La gobernabilidad del Estado

Salvador Isla, el gran escudero de Pedro Sánchez

El presidente de la Generalitat es uno de los hombres de confianza del jefe del ejecutivo del Estado, cuya relación forjaron durante la pandemia

Pedro Sanchez y Salvador Illa

BarcelonaSalvador Illa es uno de los dirigentes socialistas que ha hecho una defensa más enconada de la figura de Pedro Sánchez y su continuidad al frente del gobierno español. Isla no es un barón territorial más como presidente de la Generalitat y líder del PSC –el PSOE tiene pocos y uno de ellos es el crítico Emiliano García-Page–, sino mucho más que eso para el presidente español: es una de las personas con las que más confía. Un episodio lo resume bien: en medio de la peor crisis que Sánchez ha tenido desde que llegó al gobierno del Estado en el 2018, decidió que quien quería ver, a solas, en el Palacio de la Moncloa, era Salvador Illa. Fue el viernes 20 de junio y, aunque el motivo oficial fue la instalación de una gigafactoría europea de inteligencia artificial en Mora de la Nueva, a nadie se le escapa que fue justo después del informe de la UCO sobre Cerdán y antes del comité federal del PSOE que debía reordenar el partido y en el que el PSC ha tomado un rol relevante con Montse Mín. En este encuentro del pasado sábado, Isla fue uno de los dirigentes de fuera del gobierno español más decididos a que Sánchez continúe al frente del barco. Ahora bien, ¿de dónde viene esa relación de confianza Isla-Sánchez?

Todas las fuentes consultadas de dentro y fuera de los socialistas dejan claro que no sólo se trata de sintonía política, sino también personal. Su relación ha pasado por distintos estadios: el primer contacto más directo que Illa tuvo con el entorno de Sánchez, según las fuentes consultadas, fue por las primarias del PSOE del 2017, donde la maquinaria de la campaña del actual presidente español la pilotaba Santos Cerdán.

En ese momento el primer secretario del PSC era Miquel Iceta e Illa era el secretario de organización. El PSC se mantuvo formalmente neutral, pero su maquinaria pilotada por Isla, en la práctica, se volcó con Sánchez, puesto que la mayoría de cuadros socialistas catalanes le preferían a él antes que Susana Díaz, que en pleno Proceso tenía unas posiciones mucho más duras con Catalunya. Así se ha demostrado, ya que durante el mandato de Sánchez se han aprobado los indultos y la amnistía tras el pacto con los independentistas. En ese momento, según fuentes conocedoras, Illa y Sánchez aún no tenían una relación directa, sino que el interlocutor del entonces aspirante a secretario general del PSOE –como hasta hace pocas semanas– en casi todos los asuntos era Santos Cerdán, de quien el PSC nunca detectó comportamiento sospechoso alguno, como dicen la mayoría de dirigentes también de ámbito estatal.

La prueba de fuego

La estrecha relación entre Sánchez e Isla se produce cuando el dirigente del PSC aterriza en el gobierno de España como ministro de Sanidad. Allí está la prueba de fuego, ya que estalla la pandemia, y los dos dirigentes la superan hasta el punto de que les unirá un hilo de quienes no se rompen fácilmente. Está en el consejo de ministros que hay match.

A Sánchez le habían hablado de la capacidad de trabajo del secretario de organización del PSC y de su "lealtad", algo que el presidente español constata en las situaciones más duras de la covid, con la declaración del estado de alarma. "Presidente, no llevo dos días, sé lo que significa una crisis de salud pública y sé por qué he venido. Tengo claro dónde estoy y sé que soy el fusible, la válvula de la olla de presión. No te fallaré, por ahí no se romperá nada. Lo que tengas que decidir, hazlo de la Generalitat", le dijo. libro El año de la pandemia: del estado de alarma al inicio de la vacunación (Península, 2022).

Isla vivía en el complejo de la Moncloa (en el edificio Inia) y eso hace que tengan más relación que con otros ministros. Se llamaban cada noche y, en alguna ocasión, Sánchez también compartió almuerzo y paseo por los jardines del Palacio de la Moncloa con el ahora presidente de la Generalitat, consciente de que Isla no tenía su familia en Madrid. El Salva, tal y como se refería el presidente español, se erige a los ojos de Sánchez como un "buen gestor" y es a partir del verano del 2020 que se empieza a analizar la posibilidad de que haga carrera política en primera línea en Catalunya. Tanto en el PSC como en el PSOE constatan que, lejos de desgastarlo como podía parecer de entrada, la gestión de la pandemia da a conocer en Isla al electorado y es Miquel Iceta, en ese momento primer secretario del PSC, que tras analizar las encuestas comparte con Sánchez la necesidad de cambiar de candidato. Los sondeos evidenciaban que el electorado catalán quería un "cambio", pero que Iceta no le encarna. Salvador Isla es su hombre.

La carrera en Cataluña

Sánchez e Iceta no se equivocaron con el cambio de caballo en las elecciones del Parlament de Catalunya y, después de ganar pero no gobernar en el 2021, Illa ha llegado al Palau de la Generalitat en el 2024, ahora cumplirá un año. En estos últimos cinco años, la estrecha relación entre ambos presidentes se mantiene intacta y tienen un contacto frecuente, fluido y leal. De hecho, Isla ha hecho de la cooperación con Madrid su bandera para contrastar los años de tensión del Proceso y ha fiado también buena parte de los compromisos de legislatura con sus socios, como la financiación singular, a la continuidad de Pedro Sánchez. Ambos dirigentes también comparten otra cosa y es lo de saber hacer de la "necesidad virtud": ninguno de los dos defendía la amnistía (o la financiación singular de Catalunya) pero se la han hecho suya para llegar al gobierno ya acuerdos con los soberanistas. El reformismo con Catalunya y la plurinacionalidad forman ahora parte de su programa político, lo que les ha convertido en diana de la derecha política, mediática y judicial.

Isla y las filas socialistas son firmes convencidos de que el presidente español debe resistir en la Moncloa cueste lo que cueste y que Catalunya es una pieza clave en este apoyo: sigue siendo su principal granero de votos pese a la crisis de Santos Cerdán.

Por eso el PSC descarta cualquiera cambio de caballo ahora en sentido contrario: pese a las especulaciones en Madrid sobre la posibilidad de que, en un momento dado, Isla pueda sustituir a Sánchez, todas las fuentes socialistas consultadas aseguran que el puesto del presidente de la Generalitat está en el Principado. "Salvador Illa ha hecho una apuesta muy fuerte en Catalunya", afirma una de las fuentes consultadas, que al mismo tiempo remata convencido de que si hay elecciones en España "el mejor candidato del PSOE sigue siendo Pedro Sánchez".

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