Pedro Sánchez con Salvador Illa y Lluïsa Moret
05/10/2024
3 min

BarcelonaMás allá del eje derecha-izquierda, más soberanismo o más centralismo, en Cataluña también se puede trazar una línea divisoria entre los partidos de orden y los que no lo son, entre los partidos que los poderes económicos identifican como suyos, más allá de la base electoral tradicional que puedan tener. CiU lo fue durante muchos años y ahora ese rol lo ha asumido, sin apenas competidor, el PSC, que se ha convertido en el partido de orden de Catalunya. Un papel que combina, de momento sin problemas, con seguir siendo el partido referente del tradicional cinturón rojo del entorno de Barcelona.

Hasta ahora el presidente, Salvador Illa, no ha necesitado ningún gesto para contentar esa bolsa de votantes. Asume que les tiene asegurados, sobre todo después de la desaparición de Ciutadans, el partido que, por el flanco españolista, le había hecho la competencia en el área metropolitana durante el Proceso. Tampoco los comunes están aprovechando los gestos de Salvador Illa hacia el espacio más moderado, tradicionalmente identificado con CiU, para arañarle electoralmente por este lado.

Los de Jéssica Albiach, siempre beligerantes con Convergència y con todo lo que se parecía, no han dicho nada sobre la restitución pública del expresident Jordi Pujol con el recibimiento en el Palau de la Generalitat –¿qué hubiera pasado si ésta restitución la hubiera hecho Junts o ERC?–; tampoco del encuentro con Josep Antoni Duran Lleida, del fichaje de David Bonvehí o de la buena sintonía que Salvador Illa mantiene con el empresariado. O de situar en el centro del debate público la seguridad con las identificaciones para localizar armas blancas.

Los comunes tienen por fin el escenario que buscaban, una alianza al estilo tripartito, y priorizarán la estabilidad como lo hace Sumar en el gobierno español del PSOE. Otra cosa es que esto les esté dando buenos resultados electorales. Con el flanco izquierdo controlado, pues, Salvador Illa tiene campo para correr hacia el centro ya la derecha y es el que está trabajando desde que puso sus pies en Palau. ERC también trató de ser el partido de orden durante la presidencia de Pere Aragonès, pero los sectores más de izquierdas del partido le hicieron imposible –solo hay que recordar el debate sobre el aeropuerto de El Prat–. Y Junts, que estaría destinado a ocupar este espacio por tradición convergente, no aparece ahora como un partido fiable para elestablishment por lo que representan Carles Puigdemont y en el 2017, aunque no quiere decir que no siga habiendo vínculos: no es en vano que el presidente español, Pedro Sánchez, pida al Círculo de Economía que le ayude a convencer a Juntos por los presupuestos. Y tampoco lo es la fotografía de Josep Sánchez Llibre con Puigdemont durante la campaña electoral.

El termómetro

El debate de política general será el termómetro de hasta qué punto la mayoría que sustenta el Govern es sólida. Y esto significa poder sacar adelante resoluciones conjuntas, que establezcan las prioridades de la legislatura, y que desarrollen el contenido de los pactos de investidura. Aquí es donde se podrá medir hasta qué punto los comunes tienen ganas de estirar al PSC hacia la izquierda. Y ERC hacia el eje nacional.

Pero los republicanos también optarán por rivalizar con Junts y poner a los de Puigdemont en la dicotomía de tener que pronunciarse sobre la financiación singular. Y los junteros se dedicarán a poner en contradicción a la mayoría de Govern, tanto en Esquerra como en el PSC. Lo que ya no habrá es la mayoría para la autodeterminación, porque por primera vez desde los años ochenta el nacionalismo o soberanismo no suma. Y someterlo a votación evidenciaría su debilidad en esa nueva etapa.

Los detalles de la semana

1.
Congreso de Juntos
Delegació de Junts amb Laura Borràs i Jordi Turull en l’ofrena al monument de Rafael Casanova.

Junts hace un congreso para redefinir su estrategia tras el 12-M, pero de momento lo que está generando mayor interés por los delegados que participarán en el cónclave es la ponencia de organización, donde se discuten los cargos de JxCat, que es la que ha recibido más solicitudes de asistencia. No ha habido tantas peticiones para la ponencia estratégica o ideológica.

2.
El AVE de Paneque
La portaveu del Govern, Sílvia Paneque, ahir durant la roda de premsa.

La portavoz y consejera de Territorio, Sílvia Paneque, tenía una agenda intensa en Madrid esta semana: el miércoles se reunió con el ministro Óscar Puente hasta el mediodía y a la mañana siguiente tenía la conferencia sectorial de vivienda. Ahora bien, no durmió en la capital madrileña: cogió un AVE para ir a ver al Girona a Montilivi. Una fan incondicional para un estreno de Champions con derrota.

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