El bolsillo

¿Realmente se ha perdonado la deuda de Cataluña?

Andrei Boar analiza cómo la condonación del FLA afectará a las cuentas de la Generalitat y al bolsillo de los catalanes

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Fachada de la Real Casa de Aduanas de Madrid, sede del ministerio de Hacienda.

BarcelonaEn el pacto de investidura entre ERC y el PSOE se hablaba de una condonación del 20% de la deuda de Catalunya. ¿Qué significa exactamente? ¿Nos afecta a nuestro bolsillo?

Según BBVA Research, cada ciudadano que reside en Catalunya debe 10.981 euros al gobierno central aunque algunas comunidades autónomas no pueden emitir deuda pública. Desde el año 2012, para financiarse, deben hacerlo a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y del Fondo de Financiación en las Comunidades Autónomas. En la práctica, este FLA implica que el Estado hace de intermediario entre la comunidad autónoma y el mercado financiero y sube el precio de la financiación.

El gobierno central se endeuda, le aplica un diferencial y posteriormente lo cede a las comunidades autónomas que deben devolverlo pasado un tiempo. Durante este período, además, puede controlar y decidir destinar parte de sus finanzas como garantía del retorno de la deuda.

Cuando se habla de la condonación del 20% de la deuda de Cataluña (y del resto de comunidades), se hace referencia a los 14.620 millones de euros que se perdonan de los 72.000 millones de euros (el 33% del PIB) que Cataluña debe al FLA. Cabe recordar que España está en el 115% de deuda pública sobre PIB. Además, este perdón de la deuda implica no tener que pagar 1.300 millones de euros en intereses repartidos entre varios años. Para tener una referencia, en 2023 el gasto total de la Generalitat fue de 41.025 millones de euros, lo que implicaría un ahorro total del 3% del presupuesto a repartir entre los diversos años de la deuda (normalmente la deuda se ha de devolver en un plazo de entre 5 y 10 años).

Aunque hay que reconocer que es un avance, las cantidades de las que hablamos son más bien reducidas considerando el impacto en los presupuestos públicos. Sin embargo, igualmente hay que felicitar la medida: cualquier euro destinado a sanidad y no a la deuda tiene un alto retorno en la sociedad. Ahora, lo más importante es no volver a inflarlo, si no, será un pez que se muerde la cola.

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