Cuatro de cada diez estudiantes que se matriculan en medicina son de fuera de Cataluña
Los expertos apuntan a la calidad de los estudios como polo de atracción, pero advierten que es necesaria una compensación económica

BarcelonaUno de los principales motivos que en los últimos años se haya intentado que las pruebas de acceso a la universidad sean las mismas –o lo más similares posible– es que en el Estado las universidades funcionan con el llamado "distrito único". La normativa permite que un estudiante acceda a cualquier universidad del país, independientemente de la comunidad autónoma a la que pertenece la institución y del lugar donde ha realizado el bachillerato y la selectividad el aspirante. El distrito único también abre la puerta a una mayor competencia en determinados territorios que ofrecen grados que en otros puntos del Estado tienen menos plazas o que tienen universidades mejor valoradas. El ejemplo más claro de esta disyuntiva en Cataluña lo observamos en el grado de medicina.
Según los datos recogidos por Unportal, este curso cuatro de cada diez estudiantes que se han matriculado para hacer primero de medicina en universidades catalanas públicas eran de fuera de Cataluña. Concretamente, de los 1.207 estudiantes que se han matriculado, 457 (38%) proceden de otras comunidades autónomas. Aunque podría parecer una situación puntual, el mismo análisis deUnportal muestra cómo este año esta casuística se ha rebajado un poco. De hecho, la cifra es un 10% inferior a la del pasado curso, cuando hubo 503 estudiantes de medicina matriculados que eran de otros lugares del Estado.
La proporción de estudiantes de fuera de Cataluña en primero de medicina, sin embargo, varía mucho en función de la universidad. Las que más tienen proporcionalmente son la Universidad de Lleida (70%) y la Rovira i Virgili (67%); mientras que la UAB –la universidad que más plazas ofrece– tiene un 39% y la de menor proporción es la UB, con un 16% de estudiantes entre el grado que se ofrece en el campus de Bellvitge y el del Clínic.
De la calidad a las diferencias de evaluación
"Esta situación tiene una parte positiva, que significa que las facultades de medicina de Catalunya tienen mucho prestigio, con un nivel de calidad docente y unas instalaciones hospitalarias donde realizar las prácticas superiores a otros lugares", detalla Josep Ferrer, presidente de la Asociación Colectivo Laude, que agrupa a gran parte de los ex rectores de las universidades catalanas. Que el prestigio de los estudios es uno de los motivos para que Cataluña sea un polo de atracción para estos grados también lo comparten el decano de la Facultad de Medicina de la UB, Antoni Trilla, y el vicerrector de estudios y calidad de la UAB, Ramon Vilanova.
Ahora bien, tanto Trilla como Vilanova insisten en que una cosa son los estudiantes que se matriculan inicialmente y otra los que se acaban quedando en hacer todo el grado y el MIR. "En medicina hay unos flujos muy cambiantes, porque hay comunidades que tienen muy pocas plazas. Esto hace que muchos estudiantes se matriculen aquí y después acaben renunciando y regresando a su comunidad, pero también hay muchos que se quedan", admite Vilanova. "Es como el juego de las sillas, que va sonando la música y cada vez que para hay una plaza en un sitio u otro", ejemplifica Trilla.
Más allá de estos dos factores, los tres profesionales ponen sobre la mesa otro posible motivo: las diferencias en las notas de corte entre comunidades. "Estamos en un sistema de distrito único, pero con una prueba de selectividad distinta. Debería valorarse si las notas que se obtienen en otras comunidades autónomas son efectivamente equiparables a las de aquí", insiste Ferrer. En este sentido, las últimas estadísticas que ofrece el Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU) del año 2023 muestran como en Cataluña sólo un 6,8% de quienes entran en la universidad tienen un excelente en las notas de acceso al grado –la suma de la nota de bachillerato y de la selectividad–. En cambio, en comunidades como Asturias, Extremadura o Murcia este porcentaje sube por encima del 15%.
¿Quién lo paga?
Aparte de los motivos, Ferrer, Trilla y Vilanova también advierten de un agravio. "Catalunya, desde el punto de vista científico, es puntera en el mundo. Por tanto, es muy natural que los hospitales, el nivel científico del profesorado y los médicos que tenemos sean un motivo de satisfacción y atracción. Pero eso también se merece una compensación económica", reivindica Ferrer, quien recuerda que lo que pagan los estudiantes en la universidad es sólo una pequeña parte del coste del grado. "La Generalitat está sufragando con este extra de financiación los estudios de estudiantes de otras comunidades que deberían compensarnos por esta aportación", insiste el exrector.
"Es verdad que formamos buena parte de alumnos, que quizás después cuando acaben se volverán a Valencia oa Aragón, pero nosotros no distinguimos entre alumnos", defiende Trilla. El degà de la Facultat de Medicina de la UB reitera que un dels problemes és que "hi ha determinades comunitats on el nombre de places de medicina que ofereixen és massa petit", però també adverteix que hi ha altres factors pels quals després de formar-se a Catalunya un metge pot marxar: "Una de les principals limitacions per quedar-se aquí a fer de metge és el preu de l'habitatge. Amb el salari d'un resident o d'un metge acabat de graduar, això pot ser una dificultat".
Sin embargo, ninguno de los tres expertos ve que un incremento directo de plazas para estudiar medicina sea una solución. "La única manera de poder revertir esto sería trabajar sin este distrito único. Si ahora abres 100 plazas nuevas, seguirás teniéndolo todo lleno, porque hay muchos aspirantes que quieren formarse en medicina", reconoce Vilanova. Y Trilla añade: "El sistema de acceso a medicina que tenemos es imperfecto, pero es lo mejor que tenemos. Al menos es el más objetivo, y el más práctico hasta ahora".