El lío de las patatas con sabor a jamón: qué está haciendo la industria para evitar que desaparezcan
La alimentación se convierte en un terreno abonado para noticias engañosas e incluso para fomentar los discursos de odio
Quizá te resulte familiar haber oído esa cantinela: la UE prohibirá las patatas con sabor a jamón. No hace mucho que corrió como la pólvora, hasta el punto de que hay quien en la supuesta desaparición de ese popular snack ha visto una mano negra. En las redes sociales incluso han proliferado los discursos de odio atribuyéndolo a alguna conjura de personas de fe musulmana porque no comen cerdo, pero ni la UE ha vetado estas patatas ni se pondrá fin por las costumbres de una parte de la población. Tan sólo hay algunos productos alimenticios, como las patatas con sabor a jamón, que tendrán que modificar su composición porque Europa ha vetado que los alimentos se fabriquen con aromas de humo por motivos de seguridad alimentaria.
¿Qué ha decidido exactamente la UE
El ahumado es un método utilizado tradicionalmente para ayudar a conservar alimentos como el pescado, la carne y los productos lácteos. Como alternativa al ahumado tradicional, se pueden añadir aromas de humo a los alimentos para que tengan un sabor ahumado, como por ejemplo a las patatas con sabor a jamón. En este caso, los aromas de humo se producen mediante un proceso de combustión de madera llamado pirólisis, explica la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Los aromas se someten a reevaluaciones periódicas para que se puedan seguir utilizando por parte de la industria alimentaria de la UE. De entre los diez aromas de humo existentes, de dos no se pidió su reevaluación cuando era pertinente hacerlo y de los ocho restantes se ha vetado su uso por parte de la Comisión Europea. Con las últimas investigaciones científicas se ha determinado que no pueden excluirse los riesgos de genotoxicidad para ninguno de los ocho aromas de humo, o sea, que su consumo pueda causar daños en el ADN de las células humanas.
Cómo afecta a las patatas con sabor a jamón
Ninguno de estos aromas de humo se podrán seguir utilizando por parte de la industria alimentaria: las dos que no se revaluaron ya están vetadas y para los otros ocho hay un período de transición. Los fabricantes de patatas que las utilizaban tienen hasta el 1 de julio de 2026 para adaptarse. La industria ha manifestado que los consumidores que adoran a estos snacks no se quedarán sin ella, mientras que el gusto no debería verse resentido.
Según Beatriz Robles, que es tecnóloga de los alimentos, dietista-nutricionista y profesora de la Universidad Isabel I, cuando los consumidores están familiarizados con un gusto, suelen preferir que no cambie: "Hemos visto empresas que han hecho cambios en el uso de los edulcorantes en refrescos y los consumidores lo notan". Los fabricantes de snacks tienen la ventaja de que disponen de un tiempo para adaptarse y que, según añade, con la tecnología "se pueden conseguir gustos si no idénticos, con diferencias indetectables".
¿Qué ha hecho la industria alimentaria para adaptarse
Hay fabricantes que pueden prescindir de los aromas de humo, utilizar otros aromas o hacer mezclas de aromas con aditivos, como el glutamato monosódico (E621), que actúa de potenciador del sabor, y consigue "un aroma prácticamente idéntico al que tenían antes", relata Robles. También podrían desarrollarse nuevos aromas de humo, si bien sería un proceso mucho más largo que implicaría pasar por la EFSA y recibir el visto bueno de la Comisión Europea.
Cada producto tiene su casuística. De las empresas consultadas por el ARA que se han prestado a compartirla, Torres detalla que las patatas Torres Selecta con sabor a jamón ibérico no contienen aromas de humo. PepsiCo hoy en día tampoco incorpora aromas de humo en ninguna de sus patatas fritas y snacks en España (marcas Lay's, Ruffles, Doritos, Fritos, Cheetos…), puesto que "ya fueron eliminadas", y se anticiparon a la decisión europea. Por su parte, Kellanova afirma que está adoptando las medidas necesarias para adaptar tres de sus productos de Pringles (Texas BBQ Sauce, Paprika y Smokey Bacon Flavour) dentro de los dos años que existen para ello.
