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La policía considera "sospechosa" la muerte del actor Gene Hackman y su esposa

El intérprete de 'The French connection' y 'Sin perdón' aparece muerto en su casa junto al cadáver de su mujer

El Actor Gene Hackman en 1973
27/02/2025
6 min
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BarcelonaGene Hackman, actor de French connection y Sin perdón, uno de los grandes intérpretes del cine estadounidense, ha aparecido muerto este jueves en su casa del condado de Santa Fe, en Nuevo México, donde le ha encontrado la policía junto al cadáver de su mujer, la pianista clásica Betsy Arakawa, y del perro de la pareja, un pastor alemán. La investigación de las muertes está todavía abierta y la causa de la muerte no se ha hecho pública.

Muerte bajo sospecha

En un primer momento la policía de Santa Fe ha informado de que no había indicios por creer que las muertes de Hackman y Arakawa hayan sido violentas, pero horas después, según informa Variety, se ha pedido una orden de registro con el argumento de que "las muertes son suficientemente sospechosas para requerir una investigación más profunda". Alertadas por un vecino, las autoridades han encontrado a la pareja en habitaciones distintas, sin evidencias de fuga de gas, y junto al cuerpo de Arakawa, que presentaba "evidentes señales de descomposición, hinchada en la cara y momificación en manos y pies", había un bote de pastillas abierto y el contenido esparcido. El cuerpo de Hackman mostraba "señales evidentes de muerte, similares y consistentes con las de Arakawa". Además del perro muerto había otros dos en la casa, en buen estado de salud. La pareja llevaba más de tres décadas casadas y el actor, de 95 años, llevaba tiempo retirado de la interpretación y sin conceder entrevistas.

Con su aspecto de hombre corriente y sin afectación, Hackman llegó al cine durante la década de los sesenta, justo cuando los directores estadounidenses se abrían al realismo ya las nuevas corrientes europeas. El cine estadounidense encontró en él a un actor versátil y creíble, capaz de revisar el arquetipo de hombre duro configurado durante la época dorada de Hollywood por Humphrey Bogart y James Cagney, pero también de mostrar su fragilidad de hombre vulnerable. Hackman nació en 1930 en San Bernardino, en California, y tras el divorcio de sus padres, que le marcó, se unió con 16 años al ejército, donde sirvió durante tres años. De vocación actoral tardía, comienza sus estudios de interpretación en 1956 ya principios de los sesenta le llegan los primeros papeles en películas, series y teatros.

El graduado (1967), que debía protagonizar, podría haberle cambiado la vida, pero el director Mike Nichols le despachó después de unas semanas de rodaje y le sustituyó por un joven Dustin Hoffman, buen amigo de Hackman. Warren Beatty, con quien había coincidido en Lilith (1964), lo llamó para interpretar a su hermano en Bonnie & Clyde, el otro gran éxito del cine de 1967. Bonnie & Clyde le reportó la primera nominación al Oscar y le abrió definitivamente las puertas del cine.

La conexión francesa

En 1970 los académicos volvían a nominarlo por el drama paternofilial Nunca canté para mi padre, y al año siguiente ganaba el Oscar al mejor protagonista por su papel como detective de policía Jimmy Doyle en The French connection, el trepidante thriller en la que William Friedkin dinamitó las convenciones narrativas del cine estadounidense importante el estilo casi documental de la Nouvelle Vague francesa para filmar la persecución implacable de Doyle al pérfido narcotraficante que interpreta a Fernando Rey. Doyle de Hackman (o Popeye, como le dice todo el mundo) es un policía malcarado, poco amigo de las reglas y mujeriego, primo hermano de otro icono del cine policiaco de la época, Harry el Brut de Clint Eastwood, pero rebajado con el punto de encanto pícaro y humor negro que le imprime también The French connection 2 (1975).

La primera mitad de los años setenta es seguramente la fase más esplendorosa de la carrera del actor, con papeles llenos de complejidad como el del experto en vigilancia del thriller psicológico La conversación (1974) de Francis Ford Coppola, héroes carismáticos como el del protagonista de La aventura del Posidón (1972) y otros llenos a rebosar de humanidad como el de El espantapájaros (1973), el papel favorito de Hackman, donde él y Al Pacino son dos vagabundos en una gran historia de amistad y sueños rotos. Aunque le llueven las ofertas para interpretar personajes como el del detective privado del thriller de Arthur Penn La noche se mueve (1975), Hackman se resiste al encasillamiento y demuestra su versatilidad cómica en un pequeño papel en El joven Frankenstein (1974) e interpretando el genio criminal Lex Luthor de Superman (1978), un personaje que aborda con un sentido del humor paródico que se fue acentuando en las secuelas de 1980 y 1987.

