La ley de amnistía

¿Cómo pueden desatascar Junts y el PSOE la amnistía antes del 7 de marzo?

El conflicto sigue instalado en el terrorismo y la traición

ARA
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Los nuevo presos políticos en el acto de Òmnium de este tarde

BarcelonaLa ley de amnistía tiene quince días de cuello a partir de este miércoles para aprobarse en el Congreso. Si no, el texto presentado por el PSOE fracasará y los trámites deberían empezar de nuevo desde cero. Esto, en caso de que a ambas partes, socialistas e independentistas, todavía les quedaran ganas de seguir intentándolo. Como era previsible, la mesa de la cámara baja ha aceptado la prórroga que el sábado pidió el PSOE –acordada con Junts– y el nuevo plazo pasa a ser el 7 de marzo. Fecha límite para resolver las cuestiones que atascan la ley desde hace semanas y que en los últimos días se ha evidenciado que son muros difíciles de superar.

La "solvencia jurídica" y la "constitucionalidad" de la ley son las dos líneas rojas para el PSOE. Los socialistas rechazan exponerse a una derrota en el Tribunal Constitucional a cambio de incluir en la amnistía todos los supuestos posibles, incluidos los más polémicos, los de las acusaciones por terrorismo o por traición. Son dos delitos especialmente perseguidos tanto en la legislación española como en la internacional y el gobierno español considera que deben mantenerse como excepciones a la amnistía. Ahora bien, fuentes socialistas aceptan que el texto actual de la ley deberá modificarse para llegar a un entendimiento con Junts. Este mismo martes, de hecho, la vicepresidenta primera del ejecutivo, María Jesús Montero, creía que era cuestión "de horas o días", según ha dicho en una entrevista en la SER.

La también ministra de Hacienda probablemente ha sido demasiado optimista, dado que las posiciones siguen enrocadas –por eso la prórroga de quince días en lugar de aprobar esta misma semana la ley–. El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha pedido a Junts que esté "a la altura" del momento y entienda que la amnistía no puede aguantarlo todo sobre el papel. Los socialistas están convencidos de que las acusaciones por terrorismo –o eventualmente por traición en la trama rusa del Proceso– acabarán cayendo porque no se fundamentan en hechos objetivos, sino en elucubraciones de algunos jueces que combaten a la amnistía desde la judicatura.

Las exigencias de Junts

A Junts no le preocupa lo que pueda acabar diciendo el TC sobre la amnistía, sino que la ley acabe incluyendo a todos los independentistas que están siendo perseguidos judicialmente (y también a los que, en causas actualmente secretas, puedan serlo en el futuro) . Por eso, viendo cómo los jueces Manuel García-Castellón y Joaquín Aguirre adaptan sus investigaciones a las rendijas que van encontrando en la ley, exigen que también estén blindadas las causas por terrorismo y traición.

Actualmente estos dos delitos están excluidos de la amnistía (en el caso del terrorismo, siempre que se haya evidenciado voluntad de violación grave de los derechos humanos) y Juntos quiere eliminar la referencia: que no se mencione en la ley. Ahora bien, dado que el PSOE rechaza frontalmente este planteamiento, se están buscando opciones intermedias, como eliminar la palabra terrorismo de la ley, pero mantener excluidas de la amnistía a las personas que hayan vulnerado los artículos 2 y 3 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, es decir, el derecho a la vida y la prohibición de la tortura.

También hay cuestiones referidas al lawfare que se están negociando, apuntan fuentes cercanas a la negociación. El entorno de Carles Puigdemont es el más afectado en este capítulo y Junts asegura que no dejará "nadie fuera de la amnistía".

Feijóo no menciona la amnistía

El trámite de la amnistía sigue el curso mientras el PP alarga la euforia por los resultados en Galicia. Este martes se celebró el comité ejecutivo estatal en la sede de Génova, con presencia de los líderes autonómicos, que alabaron a Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo, reforzado en su liderazgo pese al patinazo durante la campaña con relación a la amnistía y el indulto a Carles Puigdemont. El líder del PP ha evitado mencionarlo explícitamente, pero sí ha insistido en desmarcarse de las medidas que ha aplicado y quiere aprobar Pedro Sánchez. "Su argumento estrella ha sido decir que somos capaces de pensar lo que ellos hacen. Mienten sobre lo que decimos, sobre lo que hacemos y sobre lo que supuestamente pensamos. Necesitan interpretar las voluntades ajenas porque se avergüenzan de sus propios hechos", ha subrayado Feijóo.

El gobierno español ha insistido en los últimos días en señalar las contradicciones del líder del PP por el hecho de que en un almuerzo con periodistas dijera que veía difícil acreditar el delito de terrorismo en las protestas de Tsunami Democrático, que estudió la amnistía durante 24 horas y que ve un indulto bajo determinadas condiciones como una alternativa para Puigdemont. El PSOE ha cogido estas palabras por el chivo y ha querido trasladar que las posiciones de Feijóo no están tan alejadas de las de Sánchez, lo que el líder conservador rechaza con rotundidad. "La gran esperanza del independentismo, es decir, Pedro Sánchez, es pretender convencer a los españoles de que le acompañaré en su deriva", criticó.

Cuarenta y ocho horas después de que se publicara lo expresado en el almuerzo con periodistas, el propio Feijóo se retractó y rechazó la medida de gracia. "No acepto ni aceptaré una amnistía y no acepto ni aceptaré el indulto", aseguró. Los resultados en Galicia le han permitido salvar a uno match ball interno que el PP quiere trasladar al tejado del PSOE. "No había ninguna match ball", ha afirmado el presidente andaluz, Juanma Moreno, que también ha cerrado filas con Feijóo como hizo este lunes la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El objetivo ahora de Feijóo es exportar el modelo de Galicia a todo el Estado, aunque haya realidades diferentes, e ir menguando poco a poco el peso de Vox. "Quien continúe comprando el relato del gobierno y criticándome más a mí que a Sánchez, será útil a Sánchez, pero no a los intereses de los españoles", ha afirmado en relación a la extrema derecha.

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