Si las patatas no desaparecen, ¿por qué lo he oído decir?
Éste es un caso clásico de una información que se empieza a difundir de forma inexacta y que se replica hasta el aburrimiento, porque es "la típica noticia que llama muchísimo la atención", resalta Robles. De postre, el lío de las patatas sucedió en el pico del verano, cuando baja la intensidad informativa. Pese a que la dietista-nutricionista insiste en que "el sistema de seguridad alimentaria en la UE es muy robusto", el hecho es que "asusta mucho que se diga que un aditivo o aroma deja de ser seguro". Además, la relevancia que tiene la alimentación en la vida de la gente facilita aún más este tipo de enredos. "Todos nos alimentamos todos los días y, cuanto más conocido y utilizado sea un alimento, más repercusión tendrá la noticia", asevera.
La alimentación es también un terreno abonado para los discursos de odio
Una decisión de carácter técnico como prohibir los aromas de humo puede acabar incluso alimentando especulaciones rocambolescas. "Hubo quien lo utilizó para la batalla cultural que sucede en España", lamenta Robles, y en las redes sociales se difundió que "se iba a retirar algo tan nuestro con sabor a jamón por la presión de la inmigración musulmana". Al fin y al cabo, según recalca la dietista-nutricionista, este caso demuestra que "cualquier tema puede utilizarse para atizar los discursos de odio y la polarización en las redes sociales".
¿Cuáles son los otros alimentos afectados por el veto en los aromas de humo
El foco se ha puesto en las patatas con sabor a jamón, pero hay más productos afectados. Según la EFSA y la Comisión Europea, los aromas de humo se utilizan como alternativa al ahumado convencional de la carne, el queso o el pescado o bien para añadir sabor a ahumado a productos que no se fuman habitualmente, como sopas, salsas, condimentos, bebidas, helados, productos de confitería, galletas saladas y snacks. Para adaptarse a la prohibición a los aromas, los fabricantes tienen hasta el 1 de julio de 2029 en los casos del queso y derivados, la carne, el pescado, los crustáceos y moluscos y el caviar, mientras que por en el resto de productos, como las patatas con sabor a jamón, hasta el 1 de julio de 2026.
Cómo puedo averiguar qué aromas lleva un producto
Lo tienes difícil. A diferencia de los aditivos alimentarios, que deben detallarse en el listado de ingredientes, la legislación no obliga a especificar los aromas que lleva, "en gran parte para proteger la propiedad intelectual de la receta", sostiene Robles, dado que "definen mucho un producto". Esta medida ha permitido mantener en secreto, por ejemplo, la composición entera de la Coca-Cola o la Pepsi, pero no debería dar quebraderos de cabeza a nadie.
"Afortunadamente, los consumidores de la UE no debemos preocuparnos por si un producto trae o no aromas de humo, porque la legislación europea y la EFSA ya se encargan de proteger a los consumidores y retirar los productos del mercado que no sean seguros ", defiende Robles, con el añadido de que se autorizan aditivos y aromas "con un margen de seguridad tan alto que deberían consumirse cantidades ingentes imposibles de aquel producto para que nos hiciera daño".
¿Existen otros precedentes de decisiones similares?
Un caso reciente ha sido el del dióxido de titanio, recuerda Robles, identificado como el aditivo E171. Durante décadas se había utilizado para dar color blanco a muchos alimentos, como productos de pan, cremas para untar, sopas, caldos, salsas y complementos alimenticios. En 2021 la EFSA determinó que también existía la posibilidad de que este aditivo causara problemas de genotoxicidad, lo que bastó para prohibirlo a partir de 2022. Eso sí, ha continuado siendo autorizado para su uso en medicamentos hasta que se 'encuentre una alternativa segura.