Coronavirus

El covid puede infectar la placenta y causar la muerte del feto

Un estudio de tres hospitales catalanes con 198 embarazadas demuestra un 2,5% de casos fatales

Una médico haciendo una ecografía a una  mujer embarazada, en una imagen de archivo.
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BarcelonaUna investigación de tres grandes hospitales catalanes, el Clínic, la Vall d'Hebron y el Parc Taulí, ha demostrado que la infección por coronavirus en embarazadas puede causar lesiones muy graves en las placentas e, incluso, causar la muerte de los fetos. De una muestra de 198 gestantes de entre 24 y 39 años que se habían contagiado de covid y habían sido atendidas en estos tres centros sanitarios, nueve presentaron daños importantes en este órgano vital para los fetos, que actúa como los pulmones, los intestinos, los riñones y el hígado y les proporciona el oxígeno y los nutrientes del riego sanguíneo de la madre. La infección provocó la muerte intrauterina de los fetos en cinco de estas mujeres, a pesar de que las gestantes habían tenido un embarazo considerado normal antes del contagio. De hecho, todas menos una habían llegado al tercer trimestre sin complicaciones. 

Los investigadores no identificaron otras causas que pudieran lesionar la placenta de una forma tan grave y, sobre todo, acabar con una pérdida gestacional tardía más allá de que las madres se habían contagiado de covid. “En las imágenes de la placenta vemos unas lesiones que no habíamos visto nunca, ni siquiera había referencias en los libros o en la literatura médica, y lo único que sabíamos era que la gestante se había infectado", explica Alfons Nadal, del servicio de anatomía patológica del Clínic y del grupo de patología molecular inflamatoria y de tumores sólidos del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (Idibaps).

Los profesionales sanitarios "sumaron dos y dos", según Nadal, y lo empezaron a investigar como una nueva complicación del covid. "Hay una enfermedad nueva que afecta a todas estas madres en las mismas circunstancias: una infección de relativa corta duración, a menudo una semana antes de la pérdida gestacional, pero con unas consecuencias muy graves. Diferentes hospitales lo estábamos observando y teníamos que investigar si había una relación entre el virus y estas muertes intrauterines”, añade.

El estudio concluyó que la asociación era real: en todos los casos analizados se confirmó la presencia del virus dentro de la placenta, si bien solo en un tipo de células llamadas trofoblasto que son las encargadas de proveer el feto de los nutrientes de la madre. La infección de este tejido placentario debido al covid provocó necrosis, es decir, que el órgano muriera porque no recibía suficiente oxígeno. Cuando esto pasa, la placenta deja de ser esponjosa, se endurece y queda muy perjudicada. “Muchas pérdidas gestacionales pueden producirse por el infarto de la placenta, pero en estos casos todo el tejido muere entero, no solo una parte”, explica Nadal. En cambio, el covid solo provocaba la muerte de un tipo celular, el trofoblasto, que según el experto era un patrón “sin sentido desde un punto de vista clásico”. 

Afectación baja pero dramática

Afortunadamente, sin embargo, la afectación específica del covid en la placenta es muy infrecuente y según el estudio solo el 4,5% de las embarazadas lo sufren. Las muertes fetales atribuibles a esta afectación son todavía más infrecuentes, alrededor del 2,5% de los casos. “El nuestro no es un estudio epidemiológico, pero creemos que las cifras reales de afectación son similares y que están probablemente por debajo del 5%. Ahora bien, y a pesar de que es un porcentaje bajo, no deja de suponer un drama para las familias que lo sufren, como pasa con todas las pérdidas gestacionales no esperadas”, dice Nadal. 

La mayoría de estos casos corresponden a embarazadas que se infectaron durante la primera oleada del coronavirus, pero todavía ahora se ven algunos casos. Con todo, Nadal confía en que la vacunación pueda evitar estos casos graves: “Saberlo es imposible, pero es razonable porque la vacuna no impide del todo la infección pero sí reduce carga de la enfermedad y por lo tanto puede reducir la llegada del virus a la placenta”. 

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