Salud

Escalada de contagios de tos ferina: más de 300 casos en Cataluña en un mes y medio

Salut Pública estudia el posible vínculo entre 18 infecciones declaradas en Cerdanyola del Vallès

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Imagen de archivo de una mujer tosiendo

BarcelonaLa tos ferina ha vuelto con fuerza a Cataluña. La irrupción de la pandemia la hizo desaparecer del mapa, pero con el bajón del cóvido ha habido un aumento importante de brotes y un ascenso de los contagios de esta enfermedad infecciosa. Durante todo el 2023 se diagnosticaron 530 casos. Ahora esta tendencia se ha acelerado y, en tan sólo el mes y medio que llevamos de año, ya ha habido 342 infectados, más de la mitad que todo el pasado año. La cifra de brotes declarados también se ha incrementado: se ha pasado de 67 en todo el 2023 a 45 este año. De media, pues, ahora hay un brote todos los días. La tos ferina es una enfermedad endémica en el mundo y, por tanto, reaparecen brotes cada tres y cinco años. El escenario en Cataluña no es diferente al del resto del Estado y el mundo, que también constatan la llegada de una ola que se inició el año pasado.

Según el último informe del ' Agencia de Salud Pública de Catalunya, a la que ha tenido acceso el ARA, el número de casos de tos ferina diagnosticados ha registrado un ascenso notable después de la pandemia. La incidencia ha pasado de 0,84 casos por 100.000 habitantes en 2022 a 6,8 en 2023. Ahora la tasa ya es de 4,39 casos por 100.000 habitantes.

El incremento de brotes notificados –que es cuando hay dos o más casos asociados en espacio y tiempo– se ha registrado sobre todo en la zona del Vallès. De hecho, según ha podido saber el ARA, los profesionales de la Agencia de Salud Pública investigan tres brotes de esta enfermedad en Cerdanyola del Vallès, que se notificaron en enero y son todos de ámbito familiar. En total, existen 18 casos declarados en el municipio y ahora estudian si están vinculados o no entre ellos.

La tos ferina es una infección respiratoria aguda bacteriana muy contagiosa y, cuando se notifica un brote, se recomienda el aislamiento del paciente, además del tratamiento con antibióticos. Inicialmente, los síntomas son similares a los del resfriado común y suelen aparecer una semana después de la exposición a la bacteria. Unos 10 o 12 días después, la infección puede llegar a provocar episodios de tos y, en los casos más graves, vómitos, diarreas, fiebre e incluso pérdidas de conciencia. Sin embargo, la enfermedad suele ser leve en personas sanas y bien vacunadas. Los niños que todavía no han completado su vacunación pueden presentar cuadros más graves como neumonía, alertan desde Salut.

Seis brotes en el ámbito escolar

Este enero ha habido un "muy notable" aumento de los brotes declarados a las autoridades sanitarias: se han reportado 45 brotes con 129 afectados, según los datos de Salut Pública. Del total, 39 fueron entre miembros familiares, pero seis de ellos se dieron en centros educativos. Ante un brote o existencia de contactos vulnerables en la escuela, los niños y profesores que son casos confirmados o tienen síntomas sospechosos de tos ferina deben tomar antibiótico y dejar de ir al centro los cinco primeros días desde el inicio del tratamiento. Además, la unidad de vigilancia epidemiológica puede recomendar la profilaxis a los contactos estrechos de clase y de los equipos deportivos.

En Cataluña, la inmunización contra la tos ferina está incluida en el calendario de vacunación infantil y también está indicada para mujeres embarazadas. Las coberturas de vacunación de los niños de un año en primovacunación son muy altas y se sitúan en torno al 95%, aunque disminuyen en dosis sucesivas y con la edad. En cuanto a embarazadas, la cobertura ha variado en los últimos años y se sitúa en torno al 85%. Asimismo, desde la conselleria de Salud apuestan por reforzar las vacunaciones y mantener las actuales en la población menor de dos años y en embarazadas para garantizar unas "coberturas óptimas".

La última gran ola, en 2015

La última gran ola en Catalunya fue la del 2015, cuando el pico de incidencia subió hasta superar los 3.500 casos en un año. Este episodio supuso un aumento alarmante de la incidencia de esta enfermedad, porque en el año anterior la cifra no superaba el millar de infectados. Ahora bien, después de ese embate hubo un descenso del número de diagnósticos de la enfermedad, que se vio aún más reforzado con la llegada de la pandemia y las medidas restrictivas que limitaban el contacto entre la población. En los siguientes años, prácticamente no se declaraban casos. En cambio, a partir de 2022, la incidencia de la tos ferina empezó a subir de nuevo y las cifras del año pasado confirmaron su regreso. Ahora Catalunya vuelve a vivir un estallido de contagios de esa enfermedad infecciosa.

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