Maria (nombre falso) es una de las víctimas que han sufrido las consecuencias devastadoras del tráfico de seres humanos. En 2018 la protagonista se encuentra lejos de su casa, Colombia, sin un entorno conocido y sin los recursos necesarios para mantener el timón de su vida, por lo que queda atrapada en una red que la explota sexualmente.
Recuperar el yo
María es una superviviente que después de vivir atrapada en una organización de explotación sexual ha rehecho la vida y ayuda a otras víctimas

BarcelonaEl tráfico de seres humanos es una mancha oscura ya extendida por el tejido social de la actual Barcelona. Esta actividad delictiva consiste en captar, acoger y coaccionar a personas con el objetivo de explotarlas. Este abuso de poder se aplica a individuos en situación de vulnerabilidad y lleva a las víctimas a una espiral negativa en la que la salud mental y física se ve gravemente perjudicada. El perfil de los afectados está claro: el 70% son mujeres o niñas y más del 99% de los casos son personas migrantes. Esta tendencia también es global, hasta el punto de que el tráfico de seres humanos es la segunda actividad ilegal más lucrativa en el mundo.
Recuperar el yo es el relato de la lucha de María (nombre falso), víctima del tráfico, y de las emociones que le han acompañado. A través de este reportaje María abre una ventana a su mundo interior: anda desde las sensaciones más oscuras y la pérdida hasta la fortaleza para recuperar la identidad propia, pasando por la importancia de la fe.
Tras varios periplos por distintos lugares de España, termina en Barcelona, donde finalmente es separada de su motor vital: su hija y su limpia recién nacida.
"La mayor pérdida fue tenerme que separar de mi hija y mi nieta".
"Fue un proceso muy difícil, que me llevó a vivir sensaciones que nunca me hubiera imaginado, como el miedo a la culpa y la ansiedad".
La religión fue el refugio y sustento de Maria. Sin la fe no se habría visto con fuerzas de salir de la rueda.
La emoción más difícil de quitarse de encima fue la culpa, consecuencia de la señalización social de la víctima.
Todavía ahora la población mayoritaria no ve a las mujeres que están explotadas con fines sexuales como víctimas y esto pesa sobre el desarrollo emocional posterior de estas mujeres.
En la soledad y la desesperación, María emprende un nuevo camino que la saca de la red.
María tuvo la suerte y el acierto de encontrar a otras mujeres que le alargaron la mano. Sherín, su primera gran amiga en Barcelona, la introdujo en el Espai Sororas.
El Espai Sororas es un grupo de mujeres cuyo objetivo es brindar apoyo mutuo en la lucha contra diversas formas de violencia y de consolidar un mensaje unificado en reivindicaciones políticas.
En este espacio, más de mil personas han recibido atención desde principios de este año (el 95% de las cuales, migrantes). El Espai Sororas es la voz que da visibilidad a las mujeres migrantes que han sufrido distintas formas de violencia; es un referente del feminismo inclusivo, un feminismo intercultural que acoge a todos.
El Espacio Sororas es un lugar de empoderamiento y lucha. Su filosofía y su implicación en la lucha y el apoyo mutuo es el motor del empoderamiento de María. Ahora ella es una referente.
"La religión, el feminismo y la familia son mis tres pilares".
Maria encuentra en los tatuajes y la lectura otra vía de crecimiento. La escritora JudithJuanhuix le escribe:
"Para María, que sepamos ver que todas las luchas, aunque digamos género, sexo, familia, raza o clase, son la misma: ¡la libertad!"
El caso de María es una brizna de esperanza en medio de la oscuridad. Actualmente, la protagonista ha logrado salir del tráfico de seres humanos y ayuda a las víctimas a obtener recursos para superar esta situación.