Después del anuncio del departamento de Educación que el 86% de las escuelas públicas catalanas y el 37% de las concertadas tendrán 20 alumnos en P3, el Consorcio de Educación de Barcelona ha hecho públicos sus datos. En la capital catalana, el 88% de los centros públicos y el 54% de los concertados tendrán 21 alumnos o menos en P3, y en la ESO habrá entre 27 y 30 alumnos por grupo. En líneas generales, la oferta de P3 para el curso que viene será de 276 grupos en la pública (tres más que este) y 278 a la concertada (14 menos), mientras que en la ESO, donde habrá un descenso de la demanda de 453 alumnos, se ofrecen tres grupos más que el curso pasado.
Educación quiere que todos los institutos escuela hagan horario de mañana y tarde
El departamento propone una tarde no lectiva en primaria si se pueden ofrecer extraescolares
BarcelonaLos horarios escolares siempre han sido un tema de debate (y confrontación) entre la comunidad educativa. A pesar de que los consellers de Educación nunca han sido defensores del horario continuo, los institutos públicos lo adoptaron cuando la entonces consellera del ramo, Irene Rigau, lo aplicó en secundaria argumentando que “niños y adolescentes son diferentes”, una medida que satisfizo a los sindicatos de profesores. Así pues, en general las escuelas hacen horario partido, con una pausa muy larga para comer, y los institutos acaban a las 15 h. Pero con la proliferación de los institutos escuela en los últimos años se ha generado un cierto lío en los horarios de estos centros y ahora el departamento de Educación quiere intentar poner orden y prepara una normativa que podría entrar en vigor el curso que viene para que todos los institutos escuela hagan horario por la mañana y tarde tanto en primaria como en la ESO, según ha avanzado Tv3.
Ahora mismo está vigente una normativa que establece que los centros tienen que dar clase como mínimo tres tardes a la semana, pero en 27 de los 97 institutos escuela no se da clase ninguna tarde o solo una o dos. Según ha publicado la ACN, la conselleria sostiene que un instituto escuela tiene un proyecto coordinado y relacionado entre primaria y ESO, y hay que igualar los horarios. Además, otro de los planteamientos es que para los alumnos de primaria, una tarde a la semana –que se propone que sea la del miércoles– podría ser no lectiva, siempre que, dice la consejería, se propongan alternativas como por ejemplo actividades extraescolares para que los alumnos se estén el mismo tiempo en el centro. Estas tardes servirían para que los maestros pudieran hacer tareas de coordinación.
Poner fin a la jornada continua que hacen 25 escuelas
Entre estos nuevos horarios también se incluiría la finalización del polémico plan de choque que desde el 2012 ha permitido a 25 escuelas hacer jornada intensiva. Educación quiere prorrogar la medida un curso más pero darla por acabada en el curso 2023-2024, a pesar de la buena acogida de estos horarios en estos centros (entre los cuales hay escuelas rurales, de alta complejidad y de educación especial). El ARA explicó hace unos años, por ejemplo, que en las escuelas del Besòs Eduard Marquina y Concepció Arenal hicieron piña para reclamar la jornada intensiva con el objetivo de reducir el absentismo. “Si no podían pagar el comedor, marchaban a mediodía y por la tarde muchos ya no volvían”, recordaba David, director del Marquina. Con el nuevo horario –hacen de 8.30 h a 16 h, pero todos los alumnos se quedan a comer y después solo se hacen actividades no lectivas– han reducido el absentismo de un 20% a un 5%, y también ha bajado la conflictividad. En entornos rurales el horario compactado también ha funcionado. En la Escuela Puig Drau (Baix Montseny) había alumnos que no volvían después de comer para evitarse el largo trayecto en coche. “Hemos reducido el absentismo casi al 100%”, explicaba Raquel, la secretaria del centro, que da clase de 8.45 h a 14 h.
Pese a esto, el actual conseller y entonces director general de centros públicos, Josep Gonzàlez-Cambray, ya avanzaba que el departamento no era partidario de generalizar la jornada continua porque “no hay indicadores claros” que evidencien una mejora en ámbitos como el rendimiento escolar, el absentismo o la demanda. La posición del departamento va muy en la línea de la propuesta de horarios que hace un par de años presentaron la Fundación Jaume Bofill y la Federació de Moviments de Renovació Pedagògica (FMRP). El objetivo es adelantar y reducir el tiempo del mediodía tanto en primaria como en secundaria, acabar antes las clases y las extraescolares para poder cenar e ir a dormir más temprano.
En infantil y primaria, proponen una entrada flexible entre 8 h y 9.30 h, y después dar clases hasta aproximadamente las 12 h. Reduciendo el tiempo de comer, calculan que las clases de la tarde sean de 14 h a 16 h y que el centro esté abierto hasta las 18 h para hacer extraescolares. En la ESO es donde habría un gran cambio. Se plantea que los alumnos entren una hora más tarde (a las 9 h), hagan cuatro horas de clase seguidas –superando el esquema de una hora por cada materia– paren una hora para comer entre 13 h y 14 h y acaben la jornada lectiva a las 16 h. Después, y en el marco del proyecto educativo del centro, se harían las extraescolares, que se podrían hacer en el mismo instituto o en espacios del entorno. Las dos entidades dicen que una buena manera de empezar a aplicar estos cambios es empezar por los institutos escuela.