Los ochenta son años de mucho trabajo para Hackman, que alterna papeles protagonistas (Eureka, Más allá del valor y Agente doble en Berlín, con un joven Matt Dillon) con secundarios de mérito en Rojos (1981) de Warren Beatty y Power (1986) de Sidney Lumet. De esa etapa son dos de sus películas más populares. Una es Más que ídolos (1986), el drama deportivo sobre el equipo de una escuela rural norteamericana que gana el campeonato estatal: Hackman interpreta al entrenador bregado y terco que conduce con determinación el equipo a la victoria. Más interesante y sutil es su personaje de agente del FBI en Crema Misisipi (1988), un drama sofocante sobre la investigación de unos crímenes racistas en los que Hackman, que fue nominado al Oscar, hace de contrapunto realista y prudente a la rigidez del idealista agente que interpreta a Willem Dafoe.

Un jugador de equipo

Más que reclamar el foco sobre su labor individual, el genio de Hackman es entender la interpretación como un trabajo siempre colectivo, estableciendo dinámicas muy interesantes con sus compañeros de reparto. Un ejemplo de ello es su papel de comandante de submarino nuclear en el thriller militar Marea roja (1995), que contiene un gran duelo interpretativo con un joven Denzel Washington, pero también su magnífico papel de mentor de Tom Cruise en el corrupto despacho de abogados de The firm (1993). Hackman siempre se ponía al servicio de la historia y hacía mejores las películas y sus colegas actores.

Lo sabía también Clint Eastwood, que le reclamó para interpretar uno de los papeles clave de Sin perdón (1992). Hackman le rechazó de entrada porque estaba harto de personajes violentos, pero Eastwood le explicó que no quería glorificar la violencia del western, sino desnudarla de glamour y mostrar todo su horror. Hackman acabó asumiendo el papel del sheriff Little Bill, que le proporcionó el segundo Oscar de su carrera. Con el éxito de Sin perdón, el género revivió durante unos años y Hackman enlazó tres westerns seguidos: Geronimo, la leyenda (1993), Wyatt Earp (1994) y Rápida y mortal (1995), siempre en papeles secundarios.

Consagrado como uno de los grandes actores estadounidenses de su generación, el tramo final de la carrera de Hackman transcurrió entre la ligereza de comedias simpáticas como La olla de grillos (1996), dirigida por el propio Mike Nichols que le había despedido deEl graduado décadas antes, y la eficacia probada de thrillers competentes como Enemigo público (1998), Tras las líneas enemigas (2001), La última vez (2001) y Bajo sospecha (2000),pero también hubo espacio para títulos más ambiciosos como Poder absoluto (1997), el drama de suspense de Clint Eastwood en el que el director interpreta a un ladrón de guante blanco que es testigo involuntario del crimen violento que comete con impunidad un Gene Hackman como presidente de Estados Unidos hipócrita y corrupto. Uno de los grandes papeles de estos años es el de patriarca de una excéntrica y disfuncional familia en Los Tenembaum (2001), la última obra maestra de la filmografía del actor, que Wes Anderson escribió pensando en Hackman y que el actor aceptó a regañadientes sólo por la insistencia de su agente.

La comedia Bienvenidos a Mooseport, del 2004, fue su discreta despedida del cine: pese a las ofertas de Hollywood, puso distancia con la industria y los medios y se dedicó a escribir novelas históricas con el arqueólogo Daniel Lenihan o, ya en solitario, el western Payback at Morning Peak (2011) y el thriller policíaco Pursuit (2013). La aparición hace un par de años de unas fotografías del actor visiblemente envejecido provocaron un alboroto algo absurdo, como si las estrellas de Hollywood no tuvieran derecho a hacerse mayores. El actor no rompió en ningún caso su silencio y permaneció al margen del ruido.

Gene Hackman junto a su esposa Betsy a la derecha, en una imagen de archivo.
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