Sánchez y Aragonès se emplazan mutuamente a retomar el diálogo

El presidente español espera "canalizar" el conflicto catalán por "vías democráticas y legales"

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El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, este miércoles durante la sesión de control al Congreso

MadridLa confección del Govern en Catalunya todavía está en fase de negociación, pero este martes ha parecido que Pedro Sánchez y Pere Aragonès actuaran como si ya estuviera hecho. El uno desde el Congreso en respuesta al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, y el otro desde la presentación de las futuras prisiones de la Zona franca, se han emplazado mutuamente a retomar el diálogo sobre el conflicto entre Catalunya y el Estado. "Esperemos poner en marcha la Comisión Bilateral de negociación entre el gobierno español y la Generalitat", ha asegurado el líder del ejecutivo español, que ha dejado en el aire si se refería a la mesa de diálogo pactada con ERC a raíz de su aval a la investidura o bien a la Comisión Bilateral en la que las dos administraciones abordan cuestiones sectoriales.

Aragonès ha recogido el guante desde Barcelona y ha instado a Sánchez a convocar la mesa de negociación política "cuanto antes mejor", puesto que ha apuntado que es también un órgano bilateral como los otros referidos a ámbitos económicos, sociales o ambientales. De hecho, sobre estos ámbitos ya ha habido reuniones últimamente a diferentes niveles, ha comentado el líder republicano. Aragonès ha urgido a arrancar la legislatura con la conformación del Govern y se ha mostrado esperanzado de que las conversaciones con JxCat y la CUP llegarán a buen puerto. En este sentido, ha transmitido confianza a los equipos negociadores.

La mesa de diálogo está encallada desde que estalló la pandemia y desde que la legislatura catalana se abocó a unas nuevas elecciones cuando el ex presidente Quim Torra anunció que la daba por muerta. Las apelaciones por un lado y la otra a profundizar en el diálogo no se han traducido materialmente y la única reunión que se celebró apenas sirvió para emplazarse a otro encuentro. Este miércoles Sánchez ha vuelto a referirse a ellas a raíz de una interpelación de Rufián, que ha decidido elevar el tono al constatar las intenciones del PSOE de trabajarse el apoyo de Ciudadanos en el Congreso. El intento de moción de censura en Murcia fue un indicador y los republicanos han recuperado el discurso previo a la aprobación de los presupuestos, en el que trataban de presentarse como el único socio posible para sacar adelante medidas progresistas.

"¿Qué hacen? ¿Qué piensan hacer?", ha preguntado Rufián, que ha advertido que solo si suman los 13 diputados de ERC podrán la vicepresidenta Carmen Calvo aprobar una ley de memoria democrática y la ministra María Jesús Montero medidas de mayor progresividad fiscal. De hecho, el portavoz republicano ha empezado su intervención cuestionando la democracia española y ha criticado al ejecutivo por no investigar si Mikel Zabalza murió torturado al cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo y por mantener a nueve personas encarceladas por un referéndum. Sánchez ha replicado que su gabinete trabaja para perfeccionar la democracia española y, entre otras cosas, para "canalizar conflictos como el catalán por las vías democráticas y legales".

Campo utiliza el regreso de Serret para negar la represión

Si en Catalunya ya ha habido algunos dardos desde la órbita de JxCat por el regreso de Meritxell Serret, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha añadido ingredientes indirectamente utilizando este movimiento para negar que España sea un estado "represor". "Ha vuelto, ha quedado en libertad y ha recogido el acta de diputada", ha descrito el ministro en respuesta al diputado de la CUP Albert Botran, que ha cogido el hilo de Rufián. La ex consejera y eurodiputada Clara Ponsatí ha twitteado que era previsible que esta fuera la reacción del gobierno español: "Se veía venir".

El portavoz anticapitalista ha recordado la promesa de "desjudicialización" de Sánchez cuando accedió a la presidencia y ha señalado que la aprobación de la ley de amnistía registrada este martes en el Congreso podría ser un paso "sincero" en este sentido. Consciente de las pocas perspectivas de éxito de la iniciativa, Botran ha reprochado la carencia "de voluntad política" por revertir la situación de represión por la parálisis, ha dicho, de la reforma de la sedición y los indultos.

"No me hable de presos políticos porque no lo consentiré", le ha respondido Campo, que ha avisado a Botran de que la manía "persecutoria contamina su discurso". El ministro ha recomendado al diputado que se lea la ley del indulto para justificar que la tramitación se esté alargando, y que haya habido otros procedimientos mucho más rápidos, y ha argumentado que para reformar el Código Penal hace falta "afinar los textos normativos". "Donde ve represión, yo veo estado de derecho; donde ve Procés, yo veo catalanes que quieren pasar página", ha concluido Campo. Como Sánchez, el ministro de Justicia también ha recetado diálogo dentro del marco constitucional, pero primero hace falta que haya un nuevo Govern en Catalunya.

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