Vacunar a los niños es clave para lograr la inmunidad de grupo

La protección colectiva requiere incluir también a los menores de 19 años, que son el 20% de la población

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Una niña recibiendo una vacuna

BarcelonaLas vacunas del covid-19 ya se están probando en adolescentes y niños de menos de 12 años. Pfizer ha anunciado esta semana que su vacuna tiene una eficacia del 100% en chicos y chicas de entre 12 y 15 años, y tanto Moderna como AstraZeneca, así como la misma Pfizer, están ensayando las suyas en menores de 12 años. Janssen ha empezado a probar su preparación en edades de entre 12 y 17 años, y espera hacerlo pronto en niños más pequeños. En estos momentos, la filial de Johnson & Johnson está reclutando voluntarios en España y en el Reino Unido. "Se trata de un ensayo de fase II en el que se evaluarán varias dosificaciones y pautas de administración", explica Alberto Borobia, coordinador de la unidad central de investigación clínica y ensayos clínicos del Hospital Universitario Paz de Madrid, el primero del Estado que ha empezado a administrar vacunas a menores, siempre en el marco de ensayos clínicos.

Este ensayo pretende incluir 660 adolescentes de varios países con el objetivo de comprobar la seguridad de la vacuna y la respuesta inmunitaria que genera en adolescentes. Medir la eficacia en estas edades es más complicado. Como la mayoría de niños y jóvenes tienen muy pocos síntomas aunque cojan la enfermedad, es muy difícil medir la eficacia de la vacuna haciendo un recuento del número de casos registrados en el grupo vacunado para compararlos con los del grupo que ha recibido un placebo. Idealmente, habría que hacer un seguimiento periódico (y costoso) de los voluntarios con muestras nasofaringeas. Por eso, en este tipo de ensayo a menudo se utiliza la presencia de anticuerpos en sangre como indicador de protección.

Ejemplares de la vacuna de Pfizer, que ya ha sido ensayada en adolescentes con buenos resultados

"Tenemos mucha información sobre la protección de estas vacunas en adultos, y esto no creo que cambie mucho", considera Valentí Pineda, médico del servicio de medicina pediátrica del Hospital Parc Taulí de Sabadell y presidente de la Sociedad Catalana de Pediatría. "La eficacia de estas vacunas en niños y adolescentes no tendría que ser menor que en adultos", añade. En cuanto a la seguridad, según Pere Soler, coordinador de la unidad de enfermedades infecciosas e inmunología pediátrica del Hospital de la Vall d'Hebrón, "los medicamentos y las vacunas que son seguros en adultos normalmente son todavía más seguros en niños".

Próximamente, al ensayo de la vacuna de Janssen que ha empezado en Paz se añadirán otros hospitales de Madrid, Santiago de Compostela y Santander, además del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Así mismo, otros hospitales catalanes, entre los que están el Parque Taulí de Sabadell, el de la Vall d'Hebrón de Barcelona y el Trias i Pujol de Badalona, trabajan para participar en ensayos de vacunación infantil.

La necesidad de vacunar a los menores

Aunque los niños y adolescentes presenten habitualmente cuadros leves de la enfermedad, los expertos consideran que la vacunación en estas edades es importante por varias razones. En primer lugar, "hay que diferenciar entre hacer investigación sobre vacunas y vacunar a la población", apunta Soler. "Tenemos que conocer la respuesta a la vacuna de esta franja de edad porque todavía no sabemos qué recorrido seguirá la enfermedad en los próximos años", argumenta. Según el pediatra de la Vall d'Hebrón, "si en algún momento hubiera algún cambio y se viera que el covid-19 afectara más a los niños, sería interesante conocer cómo responden a las vacunas". "Y esto se consigue haciendo investigación", asegura Soler. Precisamente estos son algunos de los objetivos de los ensayos actuales.

Por otro lado, el logro de la famosa inmunidad de grupo es uno de los factores que también justifican la vacunación de los menores de edad. "Como los niños y adolescentes pueden transmitir la enfermedad, si no los vacunamos no podremos proteger a los adultos que no se pueden vacunar porque tienen enfermedades que lo contraindican", explica Borobia. "Estas personas solo pueden estar protegidas si se vacuna a todo su entorno, incluidos los menores de edad", aclara el médico de Paz. "El 20% de la población tiene menos de 19 años", puntualiza Pineda. A parecer suyo, "si no los vacunamos, no lograremos la inmunidad de grupo". Además, añade, "hasta ahora hemos visto que transmiten menos la enfermedad que los adultos, pero quizás en el futuro hay alguna variante con la que esto cambie y vacunarlos es una manera de cubrir este posible efecto".

"Los niños y adolescentes presentan formas menos graves de la enfermedad, pero ha habido algún caso grave que la vacunación puede evitar", explica Tomàs Pérez, pediatra experto en enfermedades infecciosas del Hospital Universitario Mutua de Terrassa. Sobre el papel de esta franja de edad en la transmisión del covid-19, Pérez apunta que "ha habido brotes en algunas fiestas en las que se han relajado las medidas de seguridad, cosa que indica que sí que lo pueden transmitir". "Hay estudios que sugieren que las vacunas actuales reducen la transmisión, a pesar de que esta es una de las grandes preguntas que queremos responder, tanto en adultos como en niños y adolescentes", añade. En este sentido, concluye, "las vacunas de segunda generación que se administrarán por vía nasal protegerán mucho más de la infección y, por lo tanto, reducirán más la transmisión".

Sobre las ventajas de vacunar la población infantil, Pere Soler también destaca que "vacunar los niños podría evitar que todo un grupo burbuja se tuviera que confinar diez días cuando se detecta un positivo" y que "las actividades extraescolares y deportivas se retomaran con seguridad".

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