papel, el diseñador les esbozó un ordenador encabe- cido dentro de una maleta. Ellos aún no lo sabían pero ese croquis les haría de oro: tenían delante uno de los primeros diseños de ordenador portátil de la historia. Con el esbozo en la mano empezaron a recorrer despachos de inversores privados que les quisieran financiar la aventura. En poco tiempo lograron recoger 25 millones de dólares. Cuando el ordenador salió al mercado fue un rotundo éxito: en tan sólo un año ya habían vendido 53.000 unidades y estaban facturando más de 100 millones de dólares. "En aquella época los ordenadores apenas estaban naciendo y no había, ni mucho menos, la oferta de hoy", contextualiza Andrei Boar, profesor en la Barcelona School of Management de la UPF.

El mercado estaba capitaneado con mano de hierro por IBM, que llevaba un par de años inventado el ordenador personal (PC). Lo que Compaq había hecho con su ordenador había sido simplemente crear un aparato con un formato diferente –mucho más estético y fácil de transportar–, con un código propio compatible con el de IBM y más barato. "Nos mueve la simplicidad: menos piezas significa menos costes", explicó Papajohn en un extenso artículo publicado en la revistaComputerworldel 26 de mayo de 1986.

Con un fuerte gasto en investigación y desarrollo para conseguir equipos competitivos a bajo coste, y con una campaña mediática protagonizada por el humorista británico John Cleese, Compaq fue creciendo sin freno. En 1985, la facturación ya se había disparado hasta los 503 millones de dólares. En 1990, la compañía anunció que había cerrado el ejercicio superando los 1.000 millones de dólares de beneficios.

Ante un mercado que se abría, Intel dejó de fabricar procesadores en exclusiva para IBM y el imperio empezó a tambalearse. Pero, al igual que Compaq se había hecho un hueco en el mercado, otras empresas como Dell y Gateway 2000 también se situaron en el mapa. A finales de la década de los 90 estas nuevas marcas ya eran capaces de fabricar equipos más potentes que Compaq y sin realizar el enorme gasto en búsqueda de la marca de Canion, Harris y Murto. En 2002, en plena crisis de las empresas puntcom, HP compró Compaq por 24.200 millones de dólares. Poco a poco, HP fue diluyendo la marca hasta que, discretamente, en el 2013 la hizo desaparecer.

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