Las criptomonedas y el espejismo del dinero fácil

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Millones de adolescentes de todo el mundo se han convertido en inversores monetarios a través de su móvil gracias a las criptomonedas. También muchos adultos, claro. Todos ellos aspiran a hacerse ricos. Sin ser conscientes, han entrado en una espiral especulativa que crea adicción. Sobre todo a los jóvenes, que ante la perspectiva de un mundo laboral precario, les motiva embolsarse dinero sin esfuerzo. Sienten que tienen derecho a un trozo del pastel de la riqueza global que, por el camino del estudio y el trabajo, seguramente les será negado. ¿Codicia? ¿Revancha? ¿Individualismo? Deslumbrados por la promesa de dinero fácil y rápido, buscan una salida personal. Un 11% de los españoles -unos 4,3 millones de personas- han invertido o invierten en criptomonedas. De estos, un 11% solo han puesto una cantidad testimonial de menos de 300 euros, pero el 70% invierten más de 1.000 y el 40% creen que es una apuesta segura. Y segura, sin duda, no lo es.

La seguridad está lejos del volátil mundo de las criptomonedas, entre otras cosas por la carencia de controles. Si la bolsa ya es de por si un entorno complicado, todavía lo es más el de las criptomonedas. La inexistente trazabilidad de este dinero y la falta de regulación sobre su uso, junto con su carácter anónimo, hacen que nadie sepa muy bien quién o qué hay detrás de un negocio que no está sustentado en las instituciones tradicionales, como por ejemplo los bancos centrales. La mala prensa que arrastran los bancos alimenta, precisamente, esta creencia en la libertad que en apariencia representan las criptomonedas, asociadas a un espejismo de fiebre de oro. La mayoría de inversos ignoran, por ejemplo, el peligro de que se conviertan en vía de blanqueo de capitales, de pago de rescates ransomware o de operaciones de narcotráfico.

Pero no todo el mundo ve los riesgos. Mientras que la China sí que ha prohibido el bitcoin, el Salvador lo ha adoptado como moneda de curso legal. En el Chicago Mercantile Exchange ya se cotizan futuros sobre el bitcoin y en España la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha admitido inversiones en criptomonedas. El organismo regulador norteamericano , la Security Exchange Comission, también ha autorizado un primer fondo cotizado de bitcoins. O sea, que empieza a abrirse en los entornos oficiales. Y, aun así, hay muchas zonas oscuras y una gran variedad: hoy en día ya hay en el mundo unas 10.000 criptomonedas diferentes.

Las criptomonedas , basadas en la tecnología blockchain , aspiran a no quedarse en efecto burbuja y, por lo tanto, quieren desvanecer la idea de que solo están engordando la especulación. En todo caso, tal como funcionan y como se publicitan, cuesta mucho disociarlas de la fascinación por el dinero fácil.

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