Banca

Dos Carlos y un viaje expreso de Madrid a Santander

BBVA y el gobierno central vuelven a chocar en la capital cántabra por la opa hostil sobre el Banc Sabadell

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El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el presidente del BBVA, Carlos Torres, este lunes en Santander.

SANTANDERNi cinco horas. Esto es lo que ha durado el viaje expreso de este lunes a Santander (Cantabria) del pulso que mantienen el BBVA y el gobierno español por la opa en el Banc Sabadell.

Cuando faltaban pocos minutos para las ocho y media de la mañana, dos Carlos cogían desde la terminal T4 de Madrid el mismo avión. Uno, de apellido Torres, era el presidente del banco bilbaíno; el otro, de apellido Cuerpo, el ministro de Economía. Se dirigían a la capital cántabra para dar el pistoletazo de salida al curso de verano que la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) organiza en la Universidad Menéndez Pelayo, y que patrocina al propio BBVA. Encima del avión, en Cuerpo y en Torres les separaban pocas filas de asientos, una distancia que desaparecería poco después. A las once en punto, ya en tierra firme, el titular de Economía y el alto directivo se sentaban de lado en la misma mesa.

El acercamiento ha tenido lugar en el Palacio de la Magdalena, donde hasta el viernes se celebra el curso, pero ha durado justo dos horas, hasta la una del mediodía. Las agendas de uno y otro han obligado a poner punto y final a la sesión inaugural del curso, pero también al viaje compartido: Cuerpo volvía a Madrid, y Torres a la sede del banco en Bilbao.

Quizás ha sido la brevedad del viaje el que ha abocado a Torres a disparar "el tema de actualidad" directamente, sin esperarse a las preguntas de los periodistas: "[La opa en el Sabadell] Es una clara apuesta por las pymes. Tras la integración, tenemos el firme compromiso de mantener el modelo de gestión de riesgos en pymes que tiene el Sabadell", ha dicho durante su intervención inicial. Era sólo el preludio de una defensa de las "bondades" de la opa hostil sobre el banco de origen catalán, y que se alargaría toda la sesión.

La posible absorción ha generado discordia entre la entidad financiera y el gobierno español, pero Torres ya está acostumbrado a empezar temas espinosos con el ejecutivo de Pedro Sánchez: hace justo un año, en la misma mesa y durante las mismas jornadas , la poca remuneración de los depósitos por parte de los bancos provocaba el choque con la antecesora de Cuerpo, Nadia Calviño.

Ahora bien, consciente del rechazo explícito del gobierno en la opa, y que Cuerpo seguía de reojo todo lo que decía, el presidente del BBVA ha aprovechado la proximidad para encender una pipa de la paz: "Quiero dar la enhorabuena al gobierno y en especial al ministro de Economía por el comportamiento del crecimiento [económico]", ha dicho Torres, que hace un año advertía de que el impuesto extraordinario en el sector "no ayudaba" al crecimiento. Este año, ya las puertas de que el gobierno le haga permanente, Torres ha insistido en que su posición sobre el tributo sigue siendo la misma.

Poco entusiasmo

Pero los aplausos de Cuerpo tras acabar el discurso no anticipaban un cambio de posición del ministro: "¡Cuánta pasión!", susurraba, irónico, uno de los fotógrafos en la sala. El ministro de Economía tampoco quiso ser descortés con el directivo del Ibex 35 y aseguró que tienen una relación personal "estrecha", aunque "en el ámbito institucional existen diferencias". A partir de ahí, el ministro de Economía ha detallado de nuevo los problemas de la operación: desde un riesgo para la estabilidad financiera, también para la inclusión de la población mayor, hasta la afectación particular en territorios como Cataluña o sobre las pequeñas y medianas empresas. Asimismo, le recordó a Torres que si bien el gobierno español es "muy respetuoso" con el trabajo de organismos como la CNMC o el Banco Central Europeo, también tiene un rol, "que es [aceptar o no] la fusión".

En todo caso, la advertencia de Cuerpo sobre el papel que juega el gobierno español en la operación no parece hacer perder el sueño a Torres, que durante la sesión ha prometido que la reducción de costes no impactará a las plantillas (o no de forma destacada): "Una opa sin una fusión no es un escenario que nos planteamos", ha dicho, aunque seguidamente ha reconocido que si se llega a esta situación las estimaciones del banco apuntan a que podrían "optimizar el ahorro ".

El viaje de este lunes, pues, ha sido corto, pero no exento de turbulencias.

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