El Rincón Sevillano: el bar del amigo de Kurt Cobain
La propuesta gastronómica del bar se incluye en un menú diario de 13,50 euros que tiene algunos platos con suplemento
- Dirección : calle Calderón de la Barca, 129 (Barcelona)
- Cocina : casera, tradicional, sólo con menú del día por 13,5 euros
- Obligado : los callos de Jordi
- Vino : de la casa
- Servicio : atento, cercano y eficiente
- Local : bar con mesas pequeñas
- Precio por persona : 13,5 euros con vino
Son las cinco de la mañana y Jordi ya está dentro del bar cocinando y preparándose para levantar la persiana una hora después, mucho antes de que salga el sol. Ésta es su rutina, de lunes a sábado, compartiendo muchas horas con su mujer, Miriam, y Laura, su hermana. Ya hace varios años que los tres son el motor de El Rincón Sevillano, un bar de barrio que a mediodía se convierte en una casa de comidas de referencia en el Carmel.
Es el mismo bar que hace casi cincuenta años Juan y Mercedes, los padres, pudieron comprar después de vender su piso y gracias a que la abuela hizo espacio en su casa para que toda la familia tuviera un lugar para vivir . Un sacrificio familiar que ahora da sus frutos porque desde que los pioneros se jubilaron, Jordi y Laura Rincón, y Míriam Lopera, se dejan la vida todos los días y hacen las cosas muy bien.
Entrar en El Rincón Sevillano es como retroceder a cincuenta años en el tiempo. Da la sensación de que nada ha cambiado. Mantiene el mantel de cuadros verdes y blancos y todo el bar está salpicado con los colores de Betis, el equipo del padre, que Jordi ha querido respetar: “Si mi padre hubiera sido del Madrid lo habría sacado todo, porque yo soy muy culé. Pero es del Betis y me gusta, forma parte de la personalidad del bar”, bromea pero convencido. Incluso en la otra cara del menú está el escudo del club de Heliópolis y los muebles traseros de la barra también lucen los colores. La propuesta gastronómica del bar se incluye dentro de un menú diario de 13,50€ que tiene algunos platos con suplemento. Entre los primeros en escoger, están las famosas truchas de Jordi; "Las mejores que he probado en mi vida", le dice mucha gente, y no les falta razón. También hay mejillones en la marinera y gazpacho andaluz, y con ello damos por buena nuestra primera selección. Como segundos, probamos los “tornillos grandes” y los callos que Jordi nos ha recomendado con insistencia. También añadimos el codillo al horno, que viene con guarnición de patatas fritas y pimientos de Padrón, y unos calamares a la andaluza que nos han entrado por la vista de la mesa de al lado. Un producto excelente y muy bien tratado, que hoy acompañamos con el vino de la casa y algunas copas bien frías de Estrella Damm.
Por último, no podemos hacer el feo en el postre, que es cosa de Míriam, la mujer de Jordi, a la que le hemos prometido compartir al menos un pedazo de la tarta de queso que ha hecho hoy. No es raro pasar un mediodía por el número 129 de la calle Calderón de la Barca del Carmelo y encontrar cola en la puerta del bar. No hay opción de reservar, pero el servicio es eficiente y la circulación de mesas muy rápida, lo que hace que mucha gente del barrio se llegue a diario para comer. Ofrecen un menú completo ya un precio muy ajustado, con lo que se han ganado la confianza de los clientes habituales y de los que como nosotros les han descubierto de casualidad. Jordi nos invita a tomar el café en la barra para liberar nuestra mesa y poder charlar con él con tranquilidad, mientras sigue trabajando. Tiene las botellas de licores ordenadas en las estanterías y expuestas como si estuvieran en un museo, donde la obra estrella es una foto en blanco y negro que, tapada por la ginebra, el orujo y el licor de hierbas, prácticamente no se voz. Son Jordi, Fluren Ferrer, uno de sus mejores amigos, y Kurt Cobain. “En los años noventa íbamos a muchos conciertos. Fuimos al de Nirvana y pudimos hacernos una foto con él. Estuvo muchos años perdida y hace un tiempo la recuperé”, explica emocionado. La música es fundamental en la vida de Jordi porque le ayuda a evadirse de tantas horas en el bar. Siempre será El Rincón Sevillano, pero a nosotros nos gusta decir que es el bar del amigo de Kurt Cobain.