La nueva legislatura catalana

La financiación, el último escoge para investir a Isla a la espera de las bases de ERC

Socialistas y republicanos ultiman conversaciones para cerrar un acuerdo inminente

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El líder del PSC, Salvador Illa, en el pleno del miércoles en el Parlament.

BarcelonaEl plazo que fijó Esquerra para decidir sobre la investidura de Salvador Illa, el pasado 31 de julio, está a punto de agotarse. Las negociaciones entre los republicanos y los socialistas han continuado todo el fin de semana, pero tres días antes de llegar a la fecha límite todavía no se han cerrado todos los aspectos para que ambas partes firmen un preacuerdo, a pesar de haberlo previsto para este lunes. La financiación ha centrado las conversaciones de este último tramo de negociación, pero la dirección de ERC no quiere firmar un pacto descafeinado, dado que el grado de exigencia de las bases es alto y que la crisis interna que vive el partido ha hecho crecer el desencanto hacia la dirección, lo que hace que ahora mismo sea ​​una incógnita el veredicto final de los militantes.

En las últimas horas, además, se ha añadido otro factor de presión que puede condicionar la decisión de la militancia de ERC: el regreso de Carles Puigdemont si hay debate de investidura. Si hay pacto entre ERC y el PSC, las bases republicanas tendrán que decidir si lo avalan mientras el expresidente vuelve a pisar Catalunya y es detenido.

La única manera, explicaba la propia Rovira este domingo en una entrevista en El País, que el regreso de Puigdemont no impacte en la decisión de las bases de ERC es que "realmente haya un buen acuerdo para el país". ERC exige un modelo similar al concierto económico vasco –añadiendo una cuota de solidaridad al Estado–, mientras el PSC lo rechaza y solo se aviene a desarrollar el consorcio tributario que recoge el Estatut. Según los socialistas, este mecanismo permitiría recaudar todos los impuestos que se pagan en Catalunya a través de un ente participado por la Generalitat y el gobierno español, pero Rovira se ha vuelto a oponer y ha pedido una "relación bilateral".

La madre de los huevos es qué recaudación conseguirá arrancar ERC a los socialistas. La dirigente republicana ha admitido que sería un "salto muy importante" que una agencia tributaria catalana recaudara un impuesto como el IRPF. Ahora la Generalitat le tiene cedido en un 50%, pero es el Estado quien lo recauda. Ahora bien, Esquerra también exige a los socialistas una fórmula para blindar el pacto para que no sea modificable en función de quien gobierne en Madrid. "Garantizar que el acuerdo es sostenible en el tiempo, que un eventual cambio de gobierno no implicará que se desmonte", ha defendido Rovira. Fuentes conocedoras de la negociación apuntan a que, precisamente, estas "garantías" son las que aún no se han cerrado. Sin embargo, ERC podría convocar igualmente a una ejecutiva en las próximas horas.

Pese a ser optimistas, a finales de la semana pasada los socialistas aún recetaban prudencia para un pacto que son conscientes de que podría torcerse si ERC endurece la posición a última hora. Desde el principio el PSC ha abordado la negociación con un alto nivel de hermetismo y, de hecho, ni siquiera ha querido compartir detalles de las conversaciones con otros dirigentes de la formación.

Esquerra también ha reservado la información exclusivamente entre los principales negociadores y las bases están a la espera de ver el contenido del posible acuerdo. La dirección republicana admite que la crisis interna que vive el partido –tras el batacazo del 12-M y del posterior pulso por el liderazgo de la formación– no es la situación idónea para afrontar una consulta como esta. La gestión del escándalo de los carteles de los Maragall también podría influir y propiciar que parte de la militancia emitiera un voto de castigo.

Fuentes de las filas socialistas coinciden, sin embargo, en que desde el principio Salvador Illa se ha mostrado confiado en llegar a un acuerdo con ERC pese a calificar la negociación de "muy complicada": hay que encajar las aspiraciones de los republicanos con un modelo de financiación autonómica que pueda defender también al PSOE, tras el giro con la amnistía y después de unos malos resultados de ERC que han tensionado al partido.

Por otra parte, la apuesta de Junts para que Carles Puigdemont continúe en primera línea esta legislatura ha dinamitado la posibilidad de un entendimiento sociovergente, que algunos dirigentes del PSC veían con buenos ojos antes de las elecciones. Ahora las distancias se han ensanchado, no sólo porque Puigdemont quiere hacer saltar por los aires la investidura de Isla con su regreso exigiendo a ERC recuperar la unidad independentista, sino por la presión que los junteros están ejerciendo sobre el gobierno español. Por ejemplo, tumbando la reforma de la ley de extranjería o la senda de estabilidad, primer paso para unos presupuestos estatales que ya han advertido de que no avalarán si el Estado no concede el concierto económico a Catalunya.

¿Y el acuerdo con los comunes?

Las negociaciones del PSC con los comunes también avanzan y el acuerdo podría alcanzar esta semana. Fuentes de los comunes subrayan que todo dependerá de si los socialistas se mueven en la carpeta de vivienda, una materia que los de Jéssica Albiach han situado como "prioritaria", después de que en la negociación de presupuestos con el gobierno de Aragonès pusieran como a línea roja detener el macroproyecto del Hard Rock. Los comunes han puesto sobre la mesa la regulación del alquiler de temporada ―que el PSC tumbó con Junts―, incrementar el parque de alquiler público, abordar la crisis de los desahucios e impulsar la ley de barrios verdes. ¿En qué deben moverse los socialistas? "En todo", subrayan fuentes de la negociación. Hasta que no haya un acuerdo, los comunes no decidirán si presionan al PSC para intentar entrar en el gobierno de Isla, tal y como aspiran a hacer.

El calendario

Si Illa logra los apoyos de ERC y de los comunes, el líder de los socialistas tendrá que trasladar al presidente del Parlament, Josep Rull, que está en disposición de someterse a un debate de investidura con la incógnita de si Puigdemont también lo hará. El pleno para investirle podría ser la semana del 5 de agosto, aunque el plazo para la repetición electoral no termina hasta el 26 de agosto. En caso de fracasar alguno de los pactos, Illa podría dar igualmente un paso adelante, pero los socialistas catalanes han mantenido hasta ahora que su intención es presentarse ya ante el hemiciclo con una mayoría en el bolsillo.

También habrá que ver cuáles son los pasos que da ERC en caso de que el entendimiento con los socialistas quiebre antes del 31 de julio o que las bases tumben un eventual preacuerdo. La secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, admitió hace pocos días que si antes del 31 de julio no había preacuerdo, se levantarían de la mesa de negociación. En función de cómo acaben las conversaciones con los socialistas, falta ver si el partido rompe de forma definitiva con el PSC o no.

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