Café Pablo, el nuevo bistrot del Museu Picasso que quiere seducir a los barceloneses

BarcelonaEmmanuel Guigon, director del Museu Picasso, explica que antes el museo tenía un 4% de público local, una cifra que está en la línea de lo que suelen tener este tipo de equipamientos culturales, pero que han logrado hacerla crecer a un generoso 20%. Ahora, con la apertura del Café Pablo, espera dar más motivos a la gente para visitar el museo y quizás, de paso, visitar alguna de las exposiciones. Sin embargo, visitar el museo no será una parada obligada para disfrutar del nuevo bistrot Café Pablo, regentado por Romain Fornell.

El cocinero, que tiene varios restaurantes, entre ellos el estrellado Caelis, ha sido el elegido porque podía encarnar como nadie el alma de un restaurante de cocina francesa y catalana. "Yo me siento tanto francés como barcelonés", afirma el chef. Nadie como él puede representar mejor a las dos culturas gastronómicas. De hecho, el día de la presentación ante la prensa había quien decía con sorna que los parisinos pronto tendrán que venir a Barcelona para comer buena cocina francesa. Guigon, por su parte, lo remachaba con la siguiente anécdota con Emmanuel Macron. Al parecer, el presidente de la República Francesa quería saber en qué idioma se expresaba Picasso. Y la respuesta de Guigon fue la siguiente: "catalán, castellano, francés y picassiano".

Así pues, con el espíritu de imaginar lo que comía Picasso en París, se ha optado por los clásicos franceses que Fornell clava. Paté en croûte, huevos mimosa con atún natural, foie micuit, caracoles de la Borgoña, cigalas pequeñas Robuchon, o el solomillo de ternera con salsa París y puré de patata convivirán con tapas emblemáticas catalanas. Y también con una fórmula de mediodía. Una de 20 euros, y otra de 18. Y si se va con niños, un menú infantil por 12.

El espacio cuenta con una sala, una terraza cubierta y un precioso patio interior, y se quiere que sea ​​un lugar de encuentro, "de tertulia" añade el director del Museu Picasso, porque lo que se pretende es ganar ese espacio, que antes no existía, para disfrutar de la gastronomía, ya que, como ha citado Guigon, Heràclit ya nos va explicar que "los dioses están en la cocina". Pues que a nosotros nos encuentren sentados en la mesa.