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¿Qué hay de cierto en la fama de egoístas de los hijos únicos?

El hecho de que un niño sea egoísta o caprichoso está más relacionado con el modelo educativo que con la condición de ser hijo único

Un niño cogido de la mano de su madre, en una imagen de archivo.
11/01/2025
3 min
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BarcelonaEn Cataluña, la tasa media de hijos por mujer o fecundidad ha pasado de 1,33 hijos en 2013 a 1,1 en 2023. Este progresivo empequeñecimiento de las familias hace que cada vez haya más hijos únicos en todas partes, unos niños que a veces deben aguantar prejuicios como son más caprichosos, egoístas y egocéntricos que los que tienen hermanos. Cuando se le pregunta cómo condiciona la personalidad de una criatura tener hermanos o no, la psicóloga Silvia Guillamón apunta que criarse con hermanos "puede favorecer habilidades como la negociación, la paciencia y la resolución de conflictos, porque deben compartir espacios, recursos y la atención de los padres". En cambio, puntualiza la también directora del Centro L'Arbre, los hijos únicos "suelen tener más oportunidades para desarrollar su autonomía y concentrarse en intereses personales por el mero hecho de no tener que competir por la atención de los padres".

¿El hecho de recibir toda la atención les hace más egoístas o caprichosos?

No hay ninguna evidencia de que los hijos únicos sean más egoístas o caprichosos. Según Guillamón, este tipo de comportamiento "está más relacionado con el modelo educativo que con la condición de ser hijo único". Los padres que promueven límites claros y valores como la generosidad, señala, "ayudan a evitar estas actitudes". Y es que si se les enseña a valorar lo que tienen, pueden ser conscientes de la suerte de recibir toda la atención.

¿Se deben redoblar esfuerzos para que no se conviertan en personas egocéntricas?

En algunos casos, apunta Guillamón, al no tener la vivencia de compartir tiempo o recursos "pueden no ser tan conscientes de situaciones en las que las necesidades de los demás son priorizadas, lo que podría generar cierto punto de egocentrismo". La psicóloga sostiene que no es necesario redoblar esfuerzos, "pero sí establecer límites adecuados y fomentar actitudes como la colaboración y la empatía". Como con cualquier niño, añade, "la educación emocional es clave para que entiendan las necesidades de los demás".

¿Es necesario procurar que tengan contacto a menudo con niños de edades similares?

Según Guillamón, no sólo es recomendable, sino que a menudo los hijos únicos también lo piden. La interacción y la socialización son siempre importantes. Las relaciones con otros niños de su edad, apunta, les permite aprender habilidades como compartir, cooperar y gestionar conflictos, equilibrando la dinámica más individualizada que viven en casa. Sin embargo, afirma que si tienen otros espacios de socialización como la escuela o actividades extraescolares no es indispensable.

¿Cómo influye en sus habilidades sociales el criarse sin hermanos?

Muchos hijos únicos, asegura la experta, valoran aún más la socialización porque necesitan estos espacios para desarrollarse como seres sociales. Las habilidades sociales, insiste, "se construyen dependiendo del contexto y de las experiencias que viven, no del número de hermanos". En consecuencia, un hijo único "puede ser perfectamente sociable, empático y colaborador si tiene oportunidades de relacionarse y un entorno que favorezca estos valores".

¿Con qué otros prejuicios deben luchar estos hijos únicos?

Según Guillamón, son niños que a menudo se encuentran "con etiquetas injustas", como ser malcriados, inmaduros emocionalmente o tener dificultades para trabajar en equipo. También suele decirse que tienen menos autocontrol. Para la psicóloga, se trata de ideas preconcebidas que "pueden presionarlos y hacer que sientan que deben demostrar constantemente lo contrario".

Un reciente estudio de Alice Goisis, profesora asociada de demografía del Centro de Estudios Longitudinales de la University College de Londres, ponía de manifiesto que estos hijos únicos sí se benefician de su condición en aspectos como el desarrollo del lenguaje y la organización del tiempo.

La directora del Centro El Árbol está de acuerdo con que los hijos únicos se benefician de la atención plena que reciben de los padres, sobre todo durante los primeros años de vida, lo que impacta en el desarrollo de algunas habilidades como las que menciona Goisis. Tener mayor interacción verbal con los adultos durante esta etapa, apunta, "es un hecho que enriquece su desarrollo lingüístico". Al margen de corroborar que estos niños "aprenden a gestionar su tiempo con mayor autonomía", Guillamón menciona otras ventajas como "más capacidad de concentración y una relación más cercana con los padres".

¿Suelen ser criaturas que reconocen que les hubiera gustado tener hermanos?

Muchos hijos únicos expresan que les hubiera gustado tener hermanos, apunta la psicóloga, "especialmente por compartir momentos familiares o responsabilidades emocionales". Otros, señala, se sienten afortunados "de no tener que compartir y valoran aspectos positivos como la atención más personalizada que han recibido o la libertad para desarrollar sus propios intereses".

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