La inmunoterapia obtiene el primero gran éxito contra los tumores cerebrales más agresivos
Investigadores del VHIO consiguen por primera vez resultados positivos contra el glioblastoma
BarcelonaEntre las formas de cáncer que hasta ahora se han mostrado más refractarias a cualquier tipo de terapia destaca muy por encima de cualquier otra el glioblastoma, el tumor cerebral más frecuente y también el más agresivo. La falta reiterada de resultados positivos podría tener una alternativa viable gracias al desarrollo de un anticuerpo monoclonal capaz de activar la respuesta del sistema inmunitario, que, a su vez, elimina las células cancerígenas. El fármaco, desarrollado en el Vall d'Hebron Institut d'Oncologia (VHIO), ha iniciado recientemente un ensayo clínico en fase 1 después de superar con éxito los estudios preclínicos en el laboratorio con modelos animales. Los resultados se publican hoy en la revista Molecular Cancer Therapeutics, de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
Joan Seoane, investigador Icrea del VHIO y líder de la investigación, confía que los "buenos resultados" que se han observado en las fases previas de investigación se reproduzcan ahora con el ensayo clínico y "en relativamente poco tiempo". "No tenemos herramientas efectivas contra el glioblastoma", lamenta. Ni basadas en quimioterapia "ni todavía menos" en inmunoterapia. Los modelos desarrollados toman como punto de partida una mutación específica presente en las células del tumor que no se ha encontrado en ninguna célula sana. Esta especificidad se ha aprovechado para diseñar un anticuerpo biespecífico que, por un lado, se une a la proteína anómala codificada por el gen mutado y, por otro, a células T del sistema inmunitario. La unión favoreceque sean captadas por células inmunes, que son las que eliminan las células cancerígenes. Dicho de otro modo, el anticuerpo hace que las células del tumor sean sensibles a la acción de la inmunidad.
El anticuerpo se une por un extremo a un receptor de membrana específico del glioblastoma (el EGFRvIII) que se encuentra en un 25% en este tipo de tumores cerebrales. "Aunque lo parezca, no es en absoluto un porcentaje bajo", asegura Seoane, que destaca, en primer lugar, la falta de terapias efectivas, y, por otro lado, el que viene a ser "un paso más en las terapias de precisión". Así mismo, considera que el trabajo es "una prueba de concepto", puesto que abre la puerta a buscar mecanismos similares para el 75% que todavía no tienen soluciones efectivas. Este 75% se podría encontrar rastreando otros receptores de membrana o incluso buscando en el espacio que se encuentra entre las células. "Lo que queda claro es que, si conseguimos unir un extremo del anticuerpo al receptor mutado y el otro a células del sistema inmunitario, obtenemos resultados extraordinarios", dice el experto. Tanto que hasta ahora no se han detectado efectos secundarios de ningún tipo en los casos publicados.
La ausencia de efectos tóxicos se fundamenta en la especificidad de la mutación. Los resultados se han obtenido del estudio de células de glioblastoma cedidas por 63 pacientes afectados por esta forma de cáncer. Mayoritariamente, los pacientes son del Hospital Vall d'Hebron y del Hospital Clínic de Barcelona. Del mismo modo, el anticuerpo empleado en los experimentos "se ha construido" con células T de cada paciente, de forma que el fármaco resultante es una inmunoterapia personalizada. El medicamento, en el que colabora la farmacéutica Roche, tiene que superar ahora las diferentes fases de ensayo clínico para verificar su baja toxicidad, seguridad, dosificación adecuada y respuesta esperada. Podría estar disponible en un plazo de cuatro años.