En la sobredosis de espacios de cocina que se realizan en TV3, la televisión pública ha decidido rematar a los espectadores con Cocina como puedas, una competición por eliminatoria entre ocho famosos. Los participantes tienen los ingredientes de los que disponen habitualmente en su nevera y deben ajustarse a los condicionantes que impone Marc Ribas, que es director de pista del circo. Otros dos expertos acompañan al chef en la tarea de evaluar los platos resultantes. Ambos rivales pueden complicarse la vida entre ellos y ser víctimas de obstáculos y estorbos. No es un programa gastronómico, sino un concurso donde se juega con la comida torpemente; aunque, en el colmo del despropósito, de por medio nos dieron la receta para hacer libretos.
Cocina como puedas es otra chapuza cocinada en TV3, en la colección de formatos estúpidos que empiezan a empachar a los espectadores. Si ayer hablábamos deInvictus como última tontería de RTVE, éste sirve de ejemplo para la televisión catalana. El concurso, más allá de no tener ningún sentido en una televisión pública, recurre al concepto anodino de famoso para caer en formatos con poca alma que se alimentan del juego que dan un abanico de personajes comodín que teóricamente deben servir como reclamo. La primera edición supuso el regreso de Joel Díaz a TV3 tras el Zona Franca, que competía con Andreu Juanola. En las posteriores emisiones participarán Miki Núñez, Marta Torné, Mag Lari, Karmele Marchante, Charlie Pee y Tomàs Molina. El hombre del tiempo volverá a la pantalla después de su fugaz singladura política.
Cocina como puedas no tiene ritmo, es tronadito y no hace gracia. Incluso parece que le dé pereza al presentador. Volvemos a encontrar a personas adultas participando de dinámicas infantiles. Al parecer, las televisiones están dispuestas a convertir la programación de verano en una especie de campamentos de esparcimiento para maduritos. Busca el pasticho. Al precio que va el aceite, incluso dolía ver cómo derrochaban dos botellas para freír unos libretos que, con toda la intención del programa, “eran una mierda”, según las palabras de Marc Ribas. No era ninguna sorpresa. Es lo que promueve el concurso atando las extremidades de los concursantes, dificultándoles la vista o dándoles material de oficina como utensilios para cocinar. Cocina como puedas es en la gastronomía lo mismo que un plato de nata en la cara de un payaso. Cuesta entender que el presentador, que hasta ahora parecía mantener cierta voluntad para popularizar y dignificar la cultura culinaria, ahora se preste a esa tontería en la que el propósito es estropear la comida.
Hace unos meses, leímos la noticia de que la CCMA había abierto un proceso de licitación para monitorizar la reputación online del ente público con un contrato con un presupuesto base de 233.740 euros. Es paradójico que mientras vigila el prestigio digital por un lado, por otro se cargue el prestigio televisivo con estos formatos propios de una tele privada chabacana. Y, mientras, las grandes marcas históricas de la cadena van quedando económicamente estranguladas y diluidas en la parrilla en beneficio de estos buñuelos.