Macroeconomía

El Banco de España alerta de que la guerra en Ucrania disparará los precios y hará tambalear la recuperación

Sitúa una inflación media del 7,5% este año, casi 4 puntos más de lo previsto

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El PIB de la eurozona creció un 2,2% el tercer trimestre

MADRIDLa economía española no se ha escapado del impacto de la guerra en Ucrania. Así lo constatan las últimas proyecciones macroeconómicas del Banco de España publicadas este martes, que reducen en un punto porcentual el crecimiento del PIB tanto para este 2022 como para el 2023. En concreto, la economía española crecerá un 4,5% este año, cuando en diciembre el organismo supervisor situaba el rebote del producto interior bruto (PIB) en un 5,4%. En 2023 sería de un tímido 2,9%, un punto menos que la previsión de hace 4 meses, cuando se esperaba un crecimiento del 3,9%. El motivo principal: la escalada de los precios, sobre todo energéticos. "Hay que tener cautela", advierten, sin embargo, fuentes del Banco de España, que asumen que la incertidumbre sobre la evolución de la economía complica elaborar previsiones.

La revisión a la baja, sin embargo, no ha sido una sorpresa. A finales del mes de febrero, el gobernador del ente, Pablo Hernández de Cos, ya advertía que una escalada del conflicto en Ucrania se traduciría en un aumento de la tensión en la economía de la zona euro y, en consecuencia, de España. "La invasión de Ucrania por parte de Rusia constituye una perturbación económica muy severa", sintetiza el organismo supervisor en el informe. Por eso, si bien España no depende tanto del gas ruso y las relaciones comerciales con Moscú más allá de las energéticas son menores en comparación con otros países de la zona euro, como Alemania, "no se ha evitado que hayan empeorado los incrementos de costes, sobre todo energéticos, a los cuales la economía [española] es particularmente sensible", recoge el informe.

Además, hay que añadir el aumento del precio de algunas materias primas provenientes de Ucrania, como por ejemplo los cereales, y las sanciones desplegadas por parte de Occidente sobre Rusia. Con todo, en cuanto al crecimiento de este primer trimestre se espera que sea de un tímido 0,9%, que se situaría en niveles inferiores a hace un año. Fuentes del Banco de España apuntan, sin embargo, que sería en un escenario central en que las consecuencias del conflicto bélico "no dejen secuelas estructurales".

Ahora bien, la previsión de crecimiento para este año podría ser peor teniendo en cuenta que el Banco de España estimó que en 2021 el PIB crecería un 4,5%, después de una corrección a la baja de casi dos puntos porcentuales después de una revisión de los datos del INE. Finalmente, el segundo año de pandemia la economía española creció un 5%. Un crecimiento motivado por el menor impacto de la variante ómicron –y, por lo tanto, la aplicación de menos restricciones de la actividad– sobre la economía en comparación con otras variantes del covid-19.

La nota positiva se la lleva la previsión del año 2024. El Banco de España traslada para dentro de dos años un crecimiento de la economía española mejor de lo previsto y sitúa el rebote del PIB en un 2,5%, es decir, 0,7 puntos porcentuales más de lo previsto inicialmente (1,8%). Aun así, el organismo supervisor apunta que se podrían recuperar los niveles prepandemia a finales del 2023, un trimestre más tarde de lo previsto.

La inflación, disparada

La escalada tanto de los precios energéticos como de los carburantes –los elementos que han hecho disparar la inflación en los últimos meses– desde que empezó la guerra ha obligado al Banco de España a ser mucho más pesimista con la inflación, hasta el punto que de media este 2022 se disparará 3,8 puntos más de lo previsto en diciembre (3,7%). Ahora, el organismo estima que el aumento de los precios se situará en un 7,5% de media este año. El organismo utiliza el mercado de futuros, caracterizado por su volatilidad, para hacer esta previsión. Hay que tener en cuenta que las estimaciones del mes de diciembre no recogían "la sorpresa al alza" de los precios los meses de diciembre (6,5% en España) y enero (6,1%), fruto del encarecimiento de la energía y los carburantes, y que no han dejado de crecer cerrando un mes de marzo en el que el IPC roza el 10%, según ha anticipado el INE.

El Banco de España estima que la inflación "se relaje" a partir de julio de este año, siempre que se mantenga el poco impacto que están teniendo los efectos de segunda ronda. Es decir, el organismo no ha detectado que las presiones inflacionistas se estén trasladando a los salarios que, por ahora, se mantienen moderados y recogen incrementos muy por debajo de la inflación. Un escenario, sin embargo, que impacta de pleno en el poder adquisitivo de los trabajadores, asume el mismo Banco de España. Si esto se mantiene, la tasa de inflación descendería hasta un 2% en 2023 y un 1,6% el 2024.

Esta pérdida de poder adquisitivo afecta directamente al consumo, uno de los motores de la economía, y por lo tanto la evolución del PIB. El Banco de España estima que si bien los hogares han acumulado ahorros –ya desde el inicio de la pandemia– estos son menores de los previstos en el mes de diciembre. Además, la incertidumbre sobre la evolución del conflicto bélico repercute en el consumo de los hogares –se modera–, a pesar de que la alza de los precios actuales tampoco permite acumular ahorros, apuntan fuentes del organismo.

El Banco de España también ha hecho un primer análisis de las medidas desplegadas por el gobierno español en el marco del plan de choque para hacer frente a la guerra. Sin tener en cuenta las medidas que necesitan el visto bueno de Bruselas, el organismo estima que las medidas fiscales y energéticas, así como las ayudas directas, pueden ayudar a reducir entre 0,5 y 0,8 puntos porcentuales la inflación.

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