Casa

Ocho consejos para planchar mejor y evitar arrugas

Recopilamos sugerencias de expertos para mejorar nuestra relación con esta tarea doméstica y eliminar las marcas de la ropa de manera más eficiente

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Una plancha en una imagen de recurso.

BarcelonaLa Navidad en la que Pablo se independizó le regalaron una plancha y los Reyes le dejaron bajo el árbol una tabla. “Pensé que me irían muy bien, pero han pasado los años y todo sigue encerrado dentro del armario donde lo guardé”. Ahora es profesor en un instituto del Maresme y desde que se fue de casa de sus padres no ha vuelto a planchar más: “Antes lo hacía porque formaba parte de las tareas familiares, pero ahora lo encuentro innecesario”. Irene es diseñadora gráfica y vive en un piso compartido en Barcelona. Acaba de cumplir treinta años y tampoco la utiliza: “Me da pereza. Procuro tender deprisa cuando saco la ropa de la lavadora. La sacudo bien y trato de secar las camisas en una percha para que no se arruguen tanto”. 

La tarea más odiada

La animadversión de Pablo e Irene hacia la plancha no es excepcional. Según una encuesta reciente de la empresa de electrodomésticos Puntronic, siete de cada diez de los encuestados aseguran que planchar es la tarea doméstica que menos les gusta, incluso menos que limpiar el lavabo. ¿Por qué nos gusta tan poco y cada vez lo hacemos menos? Según el periodista del ARA y especialista en moda Joan Callarissa, el motivo principal es que no sabemos cómo hacerlo correctamente. “Es cierto que todos tenemos poco tiempo y que podemos sobrevivir con unos pantalones sin planchar, pero la ropa arrugada es una mala carta de presentación y puede dar una imagen de persona descuidada”. Para la organizadora profesional Clara Massons, ver ropa arrugada dentro del armario puede ser una fuente de estrés. “Cuando ves esa camisa que dijiste hace días que plancharías en el cajón te recuerda todo el trabajo que tienes pendiente y te puede angustiar. Planchar es cuidar la ropa y es una manera de agradecerle que te proteja, te abrigue y te dé seguridad”, afirma. ¿Cómo podemos mejorar nuestra relación y nuestras habilidades con este electrodoméstico?

1. Encontrar la plancha adecuada

Las tres preguntas que nos tenemos que hacer cuando compramos una plancha es cuánta ropa necesitamos planchar, cuánto dinero nos queremos gastar y de qué espacio disponemos en casa. Si planchamos poco, tenemos poco espacio y poco presupuesto, la mejor opción es una plancha de vapor convencional. Los centros de plancha son una buena opción para familias que tienen mucha ropa o para personas con poco tiempo, puesto que es más rápido que la plancha convencional. Ahora bien, son más voluminosos y más caros. Los expertos recomiendan el centro de plancha porque produce vapor continuo y más presión y con una sola pasada alisan la ropa y no la estropean. Las planchas verticales pueden ser útiles para alisar cortinas o camisas colgadas, pero si la ropa está muy arrugada no nos servirán.

2. Preparar el 'kit' esencial

La organizadora profesional Clara Massons aconseja que, si es posible, tengamos un espacio de la casa dedicado a esta actividad. “Una de las cosas que más pereza dan es abrir la tabla de planchar, así que si la tenemos siempre preparada seremos más constantes. En caso de que no tengamos espacio, con una habitación donde haya luz será suficiente”. Además de la plancha y la tabla, también es importante tener un kit de la plancha que incluya un trapo limpio para evitar marcas, un espray con agua para humedecer la ropa y un cepillo para sacar el vello de las piezas o el pelo acumulado de las mascotas. 

Es recomendable planchar en una habitación donde haya luz.
3. Lavar y tender con cuidado

Para poder planchar bien primero se tiene que lavar y tender la ropa adecuadamente. Los expertos recomiendan no abarrotar la lavadora ni pasarse centrifugando y utilizar suavizante. A la hora de tender, colocar las pinzas en las costuras o en zonas poco visibles para que no se noten las marcas y colocar cada pieza con cuidado, sin que se toquen entre ellas. Y aunque se tienda bien, es necesario pasar la plancha en la mayoría de piezas, pero nos ahorrará tiempo, puesto que estarán menos arrugadas. Massons incide en que cuando recojamos la ropa y la dejemos en el cubo no la dejemos hecha una bola y evitemos que se acumule mucha, ya que el peso de las piezas hará que se arruguen más. 

4. Leer las etiquetas

La ropa que solemos comprar no es de muy buena calidad y para cuidarla bien con los lavados y la plancha es importantísimo leer las etiquetas y saber con qué tejido trabajamos, aseguran los expertos. Una buena elección de las piezas nuevas que adquirimos puede reducir el tiempo de planchado. Y para acertar, hay que leer la etiqueta. Los tejidos de fibras naturales de celulosa, como el algodón o el lino, son los que se arrugan con más facilidad, y después vendrían los de fibras sintéticas como el poliéster o el nailon. Si huimos de la plancha, lo ideal es escoger ropa con al menos un 25% de licra. 

5. Proteger la ropa de marcas y quemaduras

A la hora de planchar es recomendable darle la vuelta a la ropa para evitar quemaduras y trazos indeseados. Para protegerla mejor también se puede planchar encima de una tela protectora como un trapo limpio de ropa o los que venden en tiendas especializadas. Clara Massons aconseja que si no tenemos tiempo de separar la ropa por tejidos, lo mejor sería planchar con una temperatura suave siempre y así evitar accidentes. 

6. Empezar por las costuras

Los expertos remarcan que es importante empezar a planchar por las costuras y las pinzas que dan forma a la pieza. Es necesario hacerlo con movimientos ligeros, sin apretar demasiado ni ir muy lentos, siguiendo la dirección del tejido para evitar deformaciones y bolsas. Por las camisas, el orden a seguir es el de cuello, espalda, lateral y mangas para no arrugar lo que has planchado antes. Y en el caso de los pantalones es mejor empezar por la parte alta de la cintura. Para los más perezosos, un truco es empezar siempre a planchar por aquellas piezas que nos son más “simpáticas” como las servilletas de tela, por ejemplo, y dejar lo más complicado para el final, cuando le hayamos cogido el tranquillo. 

7. Guardar la ropa con distancia

Para mantener el orden es imprescindible tener cubos para dejar la ropa doblada cuando se plancha para después trasladarla al armario. En el caso de las camisas, lo mejor es ponerlas en una percha. Para que no se nos arrugue en el armario tenemos que dejar espacio entre la ropa para que respire. Massons nos recomienda el famoso pliegue vertical que popularizó la organizadora profesional Marie Kondo, donde la ropa se ve a simple vista y no se arruga tanto. Siempre hay que esperar que la ropa se enfríe antes de guardarla dentro del armario para evitar humedades. 

Hay que esperar que la ropa se enfríe antes de guardarla dentro del armario.
8. Encontrar una motivación

Ponerse música o un podcast a la hora de planchar es una buena manera de encontrar la motivación. Además, se puede crear una atmósfera agradable con incienso o un aceite esencial para desconectar de las preocupaciones. Para evitar dolores de espalda, Massons aconseja poner un pie encima de un taburete e ir alternando la postura y consolidar la plancha como un momento de encuentro con tu pareja, tus hijos o tus compañeros de piso en el que mientras uno plancha el otro puede doblar la ropa y encontrar un espacio donde conversar. “También es muy importante ser constante. Reservar un día y hora cada semana en la agenda. Aunque parezca imposible, se puede convertir en un hábito agradable”, asegura la experta en orden. 

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