La gran sequía

¿Es posible cultivar arroz sin inundar los campos?

Los campesinos de Pals ensayan un sistema pionero de gota a gota para ahorrar más de un 40% de agua en tiempo de sequía

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Campo de arroz en Pals, regado con gota a gota

GeronaEl arroz necesita mucha agua para crecer en buenas condiciones y, por eso, se cultiva en zonas húmedas, fáciles de inundar, cercanas a las desembocaduras de los ríos o las balsas de los humedales. De ahí que en el delta del Ebro o en los arrozales de Pals estén las principales producciones de Catalunya. Ahora bien, en un contexto de extrema sequía como la actual, marcada por la falta de lluvias y las restricciones al consumo y al riego, gastar muchos litros de agua para negar todos los campos resulta inviable. Todo ello hace que la cosecha de arroz esté en riesgo, sobre todo en el Baix Empordà, que ya tiene limitado al 80% el uso agrícola del agua. Para hacer frente a esta crisis, un grupo de campesinos de las comarcas gerundenses está ensayando técnicas de riego alternativas a las tradicionales para reducir el consumo de agua y mantener los cultivos vivos.

Ahora bien, ¿es posible cultivar arroz utilizando menos agua? La prueba piloto de los campesinos de Pals demuestra que es viable. Conjuntamente con la Universidad de Girona y con el apoyo de fondos europeos y del departamento de Acción Climática, este grupo trabaja desde 2019 para trasladar el método del gota a gota, que ya se aplica en plantaciones de frutales o de maíz , en el cultivo de arroz. Se trata de un ensayo pionero en Cataluña que ha dado resultados positivos: ha permitido ahorrar más de un 40% de agua frente al método tradicional de la inundación y mantener los mismos niveles de producción del cereal.

Durante estos cuatro años, el equipo ha participado en la prueba con dos campos de una hectárea cada uno y esta temporada, una vez terminado el proyecto universitario, los agricultores continúan con el proyecto por su cuenta. "Primero tuvimos que aprender, ya que nunca habíamos hecho arroz sin inundar y nos salieron cosechas bastante malas por culpa de las malas hierbas, pero a partir del tercer año hemos conseguido una producción similar a la de un campo negado de la misma variedad", explica el presidente de la Comunidad de Regantes del Rec del Molí de Pals, Albert Grassot, que ha cedido uno de sus campos a la investigación.

Dinero y sal, los principales arrecifes

Este cambio de sistema de riego en Pals se ha hecho instalando 11 km de tubos subterráneos, que sueltan agua paulatinamente al pie de la planta, junto con un sistema de bombeo para poder distribuir la presión necesaria a todos los goteros del campo. Además, los investigadores también colocaron sensores para medir que las raíces y el suelo tienen la saturación de agua adecuada. "La prueba de que esto es factible está hecha: hemos demostrado que, durante un período de cultivo, los consumos se pueden reducir de 14.000 m³ a 7.000 m³", afirma Gerard Arbat, ingeniero agrónomo que ha dirigido el estudio de la UdG. Ahora el problema es económico: depende "de si salen los números o no, ya que este sistema representa un coste más elevado que cubrir de agua la superficie del cultivo. Esto puede suponer un freno para muchos agricultores", reconoce.

Más allá de los arrecifes económicos, también es muy complicado hacer extensible este método a todos los campos de Pals por la alta salinidad de los cultivos cercanos al mar, que estropea las raíces y que sólo se puede paliar en aguando las plantaciones con agua dulce. "Por culpa de la sequía que afecta a los acuíferos y al expolio del río Ter, la presión marítima en los arrozales es brutal. Nos estamos encontrando floraciones altísimas de 4.000 mg/l de sal 5 km adentro, así que en estos casos hacer cultivo de goteo es difícil", explica Albert Grassot. El campesino añade: "Recibimos críticas que dicen que gastamos mucha agua, pero los arrozales son un cultivo milenario, el más antiguo del Empordà, que en el Baix Ter hacen una función muy importante, ya que son la barrera natural contra la invasión salina". Y concluye: "Nuestra agua se acaba infiltrando en los acuíferos y alimentamos una riqueza de fauna de pájaros que no tiene ningún otro cultivo".

La alternativa: el riego por superficie

Como no es posible extender la técnica innovadora del goteo a todos los campos, campesinos y expertos de la universidad gerundense también trabajan en un sistema intermedio entre el gota a gota y la irrigación de agua a manta que también está dando resultados de ahorro positivos. Se trata del riego por superficie, que, en vez de tener las plantaciones inundadas durante todo el cultivo, siembra en seco y al cabo de un mes incorpora agua cada ocho días, formando una lámina fina sobre la tierra que minimiza las pérdidas por evaporación .

Nivelando bien los campos, se evitan derrames y drenajes por los laterales. "Así conseguimos gastar un 30% menos de agua que en un cultivo tradicional como los del Ebro", dice Grassot. "Es una alternativa adecuada para muchos cultivos de arroz de Pals, que así no deben hacer frente a la inversión del riego por goteo y al mismo tiempo pueden mantener las sales controladas. Los propios campesinos, que años atrás eran escépticos con esta técnica, como han tenido que reinventarse por las restricciones por sequía, lo aplican desde el pasado año y han visto que funciona", afirma Arbat.

Estas técnicas de riego alternativo para ahorrar consumo se pueden llevar a cabo si, a pesar de las restricciones por sequía, los campesinos pueden utilizar una mínima dotación de agua, por poca que sea. Sin embargo, según Grassot, no la tienen garantizada. "El decreto de sequía sólo nos permite utilizar un 20% de agua, pero la Agencia Catalana del Agua (ACA) ya nos ha avisado de que la letra pequeña dice que, si es necesario, la dotación puede llegar a ser de cero. Si esto ocurre, puede ser la ruina para muchos campesinos y la primera vez en la historia sin arroz de Pals", certifica el presidente de la comunidad de regantes.

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