Hospitales catalanes empiezan a aplazar operaciones no graves para hacer frente a la segunda oleada de coronavirus

Salut alerta del aumento de la presión asistencial tanto en urgencias como en las camas de plantas

Marta Rodríguez Carrera
3 min
Entrada de l'Hospital Universitari de Bellvitge

MartorellLos hospitales catalanes tienen listos los planes de choque para hacer frente a la segunda oleada de pacientes por coronavirus ante el ritmo de contagios, el riesgo de rebrote al alza y que los ingresos en las UCI son constantes. Desde hace 15 días, el sistema sanitario está notando un aumento constante de pacientes que ha llevado a las direcciones de los centros a empezar a plantearse el aplazamiento de operaciones y consultas no urgentes y liberar personal y espacios.

La situación es preocupante y obliga a estar en alerta casi al minuto, pero, de momento, el departamento de Salut se resiste a dar la orden de desprogramar la actividad ordinaria, como sí hizo en el alud de la primavera, confiando en que los insistentes llamamientos a la reducción de la interacción social y, sobre todo, las nuevas restricciones aprobadas los últimos días, acaben por resultar eficaces y retarden la velocidad de transmisión. Se trata, como en el inicio de la pandemia, de salvaguardar al máximo el sistema y la salud, apuntan los responsables de la consejería que este martes han recuperado las ruedas de prensa polifónicas para pedir a la ciudadanía que "es hora de cerrar filas con el sistema público de salud", en palabras de Marc Ramentol, secretario general del departamento.

Las últimas cifras del impacto del coronavirus no invitan al optimismo. Ni las de nuevos positivos ni mucho menos la presión a la cual tienen que hacer frente tanto la primaria como los hospitales. Hace dos semanas se produjo un punto de inflexión, un cambio de tendencia que aceleró la aplicación de limitaciones y restricciones. De las 915 camas de las UCI ordinarias –sin contar las extras que se abrieron para la primera oleada–, un 80% ya se encuentran ocupadas por enfermos, de los cuales el 38% lo son por coronavirus. Hace solo dos semanas este grupo representaba tan solo un 18%, la mitad, ha subrayado en la misma intervención la subdirectora del Servei Català de la Salut, Marta Chandre, que también ha señalado que en planta se ha pasado del 7% al 14,5% de pacientes covid en estas dos semanas. La llegada de la epidemia de la gripe y el impacto de otras enfermedades respiratorias alimentadas por el frío pueden complicar todavía más la situación en los centros, advierte Salut para insistir en la importancia de hacer caso a las recomendaciones y consejos de higiene y evitar contactos sociales innecesarios.

El doble circuito

La presión asistencial, sin embargo, hace difícil poder mantener el doble circuito de actividad ordinaria y coronavirus si los datos de incidencia continúan la misma tendencia de los últimos días. Salut afirma que es consciente de ello, pero hoy por hoy "no ha dado ninguna indicación" para suspender intervenciones o visitas no urgentes, a pesar de que se muestra comprensible de que los centros ya estén evaluando si hay que desplegar los planes de contingencia en función de las situaciones epidemiológicas de cada región.

Es el caso del Hospital del Mar de Barcelona, donde los enfermos de coronavirus ocupan el 80% de las camas críticas y las urgencias empiezan a resentirse por la "falta de enfermeras", explica una portavoz del hospital, que apunta que se reubicarán profesionales de otras especialidades a las unidades coronavirus, cosa que obligará a replantearse las agendas y reprogramar las operaciones quirúrgicas no urgentes para liberar habitaciones. Una situación similar se vive en buena parte de los grandes hospitales metropolitanos, como el Clínic, Sant Pau, Can Ruti o Vall d'Hebron, que, por ahora, pueden compaginar las dos actividades a pesar del aumento de la presión tanto en planta como en urgencias, pero que en función de la evolución epidemiológica no descartan tener que anular citas y aplicar las medidas de contingencia previstas.

En el Hospital de Figueres el viernes ya se decidió activar medidas especiales ante el aumento del número de pacientes semicríticos –el paso previo a ingresar en la UCI–, que en menos de dos semanas se han triplicado y se acerca a los récords del pico de la pandemia. El centro ha desprogramado las intervenciones que requieren hospitalización, salvo las urgencias y oncológicas, y solo mantiene las ambulatorias en las que el enfermo puede volver a casa al cabo de pocas horas y una vez recuperado de la anestesia, y se han restringido a una sola franja los dos turnos para visitas. Del mismo modo, en Palamós, en el Trueta de Girona o en el Verge de la Cinta se han reprogramado operaciones y en el Arnau de Vilanova de Lleida el equipo directivo también sopesa si vuelve a las restricciones.

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