Casa Palet: la inversión de su vida
Una pequeña tienda eminentemente con productos de charcutería que con los años ha ido cogiendo forma de restaurante
- Dirección: calle de Laforja, 9, Barcelona
- Carta: producto de mercado bien cocinado y elaborado
- Obligado: media de vaca vieja madurada
- Vino: bodega extensa con variedad
- Servicio: profesional, atento y amable
- Local: tienda con algunas mesas altas y también bajas en el piso de arriba
- Precio final por persona: 70 € (con vino)
Ya hace más de un siglo, en 1920, el abuelo de Àlex inauguró el colmado Palet, en la calle de Laforja de Barcelona. Una pequeña tienda eminentemente con productos de charcutería que con los años ha ido cogiendo forma de restaurante. De hecho, fue en el 2009, cuando con la entrada de Àlex en el negocio, el local empezó a ofrecer cocina, con la carne como uno de los productos estrella de la carta. Àlex Palet es desde hace veinticinco años quien gestiona este espacio que tiene una parte de tienda con productos alimenticios de calidad y unas cuantas mesas repartidas en dos pisos para poder degustarlos. “Teníamos que darle un giro radical al concepto y tenía muy claro que quería parecerme a dos restaurantes: Can Ravell, una charcutería que para mí hacía la mejor cocina de Barcelona, y cal Marquet, de Andorra”, explica el 'Álex recordando los inicios. Y a juzgar por la felicidad que transmite, da la sensación de que lo ha logrado.
Hoy para comer hemos encargado mesa por cuatro. Nos acompaña Bárbara, lectora de la sección del diario y ganadora del sorteo para compartir una comida juntos que hicimos a través de nuestra cuenta de Instagram. Ella es quien elige hoy la mayoría de los platos que probaremos en Casa Palet: compartimos primero unas ostras Amelie especiales número dos; el tomate con lomo de bonitos del norte, cebolla y vinagreta de Jerez; la exquisita cecina de buey del Capricho de León de un color rojo potente y que se deshace en la boca; el mar y montaña de calçots y calamares de playa a la plancha con romesco; y el steak tártaro de filete de vaca. Una selección de entrantes muy acertada que nos sirve para confirmar que el producto que trabajan es de lo mejor del mercado y que efectivamente, la carne es uno de los puntos fuertes de Casa Palet. Esto segundo nos queda sobre todo claro repartiéndonos como plato principal una media de vaca vieja madurada que pesa casi un kilo y medio y que viene acompañada de patatas, ensalada y pimientos escalivados. Una delicia que combina de maravilla con la botella de Tocat y Posat (DO Empordà), de una bodega que es garantía como la de Coca y Fitó.
Hemos superado nuestras expectativas y tenemos el estómago lleno, pero sería feo irse de Casa Palet sin probar algunos de los postres, así que ponemos un lemon pie en medio de la mesa para terminarnos el vino y charlar un rato con Àlex. Le felicitamos por la cocina, por el servicio y Bárbara le agradece la sensibilidad que tienen también con los celíacos. Ella no puede comer gluten y es intolerante a la lactosa, pero esto no ha supuesto ningún impedimento porque utilizan los productos adecuados. Le preguntamos a Àlex por su vida, qué hacía antes de empezar a gestionar Casa Palet y sonríe antes de responder: “Era broker de bolsa”. Y, sin esperarlo, la conversación se vuelve de repente aún más interesante. “Me pasé más de veinte años haciendo inversiones y gestionando una agencia de valores que montamos, pero con los años, lo que de joven me entusiasmaba y me hacía ganar mucho dinero, empezó a causarme ansiedad y estrés”, explica ahora con naturalidad. "Físicamente, no me encontraba bien, iba al médico y me decía que cambiara de vida, pero yo quería seguir", recuerda de la última etapa antes de decidir parar y definitivamente hacer caso al doctor. Ahora habla del cambio con orgullo y al mismo tiempo con la preocupación de ver cómo se encarece la vida con el paso del tiempo: “Si seguimos a este ritmo llegará un momento en que ir a un restaurante será como comprar un artículo de lujo, la gente no podrá pagarlo”. Casa Palet es la última adquisición de Àlex. La inversión de su vida la ha realizado en el proyecto familiar. Y puede estar orgulloso, como lo están sus clientes.