Irene Vallejo: “La Antigua Roma era peligrosa, sucia y maloliente”
La autora adapta el aclamado 'El infinito dentro de un junco' a cómic con el dibujante Tyto Alba y la guionista Xisca Mas


BarcelonaMás de un millón de ejemplares vendidos después, Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) sigue acompañando el extraordinario éxito de El infinito dentro de un junco con generosidad y entusiasmo, visitando ferias y festivales literarios para compartir erudición y perspicacia con lectores de todo el mundo. El fenómeno de este brillante ensayo sobre la invención de los libros en el mundo antiguo alcanza un nuevo hito con la adaptación al cómic de la obra que dibuja Tyto Alba (Badalona, 1975), un trabajo que después de una primera edición que no dejó satisfechos a los autores llega en una nueva versión revisada y ampliada con la guionista Xisca Mas. "En ningún sitio dice que la publicación tenga que ser el punto final del proceso –apunta Vallejo–. Seguimos trabajando en ello porque los libros también se transforman".
En la primera edición del cómic, publicada en 2023 en castellano por Debate y en catalán por Columna (con traducción de Núria Parés Sellarès), se decidió que los textos fueran extractos literales del ensayo para así potenciar la fidelidad de la adaptación. En perspectiva, Alba cree que antes había "demasiada información" y que la segunda edición ha mejorado mucho con la reescritura de Mas y las nuevas páginas añadidas. "Hay más sentido del humor y juegos con el dibujo y, además, incorporamos al proceso creativo las opiniones de los lectores, que en las redes hacían sugerencias o echaban de menos algún capítulo –dice Vallejo–. La nueva edición en cómic ha sido un trabajo colectivo y, en este sentido, muy distinto a la escritura del libro, que fue muy solitaria".
El infinito dentro de un junco no es el primer ensayo erudito que se adapta al cómic, un camino que ya han recorrido fenómenos editoriales como el Sapiens de Yuval Noah Harari. Como dice Vallejo, "un libro de 500 páginas puede intimidar a algunas personas, y el cómic es una manera más amable de llegar al ensayo". Para la autora, la aproximación del cómic es "un punto más gamberra que la del ensayo" y "transforma la obra sin dejar de ofrecer datos y conocimiento", y Alba reivindica la capacidad del lenguaje del cómic para reírse de sí mismo. Así, en una misma viñeta "te puedes encontrar que el bocadillo de un personaje se mofa de lo que dice el texto de arriba", dice el dibujante.
Sea como fuere, la densidad informativa sigue siendo notable, y también el esfuerzo para reconstruir el mundo antiguo a partir de las fuentes existentes. "No es lo mismo leer sobre la biblioteca de Alejandría, la antigua Roma o Egipto que ver cómo revive ante tus ojos", dice Vallejo, a quien Alba cosió a preguntas sobre la cotidianidad del mundo clásico. "¿Comían sentados o tumbados? ¿El único calzado de los romanos eran las sandalias? ¿Cómo se guardaban los rollos para que no rodaran?", recuerda Vallejo divertida. La consigna que le dio al dibujante fue, sobre todo, no idealizar el pasado. "Yo le pedía siempre más sangre –dice la escritora–. Tenemos una visión muy higiénica del mundo clásico, pero era una realidad brutal. La Antigua Roma era peligrosa, sucia y maloliente, así la describen los textos de la época. Y el mundo de La Ilíada y La Odisea es completamente gore, hay degüellos, mutilaciones y heridas terribles. Los clásicos no deben leerse como si fueran producto de una época modélica en la que solo había belleza y cultura, porque así es como se pierde el vínculo con la humanidad de las obras, que está en la corrupción, la violencia y la injusticia, que siguen presentes en nuestro mundo".
¿Una historia del cómic?
Esta nueva versión de El infinito dentro de un junco da pie a reflexionar no solo sobre la historia del lenguaje y los libros, sino también sobre la relación entre la palabra escrita y la ilustración, tan antigua como la propia escritura. ¿O no son los primeros signos escritos también dibujos para representar al mundo? Vallejo va aún más allá: "Las palabras son imágenes en su origen, y con los jeroglíficos ya se ve que son ambas cosas: dibujos y letras. Pero, de hecho, las pinturas rupestres ya eran relatos en forma de imágenes. El arte comienza mucho antes de que la agricultura, el estado o la economía, por tanto, es una necesidad humana más primaria".
Vallejo incluso señala la aparición de una forma primitiva de cómic en los márgenes de los manuscritos medievales, profusamente ilustrados con motivos de naturaleza, y recuerda que la palabra viñeta viene de las franjas de hoja de viñedo que rodeaban las ilustraciones. Y también traza una línea entre los héroes de los textos clásicos y los personajes de los cómics de superhéroes. "Dibujantes de Marvel como Jack Kirby han reconocido que se inspiraban en la mitología clásica –dice Vallejo–. Y el superhéroe reproduce hasta cierto punto la figura de héroes clásicos como Aquiles o Heracles, que eran hijos de dioses y humanos; por tanto, con poderes excepcionales, pero a la vez mortales. I la pugna por integrar esta doble condición es el origen de lo que ahora entendemos como superhéroe".
La épica que invoca El infinito dentro de un junco es, en cualquier caso, muy diferente a la de los héroes de Kirby y los de Homero, y tiene más que ver con la del desconocido inventor del alfabeto griego o las bibliotecarias que llevaban libros a caballo en los lugares más aislados de los Apalaches durante la Gran Depresión. "Es la épica de los libros y el conocimiento, de los caminos que hemos abierto para que el arte y las emociones estéticas lleguen cada vez a más gente —dice Vallejo—. Y es una de las grandes revoluciones de la historia, una lucha entre el esfuerzo por hacer llegar los libros a todo el mundo y los intentos de mantener el control de la sabiduría, la palabra y el lenguaje".