Sucesos

Dos adultos y un menor mueren ahogados a las puertas de la campaña de baño del verano

Protección civil y expertos recomiendan extremar la prudencia, especialmente en niños y personas mayores

Ara
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La playa del Somorrostro de Barcelona, en una imagen de archivo.

BarcelonaTres ahogamientos mortales en las últimas 72 horas en Catalunya han vuelto a poner en el foco la seguridad en las zonas de baño a las puertas del inicio de la campaña de verano de este martes. Dos hombres de 60 y 30 años han muerto este martes en las playas de Barcelona –en un momento en el que no habían empezado las tareas de vigilancia– y Badalona. El sábado un menor de 15 años murió ahogado mientras se bañaba con unos amigos en el canal de Balaguer y otro niño, de siete años, sigue ingresado en estado crítico después de que casi se ahogara el domingo mientras se bañaba en el canal Segarra Garrigues, a las afueras de Tàrrega. Un hombre que paseaba con su pareja por la zona lo pudo rescatar.

Los tres casos mortales responden a casuísticas diferentes, pero, en general, tanto desde la dirección general de Protección Civil de la Generalitat como por parte de los expertos en salvamento y socorrismo se remarca de nuevo la importancia de la prevención a la hora de bañarse en las playas y aguas interiores y la necesidad de evitar hacerlo en espacios prohibidos al baño o sin vigilancia, especialmente en unos meses en los que se prevé que la ciudadanía “vuelva a elegir los espacios naturales” para pasar los días de fiesta y vacaciones, después de los últimos meses de restricciones sanitarias por el coronavirus, según la jefa del servicio de Gestión de Emergencias de Protección Civil, Montse Font.

En el caso de los menores, Font remarca la importancia de que siempre vayan a zonas habilitadas para el baño y “acompañados” de un adulto. “En los canales de riego es difícil entrar y salir y no sabes si hay ramas o plantas debajo que puedan dificultar los movimientos”, añade. Para el profesor de salvamento y socorrismo Ramsés Martí, los últimos accidentes en el caso de niños y preadolescentes evidencian también una falta de “cultura del agua” entre los niños, a los que se enseña a nadar “poco” en las escuelas y nunca se incluyen en estas clases consejos de “destreza y supervivencia”. “Con una buena cultura del agua disminuiríamos los casos mortales de ahogamientos en menores y los transformaríamos en adultos responsables”, subraya Martí, que recuerda que en los últimos meses se han producido cuatro ahogamientos mortales más de menores de edad. El año pasado se registraron ocho ahogamientos mortales de menores, cuatro de los cuales durante la campaña de vigilancia en las playas.

Tanto Font como Martí señalan que también hace falta “pedagogía” entre la gente mayor. “Si van solos a la playa, que avisen a un socorrista cuando entren en el agua para que estén pendientes”, dice Font. Martí considera que también ayudaría el hecho de que los consejos de seguridad les llegaran por otros canales, como por ejemplo desde los ambulatorios.

Servicio temporal externalizado

“No pensamos en la seguridad en las playas y las zonas de baño hasta que vuelve Semana Santa y este año se suma que la gente tiene muchas ganas de salir y los adolescentes todavía más”, dice Martí. Según el criterio de este experto en seguridad acuática, uno de los problemas es la temporalidad y la precariedad del servicio de salvamento en Catalunya, que es de carácter temporal y no está gestionado directamente por la Generalitat sino que depende de los ayuntamientos, que contratan empresas externas para realizarlo. “Es un reino de taifas”, dice Martí.

Catalunya no tiene una ley propia para regular el servicio de salvamento, como sí tienen las Baleares o las Canarias. Esto provoca que la normativa vigente sea la ley de costas, que deja en manos de los ayuntamientos la contratación de los socorristas y el mantenimiento y la instalación de los puntos de control. Además, los socorristas, explica Martí, están inscritos en un registro como personal deportivo, pero no se les requiere una formación específica ni que se vaya renovando. Martí también recuerda que los socorristas no han recibido la vacuna porque no se los considera personal esencial ni disponen de la equipación de seguridad para poder asistir sin riesgo a los usuarios en caso de que se encontraran con un positivo. 

Los dos ahogamientos mortales de este lunes se han producido en playas vigiladas. El hombre de 60 años muerto se ha ahogado mientras se bañaba en la playa del Somorrostro, a las 10 de la mañana, cuando todavía no había empezado el servicio de vigilancia. En el caso de Badalona, el ahogamiento se ha producido hacia la una del mediodía, mientras ya ondeaba la bandera verde. Precisamente la playa de Barcelona ha renovado recientemente las torres de vigilancia y ha instalado 21 nuevas para sustituir las más obsoletas, con una torre cada 280 metros de playa. Una distancia que Martí considera adecuada. Según el experto, en condiciones óptimas, un socorrista tendría que poder “escanear” su entorno en 10 segundos y no tardar más de tres minutos en llegar desde su punto de vigilancia al lugar donde se ha producido el accidente. Para que esto sea posible las áreas de control que tiene asignadas cada profesional no tendrían que superar los 200 metros. El año pasado se registraron 24 ahogamientos mortales en las playas catalanas durante la campaña de verano. En 2019, el año que más se registraron, fueron 29.

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