La nueva legislatura catalana

De presionar por el Hard Rock a aparcarlo: ¿en qué ha cedido Isla para llegar a la presidencia?

El PSC perfila un ejecutivo en solitario, ya que ERC descarta una coalición y los comunes dejarán un "tiempo" para decidir si quieren entrar

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El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, estrechando la mano del líder del PSC, Salvador Illa.

BarcelonaEl último tramo de la legislatura, el PSC tuvo la sartén por el mango en las negociaciones con el gobierno de ERC, a quien la salida de Junts del Ejecutivo abocó a tener que explorar alianzas con Salvador Illa para salvar leyes y presupuestos. Para obtener sus votos en las cuentas, los republicanos tuvieron que tragar proyectos que ideológicamente rechazaban: el casino del Hard Rock, la B-40 en el Vallès y abordar la ampliación del aeropuerto de Barcelona. El PSC argumentaba que traerían "prosperidad" a Catalunya, y durante la campaña del 12-M, se comprometió a impulsarlos desde la Generalitat si llegaba. Pero ahora que lo que está en juego es la investidura de Salvador Illa, se ha dado la vuelta a la tortilla y es el PSC quien ha tenido que bajar del burro para conseguir los votos de ERC y de los comunes, contrarios a estos macroproyectos. ¿Dónde se han movido los socialistas para que Isla sea presidente?

Después del sainete del Hard Rock en la negociación de presupuestos de 2024 –y que acabó con el adelanto electoral en Catalunya–, los negociadores de ERC y los comunes han aprovechado la ocasión para forzar a los socialistas a comprometerse a eliminar el privilegio fiscal en el Hard Rock previsto en la ley, tal y como los de Jéssica Albiach habían planteado durante las conversaciones sobre las cuentas de 2024. Según comunes y republicanos, sacar de la ley la rebaja fiscal al 10% en el impuesto a los casinos –que entrará en vigor cuando el Hard Rock levante la persiana– hará inviable a la práctica este complejo turístico en el Camp de Tarragona.

Durante las conversaciones, los comunes exigieron al PSC una cláusula que especificara que el Govern "no facilitará proyectos como el macrocasino del Hard Rock", un redactado que los negociadores socialistas acabaron asumiendo a última hora del martes, según las fuentes consultadas por el 'AHORA. Ahora bien, ni ese pacto ni el de ERC recogen el compromiso de no aprobar el plan director del Hard Rock, la herramienta administrativa que debe dar luz verde y que lleva 10 años arrastrando (con sentencias contrarias del TSJC de por medio). Tras pactar los presupuestos del 2024, Illa aseguró que Aragonès le había dado "garantías" de que el plan director saldría adelante –más tarde, se supo que el Gobierno aprobó renegociar la venta de los terrenos del Hard Rock media hora antes de pactar en ellos–. En campaña Isla se negó en redondo a detenerlo por razones de seguridad jurídica, aunque sí se abrió a explorar posibles cambios fiscales.

B-40 y aeropuerto

La B-40 también ha sido una de las infraestructuras por las que más ha batallado el PSC, tanto en el Parlament como en el territorio. Fue el macroproyecto que más tensó la negociación de presupuestos del 2023, que acabó con una comparecencia de Aragonès cediendo públicamente a construir el tramo entre Sabadell, Terrassa y Castellar del Vallès, pese a la oposición de ERC en el territorio. "Asumo la contradicción, el coste político y el personal", dijo Aragonès. Ahora, ya petición de los comunes, el PSC se ha comprometido a no alargar la carretera hasta Granollers esta legislatura, después de que Isla lo haya defendido a lo largo de los últimos años: "Defiendo que esto no debe parar, defiendo un Cuarto Cinturón entero ", decía ya en febrero de 2023.

Con la misma vehemencia ha reivindicado la ampliación del aeropuerto. "¿Cómo debe venir la gente? ¿En patinete?", ironizó Isla en campaña. Pero la fórmula pactada entre republicanos y socialistas para dar un "impulso" y "transformar" El Prat preservando a Ricarda parece descartar, de entrada, el proyecto de ampliación de la tercera pista del aeropuerto tal y como lo había planteado Aena (y defendido el PSC). Habrá que ver, sin embargo, por qué fórmula se decanta la comisión mixta entre el Estado y la Generalitat, ahora que estará íntegramente pilotada por dirigentes socialistas.

Gobierno en solitario

¿Cómo argumenta el PSC estos cambios de posición? Desde las filas socialistas se remiten a las palabras de la número 2 del PSC, Lluïsa Moret, que ha celebrado los pactos cerrados con fuerzas progresistas para que Catalunya "avance" (las únicas declaraciones que ha hecho en público -en concreto, en la red X– sobre los acuerdos). Más allá del giro aceptando una "financiación singular" para seducir a ERC, los socialistas también han cedido en el plano piloto de la renta básica universal, una medida de ERC contra la que han cargado durante años, y la red de oficinas de la Generalitat en el exterior, que aceptan seguir ampliando.

Sin embargo, el cumplimiento de estos acuerdos quedará en manos de un gobierno socialista que, a la espera de lo que decidan las bases de ERC en la consulta del viernes, se perfila como un ejecutivo en solitario: los comunes piden "tiempo" para valorar si reclaman entrar, mientras que los republicanos descartan gobernar con el PSC más adelante. De este ejecutivo, hasta ahora, se sabe poco: Isla sólo anunció durante la campaña electoral en la que confiaría para la conselleria de Interior, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, Núria Parlon, y para la dirección general de la Policía, el mayor de los Mossos d'Esquadra durante el Proceso, Josep Lluís Trapero. Y es que la seguridad para los socialistas ha sido y será un tema primordial esta legislatura.

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