El ministerio de Sanidad español ha decidido aplazar todavía más la decisión sobre qué hay que hacer con las personas de menos de 60 años que han sido vacunadas con AstraZeneca, hasta el punto que en algunos de los inmunizados se habrá rebasado el límite de 12 semanas entre la primera y la segunda dosis fijado por el fabricante. El motivo es que el ministerio quiere esperar los resultados de un ensayo clínico con 600 personas que está llevando a cabo el Instituto de Salud Carlos III para comprobar que se puede combinar una primera dosis de AstraZeneca con una segunda de Pfizer. El problema es que si se superan las 12 semanas que marca AstraZeneca se estará asumiendo el riesgo de que se pierda el efecto inmunizador de la primera dosis.
Recordamos que en España hay dos millones de personas, 200.000 de las cuales en Catalunya, de menos de 60 años que han sido vacunadas con AstraZeneca (personal sanitario, docente, trabajadores esenciales, etc.). Y que la Agencia Europea de Medicamentos ha recomendado seguir con la pauta recomendada por la farmacéutica a pesar de admitir que se han detectado algunos casos de trombas directamente relacionados con la vacuna. Algunos países, como Francia y Alemania, ya están suministrando directamente la segunda dosis con Pfizer, y este es también el criterio que defienden las autoridades sanitarias catalanas.
Hay que tener en cuenta que estos días se está viendo que hay una relación directa entre porcentaje de la población vacunada y recuperación económica. Y que atrasar la vacunación puede causar más muertes por covid que cualquier efecto secundario provocado por las vacunas. Tampoco se entiende que, para compensar las dudas con AstraZeneca, no se autorizara a espaciar las dosis de Pfizer, como reclamó Catalunya. No parece que el ministerio tenga entre sus prioridades acelerar al máximo la vacunación, que es lo que todos los expertos recomiendan para ganar la batalla al virus.
Y es que la inmunización está directamente relacionada no solo con el levantamiento de las restricciones y el regreso gradual a la normalidad, que en Catalunya empezaremos a ver a partir del 9 de mayo, sino también con la reanudación económica. Este viernes hemos sabido que la Unión Europea, donde la vacunación ha sido más lenta que en otros lugares del planeta, ha sufrido una caída del PIB del 0,6% en el primer trimestre del año (España ha caído al 0,5%). Mientras tanto, en los Estados Unidos ya están en números verdes y han crecido un 0,4%. Lo más importante, sin embargo, es que los Estados Unidos tienen previsto recuperar la actividad de antes de la pandemia este mismo verano, mientras que Europa tendrá que esperar hasta el año que viene. Este retraso en la recuperación, que ya se dio en anteriores crisis, se puede convertir en millones de puestos de trabajo perdidos y un aumento de las desigualdades y la pobreza si no se actúa de manera inmediata.
En el caso de la crisis del covid no hay mucho debate entre los expertos: los dos pilares de la recuperación son la vacunación masiva y la política de estímulos. Si Europa no acelera con las vacunas y con los fondos europeos se quedará, una vez más, a la cola de la recuperación.