Crean un marcapasos más pequeño que un grano de arroz
Investigadores de EE.UU. prueban la eficacia del aparato en animales y órganos humanos


BarcelonaLos marcapasos ayudan a regular el ritmo del corazón cuando no late como toca, ya sea demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular. Son aparatos electrónicos que envían corriendo para que el corazón no deje de latir, y cada año en el Estado se instalan unos 40.000. Hay varios tipos, algunos incluso no necesitan cables ni cirugía para implantarlos, y su tamaño se ha ido reduciendo con el paso de los años. Ahora investigadores de la Northwestern University de Evanston, en Estados Unidos, han desarrollado en un estudio un prototipo pionero que es menor que un grano de arroz. Se trata de un dispositivo temporal que, tras su vida útil, es absorbido por el cuerpo del paciente, logra una estimulación eficaz en animales y en tejidos humanos y podría implantarse de forma menos invasiva que los marcapasos actuales, según un estudio que publica la revista Nature este miércoles.
Hace 10 años el marcapasos más pequeño del mundo era del tamaño de una moneda de un euro, unos 24 milímetros. En una década, los esfuerzos en investigación han permitido reducir el tamaño de estos aparatos con el objetivo de que su implantación sea menos invasiva para los pacientes que los necesitan, ya que los marcapasos convencionales requieren una cirugía cardíaca abierta o una cirugía endovascular. Son dos operaciones complicadas tanto para pacientes pediátricos como adultos. Por eso, los investigadores estadounidenses han trabajado para conseguir que el tamaño del dispositivo sea "extremadamente pequeño" y ya es inferior a un grano de arroz. En concreto, el prototipo que han diseñado mide 1,8 mm por 3,5 mm por 1 mm.
El dispositivo tiene electrodos que, cuando se exponen a los fluidos del cuerpo, generan una corriente eléctrica para hacer latir el corazón correctamente. De esta forma, los autores han eliminado la necesidad de disponer de una fuente de alimentación externa y de cables, elementos que sí requieren otros marcapasos. Otra ventaja es que es bioabsorbible, que significa que, cuando acaba su vida útil, se degrada solo y no hace falta ninguna operación para extirparlo, evitando que el paciente tenga que pasar por quirófano. De momento, los autores lo han probado en modelos animales pequeños y grandes, como ratones y cerdos, y en corazones humanos de donantes de órganos.
Fase experimental
Para el jefe del servicio de cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y ex presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Julián Pérez-Villacastín, es un prototipo "espectacular", pero avisa de que todavía está en fase experimental. "La idea es brillante, pero tendrán que pasar años para que esta tecnología pueda llegar a implantarse en seres humanos con garantías suficientes", ha dicho en declaraciones a Science Media Centre (SMC). Eso sí, cree que su tamaño y la forma en que se generan los impulsos eléctricos para latir el corazón lo convierten en un aparato prometedor. Sin embargo, los autores creen que el dispositivo puede ofrecer "una alternativa potencialmente más segura a los marcapasos tradicionales más grandes".