Malestar en Junts con Sànchez por decir que el 1-O fue una vía para forzar la negociación con el Estado

Miembros de la ejecutiva discrepan públicamente del secretario general

Turull, en una imagen de archivo

BarcelonaLas afirmaciones del secretario general de Junts, Jordi Sànchez, sobre el 1-O todavía traen cola. El ex conseller Jordi Turull ha negado hoy que el referéndum fuera concebido más para forzar una negociación con el Estado por una consulta acordada que para hacer efectivamente la independencia, como aseguró el expresidente de la ANC en un artículo publicado el martes en el ARA. En una entrevista a Catalunya Ràdio, Turull ha defendido que fue "un referéndum de autodeterminación" y que, tal como dice la ley del 1-O, "se tenía que hacer efectiva la independencia si ganaba el sí". Así, el ex conseller de la Presidencia ha afirmado que el 1-O fue "lo que dice la ley de referéndum" y ha remarcado que a la hora de hacer efectivo el resultado se puede hacer de dos maneras: a "trompazos" o de manera negociada, y en este sentido ha defendido que si se puede hacer "de buenas" es mejor.

El ex conseller se suma así a las voces de Junts como los vicepresidentes Josep Rius y Elsa Artadi; la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró; la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, el portavoz adjunto de Junts, Francesc Dalmases, y el exasesor de Ramon Tremosa como eurodiputado y del ex president Quim Torra, Aleix Sarri, que se han desmarcado de las palabras de Sànchez. El propio Torra –que no milita en Junts– replicó a Sànchez que él votó en el referéndum de 2017 para que Catalunya se conviertiera en un estado independiente.

Según Europa Press, hay sectores de Junts que quieren pedir la dimisión al secretario general para plantear una alternativa. Aseguran que se ha impulsado una recogida de firmas para que el lunes en la ejecutiva de Junts Sànchez ponga su cargo a disposición. "Las declaraciones del secretario general, diciendo que él pensaba que el referéndum no era para declarar la independencia de Catalunya, son un insulto de cara al pueblo que ejerció su derecho a voto arriesgando sus vidas, un insulto a los exiliados, presos y represaliados (muchos de ellos represaliados por pedir su libertad, entre otros) y una falta de respeto a los afiliados de Junts", destaca el documento al que ha tenido acceso Europa Press.

Otras fuentes consultadas por este diario, sin embargo, afirman que lo más probable es que el malestar se canalice en el próximo consejo nacional del partido, el primero que se reunirá desde su constitución. "Hay marejada", sostienen, "hay un debate intenso en el grupo parlamentario y en la ejecutiva", añade otra fuente. Este encuentro se podría producir antes de vacaciones, probablemente coincidiendo con el aniversario de la constitución del partido.

Ahora bien, otros sectores de la ejecutiva interpretan el malestar de otro modo, asegurando que no se trata de una discrepancia sobre la estrategia política sino que es una cuestión de "poder". Durante la negociación con Esquerra, varios dirigentes de Junts se quedaron al margen de las conversaciones, que acabó de pilotar Sànchez directamente con Aragonès hasta cerrar el acuerdo de coalición, y también ha pasado lo mismo con la elección de los consellers y conselleres de la Generalitat, además de los cargos del sottogoverno. El secretario general decidió los nombres que formarían parte del consejo ejecutivo, escogiendo hasta tres independientes -Jaume Giró, Victòria Alsina y Josep M. Argimon (ya lo había anunciado la presidenta del Parlament, Laura Borràs). Se quedaron fuera todos los consellers de la anterior legislatura menos el vicepresidente, Jordi Puigneró. Algunas fuentes gubernamentales también reprochan al máximo dirigente ejecutivo del partido que quiera tener "controlados" a todos los cargos que se nombran por debajo de los titulares de los departamentos.

Turull dice que mantiene el "compromís activo" para lograr la independencia a pesar de los indultos

Por otro lado, Turull ha dejado claro que no piensa renunciar al "compromiso activo" de lograr la independencia y ha hecho referencia a la posibilidad de que los indultos sean reversibles. "Los indultos son una medida de gracia, no sé si alguien tiene la tentación de que sean de humillación. Entonces no sería aceptable", ha argumentado, antes de dejar claro que quiere ver primero en qué condiciones se dan antes de pronunciarse. Turull cree que esta medida puede llegar ahora, antes de que el estado español reciba una "targeta roja directa" puesto que, según ha dicho, fuera del Estado la situación "no se aguanta".

De todos modos, el ex conseller ha remarcado que un indulto no arregla el problema sino solo la situación personal de los 9 presos, y no de los exiliados y del resto de represaliados. El día después de que su recurso haya llegado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, Turull ha celebrado que a partir de ahora se juegue "en terreno neutral". Y es que hasta ahora, según ha dicho, en el estado español se ha jugado en un "campo de patatas", denunciando de este modo la parcialidad de los tribunales españoles.

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