El Institut del Teatre manda a un profesor a la Fiscalía por acoso sexual

Boris Dausà es uno de los trece docentes al que alumnos y exalumnos denunciaron, y el centro no descarta emprender acciones judiciales contra Joan Ollé

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Manifestación al Instituto  del Teatro

BarcelonaEl Institut del Teatre ha trasladado a la Fiscalía Provincial de Barcelona el caso del profesor Boris Dausà, al que un alumno denunció por acoso sexual. Siete meses después de que el ARA destapara los casos de acoso sexual y abuso de poder de diferentes docentes a lo largo de los años, el Institut del Teatre lleva a la justicia el expediente disciplinario abierto a uno de los trece nombres que aparecieron en la comisión de prevención e investigación que se encargó de analizar los hechos denunciados. En mayo, esta comisión concluyó que tres profesores serían expedientados y uno de ellos, Boris Dausà, se llevaría a la Fiscalía por indicios de acoso sexual. "Una vez finalizada la instrucción por parte de la Diputación de Barcelona, y dado que se han confirmado los indicios de acoso sexual, se ha procedido a ponerlo en conocimiento del ministerio fiscal", dice el centro en un comunicado.

Inicialmente, el Institut del Teatre apartó de la docencia al director de escena Joan Ollé, a quien se atribuyó una "conducta inapropiada" durante las clases. El expediente de Ollé se ha suspendido debido a la jubilación del docente y, ante esta situación, el Institut del Teatre no puede aplicar el "régimen disciplinario administrativo para sancionar a personas que no forman parte de la plantilla de trabajadores", pero se está valorando la "posibilidad de emprender acciones por vía judicial".

Dos días después de la publicación del ARA, el claustro explicó a los alumnos que había un segundo profesor que sería apartado de la docencia: se trataba de Dausà, suspendido de manera cautelar de las clases a raíz de las instancias presentadas por los alumnos. Dausà daba clases en una casa de la montaña –a pesar de que el Institut del Teatre lo prohíbe–, animaba a los alumnos a tener sexo entre ellos y participó en juegos de carácter sexual con algunos estudiantes. También había enviado imágenes de carácter sexual a un alumno y había intentado mantener relaciones con algunos chicos y chicas, cosa que generaba mucha incomodidad porque después los alumnos que lo habían rechazado tenían que convivir con él cada día.

De todas las denuncias que recibió el Institut del Teatre –la mayoría de casos que explicó el ARA no acabaron en instancias por la falta de confianza de los alumnos y exalumnos en el centro–, la comisión se centró en investigar a los profesores que seguían en activo, argumentando que solo podía abordar las instancias presentadas por alumnos o exalumnos que haga como máximo un año que hayan dejado de estar vinculados con el Institut del Teatre. Un tercer expediente, en este caso a una profesora por falta grave por práctica docente invasiva, ha acabado con la suspensión de trabajo y sueldo de la docente por un periodo de dos meses y seis días. La sanción está pendiente de ejecución a la espera de la finalización del periodo de alegaciones.

El caso del Institut del Teatro acabó con la dimisión de la directora Magda Puyo y protestas de los estudiantes del centro ante la situación que habían denunciado algunos de sus compañeros. Ahora falta por resolver qué pasa con las denuncias presentadas por exalumnos contra docentes que ya no están en activo.

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