Los ingenieros proponen llevar agua del canal de Urgell a Barcelona y realizar una red hídrica única

El Observatorio del Agua plantea que la estructura estaría siempre disponible y el traspaso sólo se realizaría en casos de emergencia

Imagen del canal de Urgell, en 2022.
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BarcelonaLos ingenieros y economistas vuelven a la carga: teniendo en cuenta las dantescas proyecciones climáticas de futuro, el Observatorio del Agua pide que las redes hídricas de Cataluña estén conectadas de punta a punta del país y de forma estable en el tiempo para poder abastecer de agua a la población, la industria y el sector agrícola en momentos de necesidad. El ente intercolegial ha presentado este miércoles una hoja de ruta para la transición hídrica en la que insisten en que es necesaria una "solución estructural" para contener la amenaza de la sequía de cara al 2050.

En primer lugar, piden interconectar permanentemente los sistemas hídricos de Tarragona, el área metropolitana de Barcelona (AMB) y la Costa Brava en un de sol (el Corredor Litoral del Agua) y proponen transferir una parte de los excedentes de agua del Canal de Urgell (un caudal de 50 hm3/año) para casos de emergencia en el área barcelonesa a cambio de financiar una parte de la modernización de los canales de riego.

Acompañado de proyecciones nada optimistas para las próximas décadas –en el 2050 la población aumentará hasta los 10 millones de habitantes, así como sus necesidades, y lloverá mucho menos–, la plataforma insiste en que el primer paso para responder a ellos es crear una sola red hídrica para gestionar las reservas, tanto de embalses como desalinizadoras y depuradoras. Después, plantea que la modernización del canal de Urgell permitiría ahorrar agua que podría traspasarse hacia el AMB, una actuación que estiman que costaría unos 120 millones de euros al ATL. "Sería una forma de contribuir a la modernización del campo desde el mundo urbano", concluye el informe.

Con las infraestructuras actuales y las previstas hasta ahora, los ingenieros pronostican que la demanda agregada en Cataluña en el año 2050 será de 4.800 hm3 y que, en cambio, la oferta que dependa de la lluvia se reducirá en un 20%. En un año muy seco, la demanda se dispararía hasta los 5.400 hm3 y las reservas caerían en sólo siete meses. Hace un año, en plena sequía, el Observatorio ya defendió la interconexión "puntual y reversible" de las redes del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y el Ente de Abastecimiento Ter-Llobregat (ATL), que abastece el AMB y parte de Girona.

Ahora los colegiados dan un paso más y plantean el enlace de estos dos sistemas y sumar el del Consorcio de Aguas de la Costa Brava (CACBLG) y que este vínculo sea permanente. Lejos de nutrir únicamente Barcelona, ​​dice el documento, también se daría la opción en el Camp de Tarragona y en el Baix Ebre de abastecerse de agua de las desaladoras.

Para la ampliación de la segunda desalinizadora de la Tordera y el estreno de la del Foix habrá que esperar hasta 2028 y 2029, respectivamente, mientras que la del Alt Empordà no se prevé que esté operativa, al menos, hasta el 2032. Cuando sean una realidad, Cataluña tendrá cuatro desaladoras, sumando la de El Prat de Llobregat, que funciona a máximo rendimiento. A corto plazo, la Generalitat también cuenta con terminar la ampliación de la potabilizadora en el tramo bajo del río Besòs. Ahora bien, para el Observatorio esto no es suficiente. "El objetivo a largo plazo debe ser independizarnos del ciclo de la lluvia", subraya el presidente de la comisión de cambio climático y economía circular de los ingenieros industriales de Catalunya, Marc Oliva.

Inversión de 22.000 millones de euros

Según el estudio, la soberanía hídrica implica movilizar a unos 22.000 millones de euros, tanto públicos como privados, en los próximos 25 años para poner en marcha un paquete de medidas que requerirán la complicidad de la Generalitat y otras administraciones, ya que algunas de ellas medidas suponen el desdibujo de los límites territoriales. La configuración hídrica de Cataluña está fragmentada. Por un lado, están las cuencas internas, gestionadas por la Generalitat a través de la Agencia Catalana del Agua (ACA), que tienen más problemas para abastecerse de agua aunque sirve a la mayoría de la población y la industria. Por otro lado, las cuencas del Ebro, con sede en Zaragoza y gestionadas por la CHE, con mayor oferta de agua, pero que se destina íntegramente a los usos agrícolas. El último intento de transferir agua del Ebro fuera de su área de influencia fue hace un año, cuando el Gobierno planteó traer agua al Prioratpara garantizar la actividad agrícola de la comarca y la CHE resolvió que esta idea no podría evaluarse hasta 2027.

El ente colegiado ya ha trasladado el documento al departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, de quien ha percibido "sintonía". "Nuestra obsesión es la idea «un país, una red»", insiste Oliva, quien defiende: "Debemos construir un nuevo modelo de gestión del agua que debería acordarse mediante un pacto de país, con un consenso técnico, económico, social y político".

Desaladoras y redes nuevas

Entre otras propuestas del Observatorio está la sensibilización por mantener el consumo doméstico por debajo de los 120 litros por habitante y día; la renovación de las redes de distribución de todo el territorio para evitar fugas y pérdidas de agua por valor de 484 millones de euros anuales, y el aumento de la capacidad de regeneración y desalinización del país. En este caso, el ente pide disponer de un total de seis desaladoras para generar 600 hm3 cada año (ahora, la mayor, la de El Prat, mueve 60 hm3) y que pueda abastecer la demanda de agua de boca.

También destacan la necesidad de garantizar el vertido cero de agua depurada al mar recargando acuíferos, regando terrenos agrícolas, parques y jardines, y reaprovechándola para usos industriales. Y proponen una mayor tecnificación del riego para ampliar la superficie a 80.000 hectáreas y sustituir el riego a manta por el gota a gota para gastar la misma agua en más terreno.

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