

Tras la vuelta de Banco Sabadell, que en plena oferta de compra (opa) del BBVA decidió que su sede volviera a la cocapital del Vallès Occidental donde había nacido hacía más de 140 años –y de donde la sacó en el 2017 para llevarla a Alicante–, todos los ojos se fijaron en La Caixa. Y no es de extrañar que así fuera teniendo en cuenta que hablamos de una de las entidades benéficas más importantes del mundo: la Fundación La Caixa y su obra social es propietaria indirecta de la principal cartera empresarial e industrial del estado español, a través de su holding Criteria. Hace más de siete años, después del referendo del 1-O, decidió cambiar de domicilio social y trasladarse a Palma.
La decisión tomada por esta entidad presidida por Isidre Fainé supone uno de los posibles mensajes más potentes de que la situación en Catalunya vuelve a esa normalidad que, desde que es presidente de la Generalitat, Salvador Illa se esfuerza en implantar. La parte institucional ha empezado ya a funcionar desde hace unos meses y ahora es el empresarial la que se suma. Antes de que el Sabadell lo hizo Molins, la cementera que en el 2017 había trasladado su sede social a Madrid con quebradiza en el seno de la familia propietaria incluida. La Caixa ha querido poner ahora de su parte, después de que lo hiciera el Sabadell en una maniobra que forma parte de su estrategia para dificultar los planes del BBVA.
De la Fundación, con un presupuesto para la obra social que este año se eleva a los 655 millones, el 9% más que en el ejercicio anterior y una cifra sin precedentes, depende indirectamente la principal cartera de participaciones empresariales e industriales en España. De hecho, la sociedad a través de la que se gestiona este patrimonio, CriteriaCaixa, también vuelve de Mallorca a la capital catalana. El patronato explica por qué ha revertido una mudanza que, dice ahora, fue "temporal". "El acuerdo alcanzado hoy por el patronato se toma atendiendo a que no se dan ya las circunstancias que causaron el traslado temporal de las sedes a la ciudad de Palma en el 2017", manifiesta el comunicado posterior a la reunión de este miércoles.
La cartera que gestiona Criteria, y que alimenta con los dividendos de las participadas la obra social, tenía a finales del pasado año un valor de unos 30.000 millones, con presencia como accionista de referencia en Naturgy, Telefónica, ACS y Colonial, entre otros. Y evidentemente, es la principal accionista de CaixaBank, el banco con mayor peso en el mercado español, que tiene al Estado como socio, con quien también comparte intereses en el capital de Telefónica. I a més disposa d'un pla estratègic que té previst arribar a una cartera de participacions amb un valor d'uns 40.000 milions d'euros el 2030.
El retorn de la seu social de la fundació, el gran actiu que sempre esmenta Fainé i que constitueix el que defineix com l'ànima de l'entitat (l'obra social), era un dels desitjos de l'actual Govern de la Generalitat, però també d'altres. El ejecutivo del PSC ve avalada su apuesta por dejar atrás todo rastro del Proceso, pero buena parte del mundo empresarial catalán también respira aligerado y aplaude una decisión que esperaba. Especialmente desde que el Sabadell optó por volver. Ahora muchos cruzan los dedos para que este movimiento de La Caixa, cuyo alcance es incuestionable, sobre todo en el ámbito político y de imagen, comporte que otras compañías que hace más de siete años cambiaron de suyo decidan imitarla. Ya veremos.