Ni un día en casa

Can Pepitu: tapas, platillos y muy buen rollo

Un local para viajar a las casas de pescadores del Port de la Selva de hace un montón de años

El equipo de Can Pepitu en la entrada del restaurante.
  • Dirección : calle del Mar, 20, Port de la Selva
  • Cocina : tapas y platillos
  • Obligado : ensalada de pulpo
  • Vino : carta corta con buenas referencias
  • Servicio : rápido y complaciente
  • Local : casa de pescadores y terraza con vistas
  • Precio por persona : 30 euros

Hace nueve años Pep Marés impulsó la reapertura del Arte de Puerto de Reig, un bar bohemio de los años 70 regentado por Pepitu Mallol, historiador local y ejemplo del carácter propio de los selvatanos. En homenaje a este personaje icónico del Port de la Selva, se cambió el nombre del bar para convertirse en Can Pepitu. Mucho tiempo antes de ser bar era el lugar donde los pescadores guardaban el arte (utensilios propios empleados para pescar). Tres años más tarde de iniciar el proyecto Pep cedió el relevo a Nico Garrido, veraneando de toda la vida y con una amplia y variada experiencia en la gastronomía.

El año 2017 Nico, con el apoyo de su hermano Alfonso, Edu, Anna y del propio Pep, empezó una aventura de éxito en un pueblo huérfano de una oferta gastronómica como su . La propuesta es tan sencilla como exitosa: tapas y platillos con producto de calidad ya buen precio. Si esto se ejecuta bien es imbatible y lo hace. No hay primeros ni segundos, la comida se sirve tal y como sale de la cocina y el servicio es muy rápido y complaciente. Del local, cabe destacar las paredes de piedra y la barca de Pepitu, aunque en verano la gente prefiere comer en la envidiable terraza desde donde se observan la entrada a la bahía y el club náutico.

Cenamos pasado el voraginoso agosto, pero todavía hace bastante calor y, por eso, acompañamos la comida con cerveza bien fresca y bien echada. La carta nos ayuda también a decidirnos. Empezamos con un plato de tomate con ventresca; la imprescindible y codiciada ensalada de pop del Nico; las ortigas del mar de Cádiz; tellinas sin un grano de arena que devoramos como pipas; buñuelos de bacalao y focaccia con burrata ahumada. La segunda tongada de platos se inicia con unos maravillosos sonsos con huevos fritos y se cierra con unas costillas de cabrito rebozadas. Todos los postres son caseros, pero por culpa del bochorno que nos da un poco la coz decidimos probar los reputados helados de Galiana (heladeria histórica del pueblo). ¡Un acierto!

Nos sentamos con Nico después de un servicio intenso, pero no tanto como los de los días de julio y agosto. "Es uno no parar. Si quieres que el negocio sea rentable estos dos meses deben aprovecharse, pero es agotador. Nosotros tenemos la suerte de contar con Laia (jefe de sala y reservas), que se encarga de que todo funcione bien. Es fundamental optimizar las reservas y el tiempo". El equipo que lidera Nico Garrido es dinámico y complaciente y su cocina, directa y funcional. Can Pepitu es un bar de tapas y platillos donde se respira libertad, se escucha buena música y el local te transporta a las casas de pescadores del Port de la Selva de hace un montón de años. Nico es un cocinero divertido y reivindicativo que tanto trabaja para dignificar la profesión y respetar el trabajo de sus compañeros como hace visible el sufrimiento del pueblo palestino o apoya al St. Pauli, un club de fútbol alemán antifascista. Si busca buena comida, buenas vistas y muy buen rollo, no lo dude, Can Pepitu es su bar de tapas del Alt Empordà.

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