Paternidad

"Ante mi mujer no me abriría tanto"

Asistimos a una de las sesiones de preparto para hombres que organiza el ICS en la que los futuros padres aprenden a gestionar las emociones y entender su nuevo rol

4 min
Padres novatos en una reunión para aprender.

LleidaAngustia, estrés, sobreexcitación, frustración, tristeza, ofuscación, euforia e incluso rabia. Los hombres pueden sentir todo tipo de emociones cuando se convierten en padres o lo están a punto de ser. Emociones que ellos reconocen no haber predicho. “Desde que me pusieron a mi niño en brazos, no podría describir las emociones que tengo”, asegura Moisés Moliner. Lleva tan sólo diez días padre y todavía está digiriendo qué le está pasando. “Los sentimientos que tengo son muy exagerados, no era como esperaba –admite–, es más bonito de lo que podía imaginar”.

Moliner, junto con una decena más de hombres, es uno de los participantes de las primeras sesiones preparto para hombres que se organizan ahora en Lleida de la mano del Instituto Catalán de la Salud (ICS), a través del Programa de 'Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSiR). Este tipo de cursos, únicos en todo el Estado español, se convocan en Barcelona desde el año 2011 y se han ido extendiendo paulatinamente por otros municipios, así como Santa Coloma, Manresa, Vilanova y la Geltrú y Tarragona . Hasta ahora, más de un millar de hombres han pasado ya por estos cursos. Desde el pasado año, a través del departamento de Igualdad y Feminismos, pretende extenderse por todas las demarcaciones.

Se trata de una iniciativa pública que pretende tratar la paternidad desde la perspectiva exclusivamente masculina, sin la presencia de las mujeres, con los objetivos de conseguir una mayor implicación de los hombres en la crianza, revisar los estereotipos de género y reflexionar sobre el su rol. “Yo conozco bastante bien cuáles son mis emociones –añade Moliner– pero creo que es necesario saber gestionarlas para después hacerlo mejor con la criatura”.

"Es importante atender y entender las necesidades que hay detrás de cada emoción", les explica el psicólogo Aleix Ayats, referente de bienestar emocional comunitario y conductor de estas sesiones en Lleida. Reconoce que descubrir estas necesidades es difícil. "Es la parte más profunda del iceberg", advierte. Y de ahí la importancia de este proyecto para excavar entre las emociones masculinas más íntimas.

Dudas, preguntas y formación para padres novatos.

Estas clases forman un espacio reservado para los hombres, para que puedan reconocerse y reflexionar sobre su futura paternidad “que difícilmente se tratarían en un espacio mixto”, admiten fuentes del ICS. Y es que en las sesiones preparto masculinas, el hombre parece sentirse más confiado. “Aquí hablamos desde el sentimiento –justifica Moliner –y es posible que frente a mi mujer o, sobre todo, a las mujeres de los demás, no me abriría tanto”.

"A mí me surgen algunas dudas", reconoce su compañero, Héctor Surroca, quien se pregunta si tiene el permiso de hablar de "cosas íntimas" de su pareja con unos desconocidos". Por eso, hay un pacto implícito que indica que todo lo que se habla en las sesiones, se queda en las sesiones: “Los hombres y mujeres tenemos obviamente nuestras diferencias –dice otro participante, Jason Sacancela –en un grupo exclusivo de hombres nos podemos explicar de la mejor manera , porque nos entendemos más fácilmente, nos reconocemos, nos soltamos más". "Estas sesiones son un espacio seguro para que los hombres no se sientan juzgados", concluye el psicólogo.

El proyecto en Ponent

Las clases de preparto de Lleida son todavía demasiado incipientes para ser frecuentadas. Las dos ediciones que se han convocado desde noviembre han tenido una decena de participantes cada una, cuando podrían acoger cerca del doble. "Aún hay un camino a recorrer para darlo a conocer más entre la población leridana", admite Ayats.

Uno de los casos más sorprendentes en su clase es el de Oumar Díaz, un hombre que ya fue padre cuando tenía 19 años y que ahora espera a una segunda criatura 25 años después. "Estoy reaprendiendo", admite Díaz, aunque asegura que las emociones que está viviendo ahora son muy parecidas a las de cuando era mucho más joven.

Los perfiles de los usuarios son muy variados, pero los hombres asisten básicamente para resolver sus inseguridades frente a una paternidad desconocida. “El primer día que vine, tenía muchas dudas, la mayoría centradas en el momento del parto y de la crianza –explica Víctor Martínez– y aquí estoy descubriendo que también hay mucho que disfrutar durante el embarazo”.

¿Suplente o titular?

“Es imposible que nunca podamos sustituir a las madres, sobre todo por una cuestión fisiológica –dice Martínez–, lo importante es que tengamos claro cuál es nuestro rol”. Pero, ¿cuál es?, se preguntan muchos. ¿El de suplente o el de titular? La respuesta, según los expertos, está en manos del propio padre. Su actitud puede ser la de un simple cuidador o estar plenamente implicado en la pareja. Según Cristina Martínez, la responsable de la ASSiR, “actualmente el mayor grosor de hombres se encuentran en una fase de transición entre estas dos actitudes ante el embarazo”.

“Yo entiendo a la pareja como un equipo, sin que ninguno de los dos busque protagonismo –indica Oumar– y cada uno de nosotros vela por que el otro se sienta a gusto e igual de importante”. Y es por eso que para los padres es primordial el reconocimiento mutuo. “Yo siempre soy la versión positiva de la pareja –confiesa Sacancela–, pero tengo el derecho de sentir miedo a veces”. "Los cuidadores también necesitan ser cuidados", concluye el psicólogo.

“Dime matrona”

Los cursos del ICS están conducidos por un experto en masculinidades, un psicólogo que trata temas relacionados con las emociones y los roles del hombre, y una matrona que analiza los aspectos más fisiológicos del embarazo y el parto. Dado que esta última actividad está ocupada en un 99% por mujeres profesionales, los equipos conductores de estos cursos preparto suelen ser mixtos. Pero en Lérida no. El matron es un hombre. “A mí, dime matrona,” pide Jesús Aparicio. "Es una profesión eminentemente femenina y quiero homenajearla", reivindica.

La presencia total masculina entre los expertos no es una condición imprescindible, pero el ICS pide que al menos uno (el psicólogo) sea un hombre que conozca bien a las masculinidades y su parte más íntima. Por ejemplo, Aparicio trata temas tan sensibles como la práctica del sexo durante y después del embarazo. “Los hombres siempre temen si pueden dañar al bebé durante la penetración y más si aparece sangrado en el flujo vaginal”, explica.

"En cualquier caso, hacemos sesiones muy transversales", añade el psicólogo. Muchos usuarios están reconstruyendo su masculinidad ahora que están a punto de ser padres. Mitos y prejuicios están muy presentes en las clases. "Los hombres vienen aquí a aprender a vivir la paternidad de una forma sana", concluye Ayats.

stats