El consultorio

¿Es necesario que le compramos un cuaderno de verano?

El contenido, la edad a la que está destinado, la metodología o el formato son algunos elementos a tener en cuenta antes de adquirir este tipo de materiales

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Un niño haciendo deberes en su casa.

Las estanterías de muchas librerías ya muestran estos días un gran abanico de cuadernos de vacaciones, con el objetivo de que niños y jóvenes consoliden los contenidos aprendidos durante el curso, mantengan ciertos hábitos de estudio y fomenten la plena atención en una actividad durante unas horas al día. Es una propuesta que ha evolucionado con el tiempo y que hoy se presenta a menudo con un formato muy visual, basado en enigmas y problemas que el niño debe ir resolviendo a modo de reto.

¿Son buen recurso para practicar matemáticas u ortografía durante las vacaciones escolares?

“Diría que la finalidad del verano debe ser la de seguir ejercitando la mente evitando en mayor medida las pantallas”, afirma Maria Victoria Gómez, presidenta del Colegio Oficial de Pedagogía de Cataluña, doctora en pedagogía y profesora de la Universidad Internacional riojana, UNIR. Gómez valora positivamente este tipo de actividades siempre que "desarrollen la competencia de aprender a aprender" y se basen "en retos que el niño debe ir superando". Para la presidenta del COPEC, la capacidad de renovación de las editoriales respecto a hace unos años y el interés por parte de las familias de tener a los niños un rato entretenido han mantenido estable su demanda: “Los cuadernos de verano se han ido sosteniendo con los años. Antes eran muy aburridos. Ahora se basan en metodologías activas más interesantes”, dice.

¿Qué debe tenerse en cuenta a la hora de elegir un cuaderno?

La presidenta del COPEC recuerda que antes de adquirir un material de este tipo debemos tener en cuenta la edad de la criatura y el resultado global del curso: “Habrá niños que necesitarán algún refuerzo de contenidos que no hayan quedado suficientemente alcanzados y este tipo de recursos les pueden ayudar”. En caso de decidir comprar algún cuaderno de vacaciones, evitar los que sean excesivamente repetitivos y optar por quienes despierten la curiosidad por aprender. Es adecuado escoger a los “que sean temáticos e inviten a la criatura a ir superando diferentes desafíos”.

¿Qué oferta hay?

Las ofertas para este verano son muy diversas. Desde infantil hasta bachillerato, las familias pueden elegir y remover entre materiales más globales que repasan el contenido del curso anterior o preparan para el próximo curso; propuestas más específicas sobre un área determinada (inglés, ortografía, comprensión lectora o matemáticas), o cuadernos más singulares en formato de juegos de palabras, enigmas, preguntas y respuestas, retos de ciencia o diario personal. Incluso algunos refuerzan la educación emocional o que proponen actividades de conexión con la naturaleza. Sea como fuere, según los expertos se trata de un buen complemento, siempre que no olvidemos que el verano es “para disfrutar de las vacaciones y pasarlo bien”, asegura Maria Victoria Gómez.

¿Qué otras actividades pueden realizar los niños?

Sin embargo, para Gómez, aunque los cuadernos de verano pueden ayudar a las familias a incentivar hábitos de trabajo y de concentración, hay otras actividades interesantes a considerar que también potencian estas habilidades: “Durante el verano debemos intentar buscar propuestas que fomenten la paciencia y el foco en las tareas que están realizando. Las construcciones con pequeñas piezas o el montaje de robots, por ejemplo, son ejercicios que refuerzan la paciencia, fijan un reto que resolver y mantienen la atención. Es una práctica que no requiere demasiado esfuerzo mental pero que resulta muy necesaria hoy en día para el aprendizaje”, asegura.

Para la práctica de las matemáticas o la lengua, Maria Victoria Gómez apuesta por juegos de cartas que favorezcan el cálculo mental, clásicos como el ajedrez, juegos de mesa que estimulen la práctica del vocabulario, las agrupaciones numéricas o las matemáticas financieras. También sugiere potenciar la lectura con actividades de búsqueda y redacción de textos breves a partir de los intereses del niño, aprovechando una salida, una visita a un museo o un viaje. “El verano es una época importante para que los padres jueguen con sus hijos durante los ratos libres. Es una época que recordarán, y hay propuestas muy interesantes, especialmente entre 3º y 6º de primaria”, concluye.

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